En medio del tenso debate en el Congreso estadounidense para legalizar 11 millones de inmigrantes, una tesis anacrónica aprobada por la Universidad de Harvard, que pone en duda el cociente intelectual de aquellos, y un informe de una influyente fundación cercana al movimiento Tea Party, dejaron en evidencia el racismo que sufren los latinos. La […]
En medio del tenso debate en el Congreso estadounidense para legalizar 11 millones de inmigrantes, una tesis anacrónica aprobada por la Universidad de Harvard, que pone en duda el cociente intelectual de aquellos, y un informe de una influyente fundación cercana al movimiento Tea Party, dejaron en evidencia el racismo que sufren los latinos.
La bronca de la comunidad latina estalló hace dos semanas cuando la Fundación Heritage, un semillero conservador y ultra liberal para los gobiernos republicanos con sede en Washington, publicó un informe contra el proyecto de reforma migratoria impulsada por el presidente Barack Obama.
El informe advirtió que la legalización de 11 millones de inmigrantes que hace años residen y trabajan de forma ilegal en el país, le costarán 6,3 billones de dólares al Tesoro estadounidense en concepto de programas y ayudas sociales, y servicios públicos básicos como educación, salud y el sistema previsional.
«La política de inmigración debería incentivar la inmigración calificada y restringir la no calificada», concluyó el informe publicado en la página web de la Fundación Heritage y repetido hasta el hartazgo por medios conservadores como la cadena Fox News.
«En general, las políticas públicas deben limitar la inmigración a aquellos que serán contribuidores netos (que aportan al Estado más de lo que necesitan de él) y evitar a aquellos que aumentan la pobreza e imponen nuevos costos a los sobrecargados contribuyentes estadounidenses», agregó.
En la larga argumentación del informe, la Fundación sostiene que este tipo de inmigración cuesta más de lo que aporta, tiene en general un nivel educativo bajo y es poco probable que lo mejore con el pasar de las generaciones.
La lógica detrás de este argumento no dista mucho de la que utilizaba gran parte de la sociedad estadounidense hace 50 años contra la población afroamericana.
Pero la base teórica del reciente informe de la Fundación Heritage -dirigida por el ex senador republicano y miembro del movimiento ultraconservador Tea Party, Jim DeMint- no data de los convulsionados años 60 sino del año 2009.
Ese año, Jason Richwine, uno de los dos autores del informe de la Fundación Heritage, obtuvo su doctorado en Filosofía en la Escuela de Políticas Públicas de la Universidad de Harvard. El título de su tesis fue «Cociente Intelectual y Política de Inmigración».
«El cociente intelectual promedio de los inmigrantes en Estados Unidos es sustancialmente menor al de la población blanca nativa, y la diferencia probablemente persista durante varias generaciones», sostuvo Richwine en su premisa.
El cociente intelectual se mide a través de un examen estandarizado creado en Europa a principios del siglo XX para intentar determinar el nivel de inteligencia de una persona.
«Elegir inmigrantes con un cociente intelectual más alto podría mejorar los problemas en Estados Unidos, y al mismo tiempo beneficiaría a los inmigrantes potencialmente inteligentes que no tienen acceso a la educación en sus países de origen», concluyó la tesis.
Télam quiso hablar con el decano de la Escuela de Políticas Públicas de Harvard, David Ellwood, pero desde su oficina sólo aceptaron difundir la respuesta que el académico dio días atrás a cientos de estudiantes que repudiaron la decisión de aceptar y aprobar una tesis a la que calificaron de racista.
«Las universidades son lugares únicos en los que los temas pueden ser expresados, debatidos, examinados y desafiados. Nos regimos por la creencia de que las ideas -aún aquellas que consideramos insostenibles y hasta ofensivas- no deben ser censuradas o suprimidas», argumentó el decano.
«Las malas ideas deben ser derrotadas por buenas ideas, no por la censura», agregó.
Pero la indignación que provocó esta tesis entre profesores, estudiantes y miles de inmigrantes no la provocó la existencia de una mala idea, sino que un tribunal de «respetados académicos» de una universidad con renombre mundial la haya aprobado y otorgado grado de Tesis de Doctorado.
El presidente del tribunal de notables que aprobó la tesis de Richwine en 2009, George Borjas, defendió su decisión en un correo electrónico que envió en los últimos días al diario de la Escuela de Harvard, The Citizen.
«La investigación de Jason era sólida. Ninguno de los miembros del comité la habrían aprobado si hubiesen pensando que el trabajo empírico era poco serio», sostuvo Borjas.
«En cuanto a qué significa, no estoy seguro. Conozco personas que toman la evidencia empírica, como la que Jason presentó, e intentan `arreglar el mundo` con ella», agregó el profesor de Economía, especializado en temas de inmigración, según el perfil que publica Harvard.
Ni bien la tesis de Richwine se hizo famosa, la Fundación Heritage se deshizo de él.
Richwine presentó la renuncia el 9 de mayo a su cargo de Analista, pero la Fundación ultraconservadora -y muy cercana a la oposición republicana y al movimiento Tea Party- sigue defendiendo el informe que coescribió contra la reforma migratoria.