El «whitewashing», cuando se sustituye en el reparto a un personaje asiático, latino o afroamericano por un actor blanco y anglosajón, sigue primando en Hollywood. La polémica en torno al personaje interpretado por Tilda Swinton en Doctor Strange es la última de una larga lista. Vendrán más.
La cosa no había empezado bien. Ya en mayo pasado, con la llegada del tráiler, comenzaron las críticas a «Doctor Strange». Pese a contar con Benedict Cumberbatch de protagonista, con Scott Derrickson de director y tener a Marvel Studios detrás del proyecto, en cuanto apareció Tilda Swinton en la pantalla, llovieron las críticas. Por muy versátil que resulte la actriz británica, ¿era la adecuada para representar al Anciano del Tíbet?
Las acusaciones de whitewashing, término con el que se denomina a la elección de actores blancos para los papeles de minorías raciales, no tardó en llegar. Tanto el director de la cinta como el presidente de Marvel, Kevin Feige, argumentaron la respuesta: «Encontrar intérprete para el Anciano fue uno de los puntos más complicados del desarrollo de la historia y de nuestro proceso creativo», declaraba Feige. «¿Por qué no convertir al ser más sabio del universo en una mujer, en lugar de en un hombre?».
Esta fue también la argumentación de Swinton, conocida activista social, cuando acudió a la actriz y humorista Margaret Cho, de origen coreano, para poder responder a la comunidad asiática. Para Swinton, su papel es un triunfo femenino en las grandes superproducciones. Cho respondió con sarcasmo a la prensa: «No sabría qué decirle, no poseo el teléfono amarillo». Así que Swinton, para zanjar la polémica, decidió publicar el intercambio de emails con el fin de demostrar que la conversación entre ambas se produjo en tono amigable.
La guerra no es nueva. La propia Margaret Cho incluye en su repertorio chistes sobre la representación de los asiáticos en Hollywood, los estereotipos que desembocan en papeles habituales y el consabido encasillamiento: científicos en papel irrelevante, dueños de restaurantes chinos y expertos en artes marciales. En el caso de las mujeres, Cho distingue un único papel: geisha.
Lo que para Cho empezó siendo carne de stand up basándose en su propia experiencia en la televisión, pasó a ser escrutinio más adelante: si los papeles para una minoría son estereotípicos, aún es más notable cuando se les sustituye.
El whitewashing, fenómeno que se recuerda como un ejercicio habitual en décadas anteriores -con David Carradine sustituyendo a Bruce Lee en Kung Fu, o Mickey Rooney interpretando a Mr. Yunioshi en «Desayuno con diamantes»- sucede y sigue generando polémica. Aquí van algunos ejemplos recientes.
Aloha
Pasó sin pena ni gloria por las carteleras en 2015 pese a un casting de lujo. Emma Stone y Bradley Cooper protagonizaban la comedia romántica que tenía que petarlo y no lo hizo. La película, dirigida por Cameron Crowe, debía narrar la historia de Allison Ng, de origen chino y hawaiano. El guión borró las referencias culturales de la protagonista y se optó por Emma Stone. También se obvió todo lo relativo a la diversidad racial de Hawái, dónde se sitúa la acción y sólo el 24% de su población es caucásica (de raza blanca).
Dastan, Príncipe de Persia
Una horrenda mezcla de exotismo y desierto en la que el protagonista es el príncipe de esta antigua región mesopotámica, es decir, el Irán actual. El casting tradujo iraní por Jack Gyllenhaal. Las críticas arreciaron a un film que pasó sin pena ni gloria, entre las que destacó el comentario del cineasta Jehanzeb Dar: «Es un insulto a todos los actores, y también al público blanco, porque se le presupone que no son capaces de disfrutar de una película a menos que la interprete un blanco».
Stonewall
Chico cachas, blanco y de ojos azules abandona su casa en 1969 porque su familia no acepta su condición sexual. Chico cachas lidera el movimiento en Stonewall y lanza el primer ladrillo contra la represión policial. Salvo que el chico es ficción. Una ficción que deja de lado la gran importancia de drag queens, negros y latinos en la noche que cambió el movimiento LGTB en Estados Unidos, o así lo entendieron los activistas que criticaron la película de Roland Emmerich, protagonizada por Jeremy Irvine.
Star Trek: en la oscuridad
¿Blanqueamiento de personajes en el espacio? ¿Es eso posible? Lo es si recordamos que la serie original «Star Trek» fue entendida, desde su concepción, como un universo plural y de diversidad, no solo interplanetaria, sino racial. Lo que en otras ficciones galácticas se representaba a través de alienígenas, en Star Trek fue siempre con personajes de diferentes orígenes.
Así, la saga tuvo blancos, negros y asiáticos interpretando a blancos, negros y asiáticos. En 2013 Benedict Cumberbatch interpretó a Khan Noonien Singh, un personaje indio, precedido, todo hay que decirlo, por el mexicano Ricardo Montalbán en los años sesenta.
Rumí
Huele a superproducción por los cuatro costados. El guionista de Gladiator y el productor de Seven se unen para arrojar luz occidental a la historia del poeta persa Yalāl ad-Dīn Muhammad Rūmī. Su principal candidato para Rumí es Leonardo DiCaprio, acompañado de Robert Downey Jr., como el místico Shams-e-Tabrizi.
Pese a que los responsables del proyecto declaran que buscan «mostrar la cultura musulmana sin estereotipos», ya ha habido suficientes quejas (bajo el hashtag #Rumiwasntwhite, Rumi no era blanco) como para que DiCaprio haya declarado que no participará en la película.
Fuente: http://www.eldiario.es/cultura/cine/blanqueamiento-Hollywood-cine_0_597740597.html