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Cuatro palestinos fueron asesinados y setenta resultaron heridos durante las incursiones militares en Ramala

Ignorar las incursiones militares israelíes

Fuentes: Palestine Monitor

Traducido del inglés para Rebelión por Beatriz Morales Bastos

Cuatro palestinos fueron asesinado a tiros en la plaza central de Ramala el miércoles pasado [24 de mayo] durante una incursión militar israelí. Un palestino murió después de que le dispararan a la cabeza y otro después de que una bala a gran velocidad le alcanzara en el pecho. Otros setenta palestinos resultaron heridos, quince de ellos gravemente, y cinco fueron arrestados.

Entre los muertos había un policía palestino y los demás eran jóvenes desarmados:

Melad Abdel Araes, 23 años, del campo de refugiados al Amare, Aisir Qasam, 22 años, del pueblo de Aqaba cerca de Jenin, Juafar Ahmad Hussein, 30 años, de Beit Our, Ghalib Abdel Qadar, 26 años, de Kharbeth bini al Harith.

Aproximadamente a las 2:30 pm del miércoles jeeps militares israelíes acompañados de la unidad secreta Duvdevan entraron en la plaza Manara de la calle principal de Ramala como parte de una supuesta operación para hacer detenciones. Manifestantes palestinos desarmados rodearon los vehículos militares y empezaron a arrojar piedras, pintura y cubos de basura, y entonces los soldados respondieron con fuego real y gas nervioso. Palestinos armados provocadores se unieron entonces a la refriega que continuó durante una hora mientras los servicios médicos de emergencia trataban de evacuar a los heridos.

La unidad Duvdevan había arrestado a Muhammed Shobaki, miembro de la Jihad en Qalqilia, sin mayores problemas. Shobaki no se resistió y en menos de una hora fue sacado de la ciudad. Sin embargo, en Ramala entraron al menos quince vehículos militares que reprimieron violentamente a los jóvenes que lanzaban piedras. Amparados por la noche, los soldados entran con frecuencia en Ramala para hacer operaciones de detención que suelen causar daños importantes a las propiedades privadas -como había ocurrido dos días antes en una operación de rastreo y búsqueda cerca de la residencia del Presidente Mahmoud Abbas y en la que arrestaron a Ibrahim Hamid de las Brigadas Al Qassam- pero el ataque diurno del miércoles provocó una enorme ira por ser una clara muestra del control israelí sobre la principal ciudad palestina, sede de la Autoridad Palestina y que se supone que está bajo completo control palestino. La ostentosa demostración de fuerza dejó cuatro palestinos inocentes muertos y los hospitales de Ramala llenos de heridos.

El jueves por la mañana mil observadores empezaron una manifestación desde la Muqata de Ramala a la plaza Manara acompañando los cuerpos de Juafar y Ghalib en ambulancias. Estuvieron presentes Hamas, Fatah, las Brigadas de Al Aqsa Brigades y banderas palestinas. Mientras que los palestinos de Ramala recordaban a sus muertos, docenas de otros palestinos esperaban en los hospitales de Ramala y Sheikh Zayyad en condiciones críticas. La mayoría de ellos tenían heridas de tres a cuatro balas y estaban heridos en los brazos, pecho y abdomen. Y ello a pesar de que el diario de izquierda israelí Ha’aretz cita diariamente a soldados que afirman que únicamente habían disparado al aire.

La incursión pone de relieve el desequilibrio de poder inherente en el conflicto actual. Los soldados israelíes invadieron la sede del gobierno palestino en el momento en el que el primer ministro israelí Ehud Olmert llevaba a cabo su visita a Washington, recibía el reservado aunque vehemente apoyo presidencial a su plan unilateral y se dirigía a ambas cámaras del Congreso, mientras el gobierno palestino recibía las mismas reprimendas de siempre y se hacían referencias al prescindente palestino Mahmoud Abbas como un servicial socio para la paz aunque todavía no se habían entrevistado con él. La noche antes de la invasión de Ramala el Congreso estadounidense aprobaba la «Ley anti-terrorismo de 2006», que recorta severamente hasta la ayuda humanitaria a Palestina, define las zonas controladas por la Autoridad Palestina como «santuarios terroristas», deniega los visados a los representantes palestinos independientemente de su filiación política, utiliza la enorme influencia estadounidense para presionar a las instituciones internacionales para que denieguen la ayuda y recomienda eliminar algunos o todos de los seis organismos de Naciones Unidas centrados en los derechos de los palestinos.

Mientras que los medios de comunicación del mundo hacen reportajes y comentan la negativa de Hamas de ceder a las demandas israelíes e internacionales -en un intento de enfatizar una ideología violenta en vez de la sencilla cuestión de que Palestina y los derechos de los palestinos deben ser reconocidos antes de que Palestina reconozca a un Estado en expansión y sin fronteras- no se presta la menor atención a las continuas incursiones israelíes en territorio palestino. Según el Palestinian Monitoring Group en el mes de abril Israel hizo incursiones en la ciudad de Ramala y los pueblos que la rodean en 97 ocasiones, mientras que otras zonas eran objeto de la brutalidad militar con una frecuencia aún mayor: [en el mes de abril] Nablus ha sido invadida por el ejército israelí 95 veces, Hebrón 127 veces y Belén 135 (1).

Con la incursión de ayer el número de palestinos muertos desde que empezó la Intifada asciende a 3.895 (2). A menos que el mundo empiece a responder al descomunal desequilibrio de fuerzas que se cobra vidas palestinas mientras que los políticos israelíes recorren el mundo, esta cifra continuará ascendiendo y la ira continuará creciendo.

(1) Resumen mensual de las violaciones israelíes, 1 de abril de 2006 – 30 de abril de 2006, Palestinian Monitoring Group, Negotiations Affairs Department, PLO. Disponible en http://www.nad-plo.org.

(2) Cifras de muertos, proporcionadas por la sociedad de Media Luna Roja, del 30 de septiembre de 2000 al 24 de mayo de 2006. http://www.palestinercs.org/crisistables/table_of_figures.htm