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Continúan los ataques al Líbano

Israel, inmune a las resoluciones de la ONU

Fuentes: APM

Fuerzas israelíes no cumplieron la resolución de cese al fuego decretada por el Consejo de Seguridad. Una larga historia de impunidad y desobediencia. Un nuevo ataque israelí fue llevado a cabo el día martes sobre la cuidad libanesa de Chebbah. La ofensiva fue en respuesta a una presunta agresión de Hezbollah (Partido de Dios), la […]

Fuerzas israelíes no cumplieron la resolución de cese al fuego decretada por el Consejo de Seguridad. Una larga historia de impunidad y desobediencia. Un nuevo ataque israelí fue llevado a cabo el día martes sobre la cuidad libanesa de Chebbah. La ofensiva fue en respuesta a una presunta agresión de Hezbollah (Partido de Dios), la cual fue desmentida por las autoridades libanesas. El ejército hebreo abusa de una impunidad que hasta ahora le ha sido otorgada por Estados Unidos con complicidad de las Naciones Unidas (ONU).

La condenable actitud del estado de Israel fracturó aun más el débil cese al fuego establecido por la ONU el 14 de agosto, luego de casi 34 días de combate entre Israel y Hezbollah.

Fuentes israelíes dijeron que hubo tres horas de intercambio de fuego en las Granjas de Chebbah, el punto donde se fusionan las fronteras del Líbano, Siria e Israel.

Sin embargo desde el otro lado, los libaneses aseguran que el ejército hebreo disparó contra esa localidad. Además, aclararon que los proyectiles israelíes cayeron cerca de posiciones castrenses libanesas, sin que por el momento nadie resultara herido.

Cabe recordar que los soldados libaneses ingresaron a Chebbah la semana pasada por primera vez en cuatro décadas, como parte de un eventual despliegue de 15 mil soldados de la ONU en el sur del Líbano. Y esta situación fue, y es de conocimiento público y general.

Mientras tanto, se anunció que Kofi Annan, secretario general de la ONU, viajará a Medio Oriente esta semana, en una gira que incluirá escalas en el Líbano, Israel y probablemente Siria e Irán.

La alicaída y cada vez más desprestigiada ONU, a su vez, intenta conformar la fuerza multinacional que aterrizará en el Líbano. Para esto, y ante las amenazas de Israel de «volver a atacar», se convocó a una cumbre en Bruselas para apurar el envío de tropas.

Si bien Italia se perfiló como líder de la Fuerza Provisional de la ONU (FPNUL) enviando alrededor de tres mil hombres, al cierre de esta edición Francia expresó que seguirá comandando la FPNUL en el sur del Líbano con dos mil soldados.

Previamente, el primer ministro libanés, Fuad Siniora, pidió a Francia que envíe nuevas tropas para reforzar la fuerza multinacional, destacando que «los libaneses quieren una presencia fuerte de Francia, lo que estimularía a otros países a hacer lo mismo».

Por su parte, el presidente del Líbano, Emile Lahud, aseguró que once días después de la entrada en vigor del alto el fuego el ejército hebreo no ha detenido sus agresiones contra su país.

El presidente libanés recordó que los soldados israelíes continúan ocupando parte del sur del territorio de su país, e hizo notar que el Líbano cumplió con lo estipulado en la resolución del Consejo de Seguridad ya que desplegó su ejército en la frontera sur.

Por su parte, el primer ministro israelí Ehud Olmert dijo que su país no levantará el bloqueo aéreo y marítimo sobre el Líbano hasta que no se desplegue la fuerza internacional.

Ayer, Olmert exhortó a la población del norte de su país «a prepararse para cualquier escenario», en alusión a una eventual reanudación de los enfrentamientos con la milicia chiíta.

Lo llamativo de las declaraciones, fue el lugar elegido para efectuarlas. El escenario fue un hospital de la ciudad de Nahariya. Allí, el primer ministro hebreo exhortó al personal médico y paramédico a «estar listo».

El poco memorioso Olmert, no registra en su memoria que la «ofensiva» israelí, dejó casi 1.200 civiles libaneses muertos y más de 4.000 heridos. Seguramente todas estas personas, entre las cuales había muchos niños y mujeres, pertenecían a Hezbollah.

De lo contrario, no se explican las declaraciones da ministra israelí de Exteriores, Tzipi Livni, quien aseguró que su país «no esta en guerra con Líbano y que es su interés convivir con su vecino». Al mismo tiempo que aclaró que Israel se «se reserva el derecho a la autodefensa», léase a actuar militarmente de manera unilateral.

Supera lo irónico, hasta llegar a lo grotesco lo dicho por Olmert y los suyos. Además, los «sioncons» que gobiernan Israel, manifestaron en reiteradas ocasiones su intención de volver a hacer uso de la fuerza si es que la FPNUL no se instala.

Una clara muestra de que algunos estados gozan de ciertos privilegios, en demérito de los demás.

En el mundo de hoy existen países que pueden amenazar a otros, o desoír las resoluciones de la ONU y actuar unilateralmente. Estados Unidos es el caso emblemático, pero Israel (su principal aliado), no se queda lejos.

La diferencia es que el país norteamericano actúa dentro de la ONU, cuando esta le es servil a sus intereses. De no ser así, la desconoce y actúa por fuera de ella (recordar la invasión a Iraq en 2003).

Además, dentro del Consejo de Seguridad, todavía no hay nadie que haya actuado con firmeza frente a su arrogancia y su poder de veto, que parece contar con un plus en relación de los otros cuatro miembros permanentes (Rusia, China, Francia y Gran Bretaña).

En ese marco, y amparado por la Casa Blanca, desde su creación como Estado, en 1948, Israel cuenta con una larga tradición en violar resoluciones de la ONU. La última sucedió hace unas cuantas horas.

El pasado sábado una operación comando israelí incursionó en territorio libanés violando el alto el fuego decretado por la ONU tan solo tres días antes.

En un artículo reproducido por IPS, el profesor de política Stephen Zunes, de la Universidad de San Francisco, detalla una revisión de las violaciones a las resoluciones del Consejo de Seguridad durante varias décadas.

Zunes subraya que en este momento Israel incurre en la violación de varias resoluciones del Consejo.

Entre otras, figuran las numeradas 446, 452, 465 y 471, que instan al país a retirar sus asentamientos en territorios ocupados, incluida Jerusalén Oriental, la 497, que ordena el fin de la anexión de las Alturas del Golán, las 267, 298, 476 y 478, que le reclaman el cese de la anexión de los suburbios de Jerusalén Oriental, y la 487, que llama al gobierno israelí a colocar sus instalaciones nucleares bajo control de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA).

En ese sentido, la ONU, lo que presuntamente tendría que hacer, es condenar a Israel por estas violaciones y aplicar sanciones con el apoyo de toda la comunidad internacional.

Pero esta hipotética situación rosa los márgenes de la ficción, ya que en reiteradas ocasiones Washington ha bloqueado o amenazó con vetar cualquier condena hacia su aliado. ¿El veto de Estados Unidos, tiene más peso que el de los otros miembros del Consejo?

Los hechos y la realidad, demuestra que si. Los países que fueron o están a punto de ser condenados por la ONU, son los que Washington y Tel Aviv consideran como enemigos.

Irán y su programa nuclear, Corea del Norte y sus pruebas de misiles, son algunos ejemplos donde el Consejo de Seguridad, actúa de acuerdo a la orquestación de Estados Unidos.

La situación recae en que se mida con la misma vara a todos los integrantes de la comunidad internacional. Pero esto es deambular en la utopía de nuestras concepciones.

En este conflicto en el Líbano, que aun esta candente: ¿Alguien dentro de la ONU condenó a Israel por la agresión? ¿Alguien va a exigir que el Estado hebreo cubra los llamados daños colaterales y los crímenes de guerra?

La denuncia de Amnistía Internacional (AI) que acusó a Israel de apuntar a civiles deliberadamente durante su ofensiva parece que apunta a quedar plasmado en simples papeles y declaraciones sin ejecución alguna.

Mientras tanto, Israel, el inmune a las resoluciones, el que rompió la tregua de 48 horas tras la masacre de Qana, no levanta el bloqueo, no se hace cargo de los daños a la infraestructura del Líbano, no reconoce los crímenes de guerra, y como agregado extra, exige el desarme de Hesbollah, mientras ellos compras armas de mayor capacidad.

Según informó el diario «Jerusalem Post», Israel ha encargado para su Fuerza Naval la construcción de dos submarinos alemanes capaces de disparar armas nucleares, bajo el argumento de previsión ante la posibilidad que Irán se convierta en potencia atómica.

Pero esta actitud tiene una respuesta. Tanto la ONU y el Consejo de Seguridad actúan acorde a las complacencias de Tel Aviv.

Volviendo con Zunes, el profesor sostiene que la nueva resolución 1701 «tiene pocas posibilidades de éxito, pues es vista como unilateral».

Dado que, mientras a Hezbollah exigió un «cese inmediato de todos los ataques», a Israel se le reclama «cese inmediato de todas las acciones militares ofensivas».

Pero el texto no define qué son «acciones militares ofensivas», dejando a Israel el derecho de hacer su propia interpretación, según analizó Zunes.

Entonces avalado por estas cuestiones, Israel sale a pedir en voz de su ministra de Exterior, Tzipi Livni, la necesidad urgente de una actuación de la comunidad internacional en el Líbano.

La funcionaria hebrea, tras reunirse con su homólogo francés, Philippe Douste-Blazy, advirtió que si no se concreta el embargo de armas (hacia Hezbollah), podría haber una nueva guerra.

O hay un embargo de armas realmente eficiente o el Líbano no estará más en el orden del día, dijo Livni, según declaraciones no oficiales citadas por la agencia DPA.

Tanta, arbitrariedad, tanta hipocresía y tanto disimulo, no son cuestiones que debemos dejar pasar. Este periodista, no se enfila por esa senda, del resto de los habitantes de esta orbe dependerá avalar o no, este montaje cruel y maquiavélico perpetrado por Estados Unidos e Israel en Medio Oriente.

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