Narrativas de odio y violencia Con el inicio del nuevo gobierno de Estados Unidos (EUA), los migrantes, quienes ya enfrentan desde hace años contextos adversos y de exclusión (especialmente los que no cuentan con documentos), han visto una drástica precarización de sus condiciones de vida y trabajo en dicho país del norte global. El titular […]
Narrativas de odio y violencia
Con el inicio del nuevo gobierno de Estados Unidos (EUA), los migrantes, quienes ya enfrentan desde hace años contextos adversos y de exclusión (especialmente los que no cuentan con documentos), han visto una drástica precarización de sus condiciones de vida y trabajo en dicho país del norte global. El titular del ejecutivo estadounidense, y los funcionarios encargados del tema migratorio y de fronteras, proceden mediante tres criterios tendenciosos en lo referente a las migraciones:
1) No basan sus acciones en hechos, pero tampoco en información (estatal y académica) veraz sobre las migraciones y las poblaciones que no son de EUA. Se orientan por prejuicios xenófobos, racistas y clasistas, que consideran a los migrantes como seres humanos inferiores; estigmas que nada tienen que ver con la realidad. Las mentiras son estrategias recurrentes en las narrativas gubernamentales, y mediante flagrantes falsedades se “transmuta” a los migrantes en los responsables de diversos males: el crimen, la merma de recursos, fronteras inseguras.
2) El gobierno de EUA no busca que sus acciones se encuadren de acuerdo con los marcos jurídicos constitucionales, y de los derechos humanos. Por el contrario, considera que, en la consecución de su agenda anti inmigratoria y discriminatoria, todo está permitido; incluso pasar por encima de la ley, y la propia constitución de EUA.
3) Las acciones del ejecutivo y su zar fronterizo también se guían por la lógica de infligir a los migrantes la mayor cantidad de dolor y violencia posible. Los perciben como enemigos (y chivos expiatorios) a los que, no sólo hay que vencer y desterrar, sino también humillar, agredir y castigar. Deliberadamente el gobierno estadounidense produce la crueldad como política hacia determinadas poblaciones extranjeras (particularmente las que carecen de documentos migratorios, y no proceden del norte global).
Con base en esta visión basada en mentiras, la actual administración estadounidense ha recurrido a medidas drásticas, muy cuestionadas, y que muy frecuentan transgreden el “debido proceso” y violan las leyes migratorias de EUA. Estás acciones van desde el cierre y la militarización de la frontera sur de EUA (sin ninguna justificación medianamente razonable) y ampliar las capacidades de diversas agencias federales (para detener migrantes), hasta las redadas masivas, la persecución de las ciudades santuario y las deportaciones ilegales (como las de doscientos venezolanos y el salvadoreño Kilmar Abrego García, quienes fueron forzados violentamente a dejar EUA, pese a las órdenes de jueces federales que prohíben dichas acciones de criminalización migratoria).
Desmontar los discursos de estigmatización y la criminalización
Sin embargo, y siguiendo las reflexiones del teórico de las migraciones Abedelmalek Sayad, frente a escenarios de abierta distorsión de la realidad, se vuelve necesario criticar el uso de narrativas y términos imprecisos e ideológicos que, sin sustento ni evidencia, estigmatizan y deforman las lecturas de los procesos sociales y de los sujetos involucrados.
En este sentido, es pertinente desmontar y cuestionar algunas de las principales mentiras del ejecutivo de EUA sobre las migraciones y los migrantes.
Primera mentira. Las migraciones están desbordadas, y la frontera sur de EUA está rebasada y asediada. Dicha afirmación está lejos de ser verdad. De acuerdo con los propios datos de las instituciones del gobierno estadounidense encargadas de los registros de las detenciones de los migrantes sin documentos en la frontera sur de EUA (el U.S. Custom and Border Protection, 2025), desde 2024 hay una clara reducción de las cifras de este tipo de poblaciones migrantes tratando de ingresar a suelo estadounidense. De hecho, en el año fiscal de EUA de 2023, se registraron casi 2,476,000 detenciones, y para el año fiscal de 2024, hubo un decrecimiento drástico a 2,135,000 (U.S. Custom and Border Protection, 2025).
Y, desde un buen número de meses antes de que llegara el actual titular del gobierno de EUA, se mostraba ya con claridad esta tendencia a la baja respecto a lo acontecido en 2023 y 2022. Y, en lo que va de 2025, la dinámica de decrecimiento se ha mantenido aún de una manera más drástica; el conjunto del acumulado de detenciones de enero, febrero y marzo de 2025 es de menos de 100,000, cifra muchísimo más baja que los registros de los trimestres enero a marzo de 2023 y de 2024 (U.S. Custom and Border Protection, 2025).
Segunda mentira. Los migrantes son una carga económica, y sólo representan una sangría a los recursos del gobierno. Los datos económicos muestran justo lo opuesto. En 2022, los aproximadamente once millones de migrantes sin documentos de EUA (casi el 5% de la fuerza laboral de dicho país) (Pew Research Center, 2024), pagaron cerca de 100 mil millones de dólares en impuestos (BBC, 2024); además, para ese mismo año, se calculó que los hogares de los migrantes sin documentos contribuyeron con aproximadamente 22 mil millones de dólares a la seguridad social, y con casi 6 mil millones a los servicios de salud de medicare (Gobierno de México, 2025). Y el aporte económico en consumo de bienes y servicios por parte de los migrantes en EUA es varias veces más alto que el monto pagado en impuestos en 2022.
Los migrantes sin documentos son, fundamental y en su gran mayoría, trabajadores precarizados y explotados en nichos fundamentales de la economía de EUA, desde la agricultura y la empresa de la construcción, hasta las empaquetadoras de carne y las diversas áreas del sector de servicios: labores de cuidado y limpieza, trabajadores de pequeños negocios, repartidores. Estos migrantes, al recibir menores salarios y estar precarizados, abaratan de forma significativa los costos de producción, y, por tanto, incrementan las ganancias de los empleadores. Son, además, trabajadores jóvenes de los que carece EUA, debido al consolidado proceso de envejecimiento que viene presentando desde hace años. Un ejemplo del rol estratégico de los migrantes indocumentados es la agricultura, donde se calculó que, para 2022, entre el 50 y 40% de todos los trabajadores de dicho sector eran migrantes (BBC, 2024; El Economista, 2025).
Tercera mentira. Los migrantes aumentan la criminalidad, y son una lacra social. Esta es una afirmación falsa, y no se sustenta en datos, ni en investigaciones serias. Por el contrario, trabajos como el de Paolo Minotti y Olivier Marie (The Conversation, 2024) demuestran que los procesos migratorios y la llegada de migrantes no implica necesariamente un incremento de los delitos; no hay una relación lineal y mecánica entre migración y delincuencia (The Conversation, 2024). En este tenor, investigaciones realizadas en la Universidad de Stanford muestran lo contrario, que los migrantes tienen un 30% menos de posibilidad de ser encarcelados (debido a la comisión de delitos serios) que los blancos estadounidenses (quienes son el grupo de ciudadanos de EUA con los menores niveles de encarcelamiento) (Institute for economic policy, 2023).
Ni parias, ni criminales. Los migrantes como trabajadores y sujetos políticos
Como se mostró, los migrantes no son delincuentes, ni drenan las sociedades de destino. Al revés, en su condición de actores sociopolíticos, los migrantes, mediante su trabajo precarizado y sus actividades cotidianas de consumo de bienes y servicios, producen relevantes aportaciones socioeconómicas, políticas y culturales, tanto en los Estados nacionales de destino, como en los lugares de origen (principalmente con el envío de remesas). En este sentido, es pertinente y urgente cuestionar los discursos estatales de EUA cargados de odio y xenofobia, y reconocer el papel y contribuciones de los migrantes como sujetos sociolaborales.
Bibliografía
BBC. (2024). ¿Cuánto aportan los migrantes indocumentados a la economía de EE.UU.? BBC.
El Economista. (2025). EEUU se enfrenta a una crisis inédita en el empleo con la deportación masiva de inmigrantes: la agricultura ya está dando la voz de alarma. El Economista.
Pew Research Center. (2024). What we know about unauthorized immigrants living in the U.S. Pew Research Center.
Gobierno de México. (2025). Las y los migrantes contribuyen a la economía de Estados Unidos; en 2024 aportaron al PIB de EUA 781 mil mdd. Gobierno de México.
The Conversation. (2024). Does immigration really drive up crime? Not according to the evidence. The Conversation.
Institute for economic policy. (2023). The mythical tie between immigration and crime. Institute for economic policy research–Stanford.
U.S. Custom and Border Protection. (2025). Southwest Land Border Encounters (2022, 2023, 2024 y 2025). U.S. Custom and Border Protection.
Guillermo Castillo, UNAM
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