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Islandia

La energía está en las granjas

Fuentes: IPS

Productores agrícolas de Islandia se capacitan para producir su propia energía y maximizar su uso mediante prácticas sostenibles.

«Estimulamos a los agricultores a que estudien posibilidades para producir su propia energía, mientras que a la vez procuramos que reciban el apoyo de la Universidad Agrícola (UA)», dijo Haraldur Benediktsson, presidente de la Asociación de Agricultores Islandeses, al explicar la campaña para reducir 20 por ciento, para 2015, la energía utilizada por los productores, y 80 por ciento para 2020.

«El proyecto no está aún plenamente desarrollado, pero básicamente consta de tres partes. Primero, utilizar mejor la energía que compran los agricultores, ahorrarla con prácticas adecuadas e incrementar su eficiencia», añadió Benediktsson.

«En segundo lugar, analizar las posibilidades para la producción de energía en las propias granjas, sea en la forma de metano, energía eólica, hidroenergía o biomasa, y realizar cursos sobre estos temas, por ejemplo para entender el proceso de producción de metano», añadió.

Los agricultores han mostrado un considerable interés en esto último. El Centro de Innovación de Islandia organizó una serie de cursos llamados «Energy Farmer».

Estos talleres «podrían reanudarse a fines de este año, ya que hubo mucho interés por el tema», dijo Ardis Armannsdottir, del Centro.

«El tercer punto es definir y evaluar cuán rápidamente la agricultura islandesa puede pasar a ser autosuficiente en energía», dijo Benediktsson a IPS.

«Ya han comenzado varios pequeños proyectos, relacionados con el asesoramiento a los productores en ahorro de energía, creación de material de enseñanza para la UA y capacitación en la producción de metano», agregó.

Y parece que no hay escasez de entusiasmo. Varios individuos y compañías tienen diversos planes para hacer autosuficiente a este país en materia de energía. Uno de ellos es el químico Thorbjorn A. Fridriksson.

«Los islandeses pueden producir todo el combustible y el gas que necesitan por medios ecológicos. Tenemos vastas áreas de tierra en el sur que podrían ser fácilmente plantadas con especies de césped, que a su vez puede ser transformado en biomasa para energía, mientras que, como respaldo, Islandia cuenta con suficientes reservas de turba para muchos años», señaló Fridriksson.

«Pero no será económico hasta que se alcance cierto volumen de producción», agregó.

En un pequeño cobertizo ubicado al lado de su casa, en el sur del país, Fridriksson instaló un equipo que transforma en alquitrán, combustible líquido y gas el follaje aportado por un agricultor vecino.

«La tecnología es conocida y ha sido utilizada durante décadas. No necesitamos gastar grandes sumas de dinero en investigación», dijo Fridriksson a IPS.

Explicó que el proceso se basa en la hidrogenación de la biomasa. Esta tecnología es conocida desde hace un siglo y fue usada ampliamente en Alemania durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), pero luego fue descartada.

«Primero que nada, uno tiene que recolectar pasto o algún otro material similar, prepararlo, limpiarlo, etcétera, y con esto se puede producir gasóleo y fuel oil, inyectando hidrógeno a altas temperaturas y presión en la biomasa», explicó Fridriksson.

«Quizás con 200 litros al día alcanza para empezar. En realidad es solo un prototipo. Esto es parte de un plan de investigación, desarrollo y demostración para luego realizar una producción a gran escala», aclaró.

«Se necesitaría producir 2.500 toneladas diarias», indicó. «Para esto se requerirán dos millones de toneladas de biomasa, y hay que competir con productos petroquímicos mientras el precio del barril de petróleo no caiga por debajo de los 60 dólares».

«El combustible producido (de esta forma) puede servir para alimentar los vehículos, los equipos de construcción, los barcos y los aviones de Islandia», aseguró.

Aunque gran parte del país depende de centrales geotérmicas e hidroeléctricas, cuando se calculan los combustibles usados por autos, barcos y aviones, la proporción de fuentes renovables se reduce a 67 por ciento.

El gobierno quiere incrementar esta proporción estimulando el uso de energías alternativas en el transporte. Solo 0,6 por ciento de los automóviles emplean este tipo de combustibles, la mayoría en base a metano.

La compañía de energía Metanorka acaba de recibir autorización para investigar en qué partes del país existen desechos orgánicos suficientes para realizar la producción de metano.

La firma también procurará reducir los costos operativos de las pequeñas plantas de biogás, para hacer que la producción de metano sea económicamente viable en diversos lugares del país, explicó Dofri Hermannsson, director gerente de Metanorka.

«También recibimos la autorización de la Administración de Rutas para calcular el impacto económico y ambiental que tendrá en el ámbito rural la producción y utilización de metano en automóviles», agregó.

La empresa también prevé construir una planta de metano el año próximo a unos 50 kilómetros de Reikiavik, en colaboración con un importante criador de cerdos y una compañía recolectora de residuos.

La UA tiene su campus principal en Hvanneyri, 48 kilómetros al norte de Reikiavik, pero cuenta también con puestos de avanzada en la cercana aldea de Hveragerdi. Su personal utiliza vehículos que funcionan con metano para viajar entre las distintas instalaciones.

Fuente: http://ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=100629