Recomiendo:
0

La génesis de la violencia israelí en palabras y hechos

Fuentes: Palestine Chronicle

Traducido del inglés para Rebelión por Beatriz Morales Bastos.

No pasa un solo día sin que un destacado político o intelectual israelí haga una vergonzosa declaración contra los palestinos. Muchas de estas declaraciones tienden a suscitar poca atención o a provocar con razón una merecida indignación.

Hace poco el ministro de Agricultura de Israel, Uri Ariel, pidió que hubiera más muertos y heridos entre los palestinos de Gaza.

«¿Qué es ese arma especial nuestra que la disparamos y vemos columnas de humo y fuego, pero nadie resulta herido? Es el momento de que también haya allí heridos y muertos», afirmó.

El llamamiento de Ariel a que se matara a más palestinos se produjo tras otras declaraciones repugnantes referentes a la adolescente de 16 años Ahed Tamimi. Ahed fue detenida en una violenta redada del ejército israelí en su casa situada en el pueblo cisjordano de Nabi Saleh.

En un vídeo se veía cómo abofeteaba a un soldado israelí un día después de que el ejército israelí disparara contra su primo en la cabeza, lo que le hizo caer en coma.

El ministro de Educación israelí, Naftali Bennett, conocido por sus ideas políticas extremistas, exigió que Ahed y otras chicas palestinas «pasaran el resto de sus días en la cárcel».

Un destacado periodista israelí, Ben Caspit, pidió un castigo aún mayor. Sugirió que Ahed y chicas como ella fueran violadas en la cárcel. «En el caso de las chicas deberíamos exigir un precio en otra ocasión, en la oscuridad, sin testigos ni cámaras», escribió en hebreo.

Sin embargo, esta mentalidad violenta y repugnante no es nueva. Es la continuación de un antiguo y arraigado sistema de creencias basado en una larga historia de violencia.

Es indudable que las opiniones de Ariel, Bennett y Caspit no son declaraciones furiosas pronunciadas en un momento de ira. Todas ellas son reflejo de políticas reales que se han llevado a cabo durante más de 70 años. En efecto, violar y encarcelar de por vida son hechos que han acompañado al Estado de Israel desde sus inicios.

Este violento legado sigue definiendo a Israel en la actualidad por medio del uso de lo que el historiador israelí Ilan Pappe describe como un «genocidio progresivo».

Poco ha cambiado a través de todo este largo legado, excepto nombres y títulos. Las milicias sionistas que organizaron el genocidio de los palestinos antes del establecimiento de Israel en 1948 se unieron para crear el ejército israelí y los líderes de este grupo se convirtieron en los líderes de Israel.

El violento nacimiento de Israel en 1947- 48 fue la culminación del violento discurso que le había precedido durante muchos años. Fue el momento en el que se pusieron en práctica las enseñanzas de los sionistas de los años anteriores y el resultado fue simplemente espantoso.

«La táctica de aislar y atacar a determinado pueblo o ciudad y ejecutar a su población en una masacre horrible e indiscriminada fue una estrategia empleada una y otra vez por las bandas sionistas para obligar a la población de los pueblos y ciudades de los alrededores a huir», me dijo Ahmad Al-Haaj cuando le pedí una reflexión sobre el pasado y presente de Israel.

Al-Haaj es un historiador palestino y experto en la Nakba, la «Catástrofe» que les ocurrió a los palestinos en 1948.

Este intelectual de 85 años empezó a dominar el tema hace 70 cuando con 15 años de edad fue testigo de la masacre de Beit Daras a manos de la milicia judía Haganah.

La destrucción de este pueblo del sur de Palestina y el asesinato de decenas de sus habitantes provocó el despoblamiento de muchos de los pueblos vecinos, incluido al-Sawafir, el pueblo en el que estaba el hogar de Al-Haaj.

«La tristemente célebre masacre de Deir Yasin fue el primer ejemplo de este asesinato indiscriminado, un modelo que se repitió en otras partes de Palestina», afirmo Al-Haaj.

Varias milicias sionistas organizaron la limpieza étnica de Palestina. La principal milicia judía era la Haganah que pertenecía a la Agencia Judía, la cual funcionaba casi como un gobierno bajo los auspicios del Gobierno del Mandato Británico, mientras que la Haganah funcionaba como su ejército.

No obstante, otros grupos disidentes también operaron según su propia agenda. Dos de las principlaes bandas de estos grupos eran el Irgun (Organización Militar Nacional) y Lehi (también conocida como Stern Gang[la Banda de Stern]). Estos grupos llevaron a cabo muchos atentados terroristas, incluido el poner bombas en autobuses y los asesinatos selectivos.

Menachem Begin, nacido en Rusia, fue el líder del Irgun que junto con la Stern Gang y otros activistas judíos masacraron a miles de civiles en Deir Yassin.

«Decid a los soldados: habéis hecho historia en Israel con vuestro ataque y vuestra conquista. Seguid hasta la victoria. Al igual que en Deir Yassin, atacaremos y aniquilaremos en todas partes al enemigo. Dios, Dios, nos has elegido para la conquista», escribió entonces Begin. Calificó la masacre de «espléndido acto de conquista».

El vínculo intrínseco entre palabras y acciones permanece inalterado.

Casi 30 años después, el que antes fuera un buscado terrorista, Begin, se convirtió en primer ministro de Israel. Aceleró el robo de tierra en los recién ocupados Cisjordania y Jerusalén Oriental, emprendió una guerra contra Líbano, anexionó a Israel el Jerusalén ocupado y llevó a cabo la masacre de [los campos de refugiados palestinos en Líbano] Sabra y Chatilla en 1982.

Algunos de terroristas convertidos en políticos y altos mandos del ejército son Begin, Moshe Dayan, Yitzhak Rabin, Ariel Sharon, Rafael Eitan y Yitzhak Shamir. Cada uno de estos líderes cuenta con historial jalonado de violencia.

Shamir fue primer ministro de Israel desde 1986 hasta 1992. En 1941 los británicos encarcelaron a Shamir por el papel que desempeñaba en la Stern Gang. Más adelante, en su condición de primer ministro ordenó reprimir violentamente un levantamiento palestino, en general no violento, en 1987 y romper intencionadamente los miembros de niños acusados de lanzar piedras a los soldados israelíes.

Así pues, cuando los ministros del gobierno Ariel y Bennett piden que se aplique una violencia indiscriminada contra los palestinos, no hacen sino continuar con un legado sangriento que en el pasado caracterizó a todos y cada uno de los líderes israelíes. Es la mentalidad violenta que sigue controlando al gobierno israelí y su relación con los palestinos; de hecho su relación con sus vecinos.

Ramzy Baroud es periodista, escritor y director de Palestine Chronicle. Su próximo libro es ‘The Last Earth: A Palestinian Story’ (Pluto Press, London). Baroud es doctor en Estudios Palestinos de la Universidad de Exeter y académico no residente del Orfalea Center for Global and International Studies de la Universidad de California Santa Barbara. Su página web es www.ramzybaroud.net.

Fuente: http://www.palestinechronicle.com/words-deeds-genesis-israeli-violence/

Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, a la traductora y Rebelión como fuente de la traducción.