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El Imperio se premia con el Nobel a sí mismo

La gran hipocresía

Fuentes: Rebanadas de Realidad

«La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida», el título de esta nota bien podría haber sido esta estrofa de la canción «Pedro Navaja» de Rubén Blades, «El Imperio se premia a si mismo», o «Crónica de un Premio Anunciado», pero al final opté por el que figura en el epígrafe, por ser […]

«La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida», el título de esta nota bien podría haber sido esta estrofa de la canción «Pedro Navaja» de Rubén Blades, «El Imperio se premia a si mismo», o «Crónica de un Premio Anunciado», pero al final opté por el que figura en el epígrafe, por ser el más claro y gráfico sobre lo que quiero expresar.

En estos días y reflejado por la mayoría de los medios de comunicación de todo el mundo, se ha conocido una de las mayores estafas perpetuada contra la credibilidad pública a escala global. La entrega del NOBEL de la Paz al ex vicepresidente de los EE.UU, AL GORE, sólo comparable a uno similar, otorgado a Henry Kissinger en el año 1973, mientras todavía caían las bombas sobre Viet-Nam. Pero en la realización de la maniobra que culmina con tamaña distinción, el premiado no ha actuado solo, sino que ha contado con la inestimable colaboración de expertos en manipular la información, grupos industriales, multinacionales de las semillas y petroleros que pintan de verde su imagen a la par que crece la inducida popularidad de su mascarón de proa. Un penalista amigo diría: casi una asociación ilícita.

Con su prédica el ex funcionario norteamericano ha dejado bien claro que todos somos responsables del mayor problema ambiental que como Espada de Damocles se erige sobre el futuro planetario, cual es el cambio climático y que todos los Gobiernos (los pueblos) deben hacer mayores sacrificios en beneficio de la Tierra. Bien sabido es que, cuando todos son responsables, como en el caso de Fuenteovejuna o el Gran Bonete, nadie es responsable y así se pone en un pié de igualdad a las víctimas con los victimarios. Los verdaderos responsables del descalabro mundial deben haber destapado su mejor champán para festejar tan brillante ocurrencia de su galardonado.

Quienes se han favorecido con la fagocitación de los recursos globales, hoy le vienen a decir a los pueblos que han padecido hambre y carencias por siglos, que deben hacer nuevos esfuerzos y sacrificios en función de la salvaguarda del Planeta, eso si, sin renunciar a sus conductas hiperconsumistas, sus fabulosas ganancias y el despilfarro de los menguados elementos del ambiente.

El petrolero AL GORE (dueño de Occidental Petroleum), no conforme con esta prédica perversa, coincide además con Bush, Repsol, Cargill y muchos otros gurúes, haciendo causa común en la defensa, promoción e incremento de la producción de biocombustibles. Producción mayoritariamente sustentada en semillas transgénicas, agroquímicos altamente tóxicos, destrucción de selvas, montes y bosques nativos y exclusión de amplios sectores rurales, que terminan como asilados ambientales en la villas miserias de las ciudades de todo el mundo. Apostando todas sus fichas a la consolidación de este nuevo paradigma productivo, como sustento de sus políticas hiperconsumistas, de las cuales no reniegan.

Silencian el hecho de que si todos los habitantes de la Tierra consumieran como los norteamericanos, se necesitarían casi seis planetas para satisfacer las necesidades del conjunto. Quizás habría que preguntarle a los varios de cientos de millones de africanos, que hoy en día, han visto perder sus viviendas por las mayores inundaciones jamás ocurridas en ese continente, y no registradas por la prensa mundial, qué opinan del galardón y si deben o no hacer mayores esfuerzos para combatir el cambio climático que no generaron, pero que lo padecen.

Otro de los nominados para este premio era el Presidente de Bolivia Evo Morales Ayma, el que en la última reunión de la ONU expresara: «El mundo tiene fiebre por el cambio climático y la enfermedad se llama modelo de desarrollo capitalista» «Ante este futuro sombrío, los intereses transnacionales proponen seguir como antes y pintar la máquina de verde, es decir, seguir con el crecimiento y el consumismo irracional y desigual generando más y más ganancias sin darse cuenta de que actualmente estamos consumiendo en un año lo que el planeta produce en un año y tres meses. Ante esta realidad, la solución no puede ser el maquillaje ambiental.» Al Gore es parte y abanderado del mundo que denuncia Evo Morales, por ello a quién cree que le iban a dar el premio, como efectivamente ocurrió.

Pese a que dicen que el delito tiene las patas cortas, una nueva gran estafa se ha consumado en el mundo y las víctimas son siempre las mismas.

(*) Docente e investigador de la Universidad Nacional del Litoral, Argentina.