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La Historia como narración. Una lectura de la actualidad

Fuentes: Rebelión

Chismosos anuncios difundían el mensaje revolucionario por la redondez del Ruedo Ibérico. Y en las ciudades viejas, bajo los porches de la plaza y en los atrios solaneros de los villorrios, y en el colmado andaluz, y en la tasca madrileña, y en el chigre y en el frontón, entre grises mares y prados verdes, […]

Chismosos anuncios difundían el mensaje revolucionario por la redondez del Ruedo Ibérico. Y en las ciudades viejas, bajo los porches de la plaza y en los atrios solaneros de los villorrios, y en el colmado andaluz, y en la tasca madrileña, y en el chigre y en el frontón, entre grises mares y prados verdes, el periquito gacetillero abre los días con el anuncio de que viene la Niña. ¡Y la Niña, todas las noches quedándose a dormir por las afueras¡…

Es el comienzo de Viva mi dueño, segundo de los tomos de la trilogía El ruedo ibérico, del genio manco, Valle Inclán, que se adelantaba, como aquél del Quijote, a su tiempo para hacerse de todo tiempo.

Periquito Gacetillero difundía el mensaje revolucionario por la redondez del Ruedo Ibérico. Y en las ciudades viejas, bajo los porches de la plaza, y en los atrios solaneros de los villorrios, y en el …» y continua hasta completar el primer párrafo con el que se abre esta nota, así termina Viva mi dueño. Para que la construcción de la novela se corresponda con otro tiempo y lugar, repite frases, párrafos, acontecimientos al fin, a lo largo de la novela que extrae del momento en el que vive.

Valle Inclán construye la segunda novela circular de su trilogía El Ruedo Ibérico, -de la primera, La Corte de los Milagro escribí una reseña en Noviembre del 2008 bajo el título Antecedentes y paralelismos de la Memoria Histórica. Apuntes del pensamiento y acción de un intelectual republicano- comienzo y final iguales, hablamos de Viva mi dueño, con una variación en las primeras palabras, que son sustituidas por el nombre de Periquito Gacetillero. Su construcción circular se ve anunciada en el título de la trilogía, El Ruedo Ibérico, que se organiza creando círculos concéntricos: el primer capítulo concuerda y se cierra con el noveno; el segundo con el octavo; el tercero con el séptimo; el cuarto con el sexto; y queda el quinto en el centro para meternos en el caos general en que vive el país.

Creador del esperpento, esa figura literaria que se sustenta en la burla, el absurdo, el sarcasmo, la ironía, recursos que marcan el cambio de siglo en el tiempo del escepticismo, ante la corrupción bajo la que se vive. Su literatura tiene que ver con innovadores como Del Bosco, Brueguel, Blake, y con autores de su tiempo como Kafka, Apollinaire, Jarry, Pirandello… Con el esperpento, recurso con el que resumía sus búsquedas, agrandaba, exageraba, deformaba la realidad social para que el lector viese más, mostraba contrastes o cubría con una máscara para que lo transformado resultase grotesco, animalizaba y enseñaba la caricatura haciendo aparecer la esencia misma de la sociedad que mantienen la monarquía, la burguesía, el ejercito y la iglesia católica, a ésta en concreto dedica parte del segundo tomo de El Ruedo Ibérico para enseñar la política que la iglesia lleva a cabo con los Borbones, hacía resaltar el fondo.

Otro elemento fundamental de la novela es la forma de exponerla: reducida a pequeños fragmentos; quita lo obvio, elimina lo innecesario para tener delante siempre lo fundamental, la fragmentación concentra el contenido y condensa el significado en cada apartado, la fragmentación resalta el espíritu anticlásico, rompe con la cronología y el espacio, de esta manera se manifiesta un estado de búsqueda y representación sin esas limitaciones. Con la fragmentación ofrece el tema en diferentes vistas, y éste se rebela al lector atento.

Valle conoce la novela histórica de Galdos y viviendo, como ya se ha dicho, en tiempos de cambio elabora sus historias lejos de las formas tradicionales: sabe que la manera clásica de hacer no representa el momento, que no es capaz de enseñar lo que ocurre. El arte ve con formas nuevas o no puede interpretar la totalidad de lo que acontece. Por eso Valle va a ser constante en la renovación de su obra, su afán va a ser poner ante los ojos del lector, con procedimientos literarios nuevos, acordes con el pensamiento sobre el tiempo que llega, lo que al narrador tradicional se le quedaba oscurecido por la ficción.

Valle Inclán en Viva mi dueño mira al periodo de los borbones en que reina Isabel II con referencias de lo que ocurre bajo Alfonso XIII, otro borbón, para indicar que aprendiendo del pasado podemos reconocer el camino del presente, de ahí la circularidad a la que hacía referencia, y nos cuenta la corrupción que existe en el reino borbónico, el entreguismo a la secta católica que desde Roma juega sus cartas para conducir España bajo el reinado que le convenga, el desprecio que sienten unos y otros por las gentes trabajadoras, la hipocresía con la que juzgan políticamente y como arruinan el país, la vida que consumen los coronados como puteros y vendidos. La novela, una gran burla de toda esa gente tan inflada de honor, emplea un lenguaje que va desde el común tono medio al caló, difícil de entender para indicar la confusión general, pasando por una prosa escogida. Viva mi dueño es una obra en gran parte dialogada, y presenta conversaciones dignas de conocer por su actualidad y acierto, ¿recuerdan lo intemporal?: el nombramiento del príncipe de Asturias en la persona de un hijo bastardo, dice Valle, de Fernando VII, se hizo al margen del gobierno:

Asistía al Consejo el Rey Don Francisco, y con gesto alambicado se inclinó para deslizar algunas palabras en la oreja de la Reina: La Augusta Señora, volviéndose al coro ministerial, dio a sus mantecas un empaque altanero y una azul frialdad al celaje de los ojos:- Me olvidaba deciros… La Real Familia ha tomado el acuerdo de reconocer como a uno de sus miembros, al Príncipe Luís María César de Borbón. Al realizarlo, cumplimos deberes de conciencia, porque se trata de un nieto del Rey Fernando VII.

Chifló el Rey Consorte: – Su Santidad acaba de agraciar a nuestro sobrino con el título de Príncipe de Borbón. Eso significa el reconocimiento de su jerarquía como vástago del inolvidable Rey Fernando: Desde ese momento es indudable la obligación moral que pesa sobre la rama española. El gobierno no puede poner en entredicho los actos del Santo Padre.

Inflaba la pechuga la Reina nuestra Señora: – De eso no se habla más… Es asunto privativo de mi conciencia. Su Santidad, al agraciarle, me ha mostrado el recto sendero. Reanudamos el despacho.

Permítanme traer aquí otro párrafo:

Una Reina Constitucional, está siempre un poco atada. A lo mejor se le ocurre discrepar a un Ministro… Lo he dicho siempre, y como yo, pensamos todos en Palacio: A la Señora, para hacer la felicidad de los españoles, le ha sobrado la Constitución.

Murmuró Bradomín:

  • Verdaderamente, nada ha estorbado tanto al progreso de los españoles, como la Constitución. ¡Muertes, asolamientos fieros males! ¿Y por qué? Por una hoja de higuera (se refiere a la Constitución) que se había puesto el bando cristiano, frente al carlista. Cosa tan exigua, ha encendido la guerra civil, cuando en realidad de las dos ramas borbónicas ninguna quería la Constitución.
  • Torre Mellada se adornó con un ramillete de sentencias florecidas en la Real Antecámara:
  • – La Constitución está en pugna con el Derecho Divino. Ninguna vieja monarquía puede hallarse conforme con recibir el poder del pueblo, cuando lo tiene recibido de Dios. Bien mirado, es una aberración, pretender que haya Reyes Constitucionales. Tanto valdría empeñarse en el absurdo de que las monarquías se hagan republicanas. ¡Lógica! ¡Lo que yo digo!¡Lógica!

    La intemporalidad del relato de Valle Inclán, sólo en estos dos párrafos nos trae al momento actual dos asuntos: el primero, el nombramiento del Príncipe al margen de la recortada democracia que tenemos, le dieron el título y le hicieron sucesor antes de la Constitución, y el segundo, el rey no ha jurado la Constitución, porque aquél que iba bajo palio y se decía nombrado por la gracia de Dios, le nombró a él su sucesor, o como dice el personaje creado por Valle Inclán: -La Constitución está en pugna con el Derecho Divino.

    Título: Viva mi dueño ( Segundo tomo de El Ruedo Ibérico).

    Autor: Valle Inclán.

    Editorial Espasa Calpe.

Rebelión ha publicado este artículo a petición expresa del autor, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.