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La historia de un cable contada por Cubadebate

Fuentes: Inside

11 De niño escuché numerosos cuentos que siempre comenzaban «Había una vez«, o «Erase una vez…» De grande dejaron de gustarme los cuentos, tal vez porque a cada rato me querían «meter un cuento» y «esconderme la bola» con algunas materias o temas que despertaron mi interés. Confieso que siempre he sido un fanático de […]

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De niño escuché numerosos cuentos que siempre comenzaban «Había una vez«, o «Erase una vez…» De grande dejaron de gustarme los cuentos, tal vez porque a cada rato me querían «meter un cuento» y «esconderme la bola» con algunas materias o temas que despertaron mi interés. Confieso que siempre he sido un fanático de Cubadebate, y aunque algunos intentos ( y hechos) de censura hayan debilitado un poco mi fe, lo visito diariamente para enterarme sobre qué es lo que Cuba debate.

Entonces, sin divagar más, contemos la historia de un cable desde la perspectiva de Cubadebate, un sitio que define su postura como «Contra el Terrorismo Mediático». Claro, no se trata de cualquier cable. Es uno que ha costado 70 millones y que mejoraría la conectividad de la isla la bobería de 3 000 veces. La primera referencia concreta me llega desde el artículo «El cable submarino Cuba-Venezuela: resumen de mentiras sobre Internet en el diario La Vanguardia«, del periodista y director de la webtv Cuba Información, José Manzaneda. En el mismo y según sus propias palabras, la periodista cubana Rosa Miriam Elizalde hace una brillante disección de los principales elementos de manipulación del texto de La Vanguardia. Los puntos son:

  1. Cuba no puede conectarse a la malla de fibra óptica submarina por virtud de las leyes injerencistas del bloqueo.
  2. El escaso ancho de banda satelital para todo el país, igual o inferior a un centro de trabajo en otro país, un hotel o un cibercafé, está decidido por los Estados Unidos.
  3. Cuba ha establecido como política el uso social y colectivo de Internet, priorizando las universidades, los centros culturales y de salud, los medios de prensa y los más de 600 Joven Club de Computación.
  4. Los precios de Internet para turistas en Europa son más caros que los de los hoteles de Cuba.
  5. El canal de fibra óptica que conectará Cuba y Venezuela es para Cuba una gran esperanza. Mejorará la calidad de la navegación en la Isla y, con el tiempo, dará la posibilidad de extender el servicio de Internet a los hogares cubanos.

Excelente. Concuerdo en todo con este artículo fechado el 12 de julio de 2007. Quiere decir que desde hace más de cinco años Cuba debate sobre el cablecito. Habla el informático, pero también el doctor, el panadero y el cuentapropista con un familiar cumpliendo misión internacionalista, o simplemente emigrado a otro país. Uno siempre quiere saber de la familia y esta noticia hace soñar con más facilidades de comunicación.

En septiembre Cubadebate vuelve a mencionar muy de pasada el cable, y Rosa Miriam Elizalde deja claro una vez más que Cuba no es enemiga de Internet y que por eso firmó un contrato con Venezuela para tender en próximos años un cable submarino de más de 500 kilómetros desde La Guaira hasta Santiago de Cuba. En realidad son más de mil 600 kilómetros, pero un borrón se le va al mejor escribano.

En octubre Cubadebate se hace eco de una información hecha pública por el Ministerio venezolano de Ciencia, Tecnología e Industrias Intermedias, en la que se da a conocer que el cronograma para el inicio del proyecto de cable submarino entre Venezuela y el Caribe se iniciaría el miércoles 14 de octubre. De acuerdo con la valoración venezolana se trata de una obra estratégica porque aumenta las capacidades del país suramericano en el manejo de tráfico internacional y de aterrizaje de cable en el país.

Según la institución, el cable atravesaría 1 630 kilómetros entre la zona de Camurí, cercana al puerto de La Guaira en el estado de Vargas, y la playa Siboney, a las afueras de Santiago de Cuba, para lo cual se hizo una inversión de 63,4 millones de dólares. El 14 de octubre un artículo titulado «Venezuela comienza hoy instalación del cable de fibra óptica con Cuba» hacía pensar que la cosa marchaba. Se estimaba para 2011 la puesta en funcionamiento del cable.

El día 30 Rogelio Polanco, embajador cubano en Venezuela, decía que Cuba se beneficiaría por el acceso con menos costo a Internet y al servicio de telecomunicaciones. Un día más tarde el vicepresidente de la empresa mixta Telecomunicaciones Gran Caribe S.A., Waldo Reboredo aseguró que la puesta en funcionamiento del cable submarino sería el primer paso en la búsqueda de la independencia en las comunicaciones de la región con respecto a Washington. Según el artículo, que tomaba como fuente a Prensa Latina, «fuentes oficiales» afirmaron que el cable estaría operativo en el primer trimestre de 2011 con el propósito de avanzar hacia la independencia tecnológica latinoamericana. Recuerden, afirmaron.

Ya el 7 de enero de 2010 el cubano de a pie quizás podría sospechar que no todo es color de rosa. Haciéndose eco una vez más de la noticia, Cubadebate citaba las declaraciones hechas a Juventud Rebelde por Ramón Linares Torres, viceministro primero del MIC, quien explicó que:

Si bien fórmulas como el tendido del cable de fibra óptica entre Venezuela y Cuba, como parte de los acuerdos derivados de la Alternativa Bolivariana para los Pueblos de nuestra América (ALBA), cuando entre en funcionamiento proporcionará una mayor calidad en las infocomunicaciones, no significará necesariamente una extensión de las mismas.

Linares Torres no continuó ocupando su cargo a partir de agosto de 2011.

El 27 de mayo de 2010 nos enterábamos de que el barco Ridley Thomas había llegado al puerto de Santiago de Cuba para continuar un sondeo encaminado a definir con exactitud la ruta del cable submarino. El 8 de octubre el viceministro cubano de Informática y Comunicaciones, Alberto Rodríguez anunciaba que comenzaría a funcionar en julio de 2011 con el objetivo de lograr mayores avances y multiplicar la rapidez en la calidad de los servicios de comunicación y se mejoraría el servicio de infocomunicaciones «para enfrentar los desarrollos futuros«.

Alberto Rodríguez no continuó ocupando su cargo a partir de agosto de 2011.

Días más tarde se anunciaba que el tendido del cable comenzaría en enero de 2011. Granma calificó al proyecto de Cuba y Venezuela como «integrador«, debido a su «especialización» y a «los elementos políticos y estratégicos que confluyen en él«. En ese sentido, el diario mencionó factores como las aguas territoriales, el bloqueo económico y comercial que desde el triunfo de la Revolución en 1959 Estados Unidos aplica Cuba y «la necesidad de quebrantar la histórica dependencia de ambos países en la esfera de las telecomunicaciones».

El 11 de enero se aseguraba que en la ciudad de Santiago de Cuba se creaban las condiciones para recibir el cable y que en la playa santiaguera de Siboney, un grupo de técnicos intensificaba las labores para iniciar la instalación e infraestructura imprescindibles, incluido un centro de comunicaciones.

Un día más tarde, haciendo eco a Granma, el artículo decía textualmente:

Es una noticia que alegra en especial a Cuba y a otros países del Caribe y de Centroamérica que podrían, a partir de mediados de este mismo año, 2011, tener los beneficios de la utilización de ese cable en el sector de las telecomunicaciones, algo imprescindible en el mundo de hoy para un despegue económico y social.

El 18 de enero llegaba la fibra óptica a Venezuela para comenzar su instalación, el 22 se anunciaba el comienzo de la instalación. El 9 de febrero Wilfredo Morales, presidente de la Empresa de Telecomunicaciones Gran Caribe, anunció a Telesur que ya el cable había llegado hasta Santiago de Cuba. En el acto de oficialización de la llegada del cable submarino se encontraban el Comandante de la Revolución Ramiro Valdés Menéndez, Vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros, Medardo Díaz, Ministro cubano de Informática y Comunicaciones y Manuel Fernández, Viceministro de Telecomunicaciones de la República Bolivariana de Venezuela.

El 8 de abril Rosa Miriam Elizalde responde a la siguiente pregunta (entre otras)

-Cuba ha sido blanco de esa política estadounidense de cara a internet ¿cómo mirar a la Revolución cubana ante la ciberguerra que se le hace?

Aquí un fragmento de su respuesta:

Cuba ha dado un paso muy esperanzador para el futuro de la Internet cubana: el cable submarino que nos une con Venezuela. Sabemos que el cable no es la solución mágica a nuestros problemas de conectividad, pero sí que mejorará las comunicaciones y que, al beneficiar a muchos, se cumplirá también en nuestro caso la regla consabida de que los valores en red se fortalecen.

Finito. Desde el 8 de abril de 2011, hace casi 21 meses, Cubadebate no habla de lo que realmente Cuba debate. ¿Donde está el cable? Sin embargo (y ojalá que un día sin bloqueo), algo se sabe. El 26 de mayo de 2012 Silvio Rodríguez, uno de los máximos exponentes de la Nueva Trova en Cuba, reproducía en su blog una entrada titulada «Cable óptico Venezuela-Cuba: ‘operativo’ pero no funciona«. En los subtítulos se puede leer: Estaba supuesto a multiplicar por 3 000 la velocidad de Internet en la Isla, pero de momento nadie en Cuba se ha dado cuenta.

El jueves 24 de mayo, el ministro venezolano de Ciencia, Jorge Arreaza, les había dicho a periodistas extranjeros en una conferencia de prensa efectuada en la sede del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación en Caracas, que el esperado cable submarino de fibra óptica que llevará Internet de alta velocidad a Cuba ya está operativo.

Dependerá del gobierno de Cuba para qué lo utiliza, ¿no? Por supuesto eso es un asunto soberano de ellos, pero sí sabemos que está en plena operación el cable submarino.

El ministro dio más detalles agregando:

Firmamos hace pocos meses todos los protocolos restantes, todas las medidas de seguridad necesarios con el gobierno de Cuba.

¿Cuántos medios en Cuba replicaron la noticia? Consultemos al oráculo de Google, quien rápidamente nos dirá que ningún medio oficial se hizo eco de la noticia. Seguro que el tema no es importante para los cubanos, por eso es que en cualquier huequito del .cu la gente aprovechó para meter la noticia, pero nunca hubo una noticia oficial.

Y yo, mirando desde adentro, me pregunto ¿para qué quiere Internet el cubano y por qué le preocupa tanto el cable?

Anteriormente mencionaba la necesidad imperiosa que tenemos de comunicarnos con nuestros semejantes. Aunque mucha gente mala en todo el mundo quiere hacerle cosas malas a Cuba, también hay mucha gente buena en Cuba con familiares por todo el mundo. Para nadie es un secreto que las tarifas de acceso a Internet en los lugares habilitados al efecto en Cuba, podrán ser más baratas que en Europa, pero aún así son demasiado caras para el pobre y agujereado bolsillo nacional. Aunque el que más o el que menos tiene un pariente «afuera», como podría parafrasear Adalberto, no todos los de «afuera» tienen muchas posibilidades para enviar dinero a los de «adentro», pero así y todo, siguen siendo familia.

En Cuba hemos formado a decenas de miles de personas en temas relacionados con la informática, desde los bebés que ya en el círculo pueden ver una computadora, hasta los ingenieros de la UCI pasando por los cursos de Joven Club. Todos en algún momento han oído hablar de Internet, incluso algunos han podido saborear su aguamiel de alguna manera, pero seamos claros, el mayor porciento de la población en Cuba solo tiene idea de qué pudiera ser Internet gracias a las series de TV. Esa amplia mayoría piensa en ella como un Santo Grial que todo lo sabe y que nunca se equivoca, aunque la práctica demuestra que esa visión no se acerca a la dura y cruel realidad.

El cable preocupa porque mucho se habló y ahora tal parece que se hundió. Las bolas corren y ya se sabe que las bolas nunca son la mejor opción para estar informados de algo, mucho menos sobre Cuba. Yo personalmente prefiero leer las cosas en Granma o Juventud Rebelde, me siento más tranquilo.

Y aunque Francisco Rodríguez, Jefe de información del semanario Trabajadores, convocó hace bastante a los blogueros que participaron en un encuentro de blogueros en Cuba, a tratar entre todos «de encontrar el cable submarino de fibra óptica, muy pocos se unen a la «tarea». Mientras tanto, como dije una vez, ¿quién me tira un cable?

Por todas las razones arriba expuestas, tengo algunas preguntas, dudas que me vienen a la mente al leer Cubadebate y sobre los que TODA Cuba DEBATE:

  • Sí el cable ha costado casi 70 millones
  • Si mejoraría la conectividad 3000 veces
  • Si Cuba no puede conectarse a la malla de fibra óptica submarina por virtud de las leyes injerencistas del bloqueo.
  • Si Cuba ha establecido como política el uso social y colectivo de Internet, priorizando las universidades, los centros culturales y de salud, los medios de prensa y los más de 600 Joven Club de Computación.
  • Si el canal de fibra óptica que conectará Cuba y Venezuela es para Cuba una gran esperanza. Mejorará la calidad de la navegación en la Isla y, con el tiempo, dará la posibilidad de extender el servicio de Internet a los hogares cubanos.
  • Si el cable hace soñar con más facilidades de comunicación.
  • Si Cuba no es enemiga de Internet
  • Si el cable es una obra estratégica que beneficiaria a Cuba con el acceso con menos costo a Internet y al servicio de telecomunicaciones.
  • Si es el primer paso en la búsqueda de la independencia en las comunicaciones de la región con respecto a Washington.
  • Si «fuentes oficiales» afirmaron que el cable estaría operativo en el primer trimestre de 2011 para enfrentar los desarrollos futuros.
  • Si este proyecto es integrador, debido a su especialización y a los elementos políticos y estratégicos que confluyen en él.
  • Si sus beneficios permitirán algo imprescindible en el mundo de hoy para un despegue económico y social.
  • Si el 9 de febrero de 2011 el cable había llegado hasta Santiago de Cuba.
  • Si Cuba ha dado un paso muy esperanzador para el futuro de la Internet cubana: el cable submarino que nos une con Venezuela
  1. ¿Por qué Cubadebate nunca más ha mencionado el cable?
  2. ¿Por qué los revolucionarios cubanos debemos escuchar los chismes de corrupción y malos manejos que nos llegan a través de la contrarrevolución sin tener argumentos para rebatirlos?
  3. ¿Cuando nos enteraremos por «fuentes oficiales» que ha pasado?

Recuerden, el cable tiene una vida útil de 25 años. El tiempo corre.

Fuente: http://desdeadentrodecuba.wordpress.com/2013/01/04/la-historia-de-un-cable-contada-por-cubadebate/#comments