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Debate post-electoral en España y Cataluña

¿La nación antes que la clase?

Fuentes: Rebelión

Hace 100 años la Vieja Europa se cubría de pólvora y sangre en la Gran Guerra (1914-1918). Uno de los puntos esenciales de este conflicto bélico fue la contradicción entre Nación y Clase. Muchos partidos socialistas de la II Internacional decidieron aliarse con los partidos liberales y conservadores de sus países bajo sus banderas patrióticas […]

Hace 100 años la Vieja Europa se cubría de pólvora y sangre en la Gran Guerra (1914-1918). Uno de los puntos esenciales de este conflicto bélico fue la contradicción entre Nación y Clase. Muchos partidos socialistas de la II Internacional decidieron aliarse con los partidos liberales y conservadores de sus países bajo sus banderas patrióticas antes que defender la solidaridad internacional y la paz entre las clases trabajadores de diferentes países contra los intereses expansionistas de las burguesías nacionales. La voz de la comunista Roxa Luxemburgo contra la Guerra Imperialista fue puesta en prisión con la complicidad del Partido Socialdemocráta Alemán acusándola de «Traición a la Patria».

Hoy, parece ser que en las izquierdas del Estado Español, con su contexto propio, no se ha aprendido de los errores de esta dicotomía. Tras los resultados de las elecciones españolas del pasado 20 de Diciembre y las catalanas del 27 de septiembre el concepto Nación parece que gana al de Clase en los debates post-electorales.

Vayamos primero a las catalanas, preferencia por simple cronología. Los datos del plebiscito han dado un escenario muy particular. La candidatura independentista JUNTS PEL SÍ para conseguir tener mayoría absoluta necesita el apoyo de 6 diputados de otra formación política en la investidura. La única otra fuerza política independentista es la CUP que tuvo 10 diputados. La CUP antes[1], y recién después[2], de conocer los resultados ya dejó claro que una de sus rayas rojas era no investir al actual Presidente Artur Mas, un icono de la burguesía catalana pujolista y de las actuales privatizaciones que son principios atacantes a la soberanía nacional. Parecía que el discurso de clase social catalana se imponía en la CUP frente a un posible pacto interclasista nacionalista. Pero este domingo 28 de diciembre tras el empate entre SI y NO en referencia a la investidura a Mas en una nueva Asamblea de la CUP, celebrada en Sabadell con 3030 asistentes, no solo no se construye un gran interrogante en sus votantes, y en toda la comunidad política catalana e incluso española por sus vínculos institucionales, sobre cuál será finalmente la posición de la CUP sobre la investidura de Mas sino que desde el resultado electoral la posición nacionalista de las CUP ha ganado terreno a la clasista llegando a sobrepasarse una línea roja de la campaña electoral simplemente al generarse un debate que no era necesario según las promesas iniciales.

En el caso español, el debate post-electoral no deja de lado tampoco los nacionalismos. Con los resultados obtenidos las dos posibilidades más coherentes en referencia a nivel cuantitativo, tener la mayoría absoluta en la investidura, es la proalemana o la proportuguesa. La primera es un pacto que se etiquetará como Unidad Nacional entre el histórico «bipartidismo» entre PP y PSOE justificado en doble sentido; contra el independentismo catalán y contra la amenaza de la nueva izquierda de PODEMOS. Esto es posible o bien con el apoyo del PSOE en la investidura del líder del PP Mariano Rajoy, o con la abstención del PSOE para no perder su rol de principal fuerza de oposición y así no dejar ese espacio a PODEMOS. Y el segundo, la proportuguesa, es un pacto entre PSOE, PODEMOS, UNIDAD POPULAR-IU y posiblemente algunos partidos nacionalistas catalanes y vascos para derribar al extremista mononacionalista español PP. Para hacer ese posible pacto PODEMOS tras conocer los resultados electorales rápidamente anunció 5 condiciones para negociar; reforma constitucional para blindar derechos sociales, reforma de la justicia, reforma de la ley electoral, moción de confianza para cumplimiento de programa electoral, y sobre todo, poniendo el acento al referéndum de Catalunya[3] antes que otros posibles referéndums de contenido clasista como Monarquía y República. Los líderes territoriales del PSOE, los llamados Barones, justamente el punto al que más se han opuesto para formar gobierno es el del Referéndum de Catalunya. El Partido «Socialista» «Obrero» Español pone como línea roja la llamada unidad de la nación española por encima de cualquier interés de la clase social como blindar con Podemos los derechos sociales, y es posible que deje gobernar al PP al no aceptar esta condición.

No estamos en un contexto de Guerra Mundial, pero hoy en la península ibérica mientras la pobreza aumenta con el planificado derrumbe del Estado del Bienestar y la supuesta Austeridad, solo para algunos, 13 millones de españoles están en la pobreza y 3,3 millones en pobreza extrema[4], las banderas nacionalistas (sea cual sea, no olvidemos la española bicolor) y las fronteras son el centro de las negociaciones por encima de los intereses de las clases populares.

Posiblemente materialismo ortodoxo, cada interpretación a su gusto, pero jamás un sentimiento nacional que deje de lado un proyecto económico soberano generará la libertad de un pueblo.

Notas:

[1] http://www.europapress.es/nacional/noticia-partidos-evidencian-posiciones-irreconciliables-autogobierno-primer-debate-20150908114343.html

[2] http://www.abc.es/espana/catalunya/abci-antonio-banos-confirma-no-investira-artur-mas-201511041344_noticia.html

[3] http://www.lavozdegalicia.es/noticia/elecciones2015/2015/12/21/cinco-condiciones-podemos-apoyar-psoe/00031450699347520830584.htm

[4] http://www.eldiario.es/economia/pobreza-dispara-Espana-alcanza-poblacion_0_441306739.html

Anibal Garzón. Sociólogo, comunicador, y experto en cooperación internacional

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.