Recomiendo:
0

Entrevista a la traductora Josée Kamoun

«La obra literaria se puede traducir y volver a traducir de la misma manera que una obra de teatro se puede llevar a escena de distintas maneras indefinidamente. No hay una verdad última del texto»

Fuentes: Encres Vagabondes

Traducido del francés para Rebelión por Beatriz Morales Bastos

¿Cómo llegó a la traducción?

Mi padre, corso-siciliano, hablaba tanto italiano como francés, mi madre, que tenía raíces en la Francia profunda (y era profesora de filosofía), creía que los dialectos locales [de Francia] tenían un gran encanto. Mi abuela materna (ya) era anglista …digamos que en casa había sensibilidad hacia los fenómenos de la lengua. Yo hice Clásicas, latín y griego, y era buena: mi profesor del último curso de bachillerato hacía que los demás alumnos de la clase leyeran mis traducciones para que adivinaran si era un original o una traducción. Me decían que un día sería traductora: me sonaba bien. Y, más adelante, un día un compañero de [la Universidad] Paris III que estaba acabando la tesis me propuso firmar por él un contrato de traducción para [la editorial] Seuil, porque no tenía tiempo.

¿Cuál fue su primera traducción?

Se trataba del libro de un periodista estadounidense sobre Versailles, pasiones y política. Acepté, era muy agradable, escrito en un lenguaje límpido y elegante. A continuación Seuil me propuso una novela muy voluminosa que me valió un premio: me había lanzado.

Ha traducido textos de Philippe Roth y de John Irving. ¿Cómo ocurrió aquello?

Increíble, pero cierto, son dos autores que me «sirvieron en bandeja»; nunca habría osado pedirlos; confianza y también coincidencia de circunstancias.

¿Lee usted los demás libros del autor cuando tiene que traducir un texto?

Sí… si tengo tiempo, si hay una temática común, un trasfondo común, si se considera un libro central en la obra del autor… si me apetece. Por ejemplo, con Virginia Woolf ya había leído todo antes. Con Roth todavía no he tenido tiempo, pero lo tendré.

¿Cómo aborda el texto que va a traducir, primero globalmente, leyendo el texto completo o a medida que traduce?

Durante años no conocía a los autores que me proponían, así que había que leer el texto íntegramente y de cerca para saber si iba a aceptar. Vivir un año (de media) con una novela no es cualquier cosa. Además, solo la lectura global permite apreciar los efectos de composición y algunos problemas fundamentales. A continuación, están las cinco versiones, incluso más en algunos pasajes. Pero hoy, con Roth e Irving, me doy el lujo de irlo descubriendo, es más estimulante.

¿Cómo integra la musicalidad de las palabras para que vuelva a aparecer en su traducción?

Una vez planteada esta amarga verdad de que el inglés nunca tendrá la música del francés por razones tanto rítmicas como fonéticas, una se dedica en primer lugar a oír la música particular de cada autor, de cada obra. Hace unos años, durante una conferencia por lo demás muy aburrida, oí la voz de Faulkner grabada. Leía un monólogo de Vardaman en Mientras agonizo. T enía una voz un tanto nasal, con un tono relativamente agudo y leía bastante rápido, en un tono francamente tipo blues; estaba segura de ello, se oía en el texto. Estoy convencida de que también se escribe con el cuerpo, con la respiración, casi con el timbre. Cuando traduzco a Roth, oigo su voz, cuando acelera o ralentiza: esto se puede traducir contrastando las [vocales] largas y las breves, imitando los grupos de palabras entre respiración y respiración. En parte se hace por instinto si no se está sordo. Una anécdota de traductora. Hace unos doce años trabajaba para [la editorial] Gallimard por primera vez; un texto de prosa poética que me habían anunciado como casi intraducible (hasta unos traductores de poesía había tirado la toalla). Se puede imaginar mi ansiedad cuando el mensajero me trajo el libro. Mi hijo, que tenía dieciocho años y ya era contrabajo, pasó entonces por casualidad por casa, se apropió del libro del que acababa de hablarle y leyó las páginas de apertura. «Curioso, cuando leo este libro tengo la impresión de tocar el contrabajo… «. Aquello me decidió, firmé. Años más tarde me encuentro sentada en torno a una mesa con el autor y otros dos traductores una de los cuales era nuestra anfitriona. Unos periodistas franceses dan la enhorabuena autor por la traducción y le cuento la anécdota mi hijo. Se arrellana en el asiento y tras un silencio me explica: «Soy contrabajo, compuse esta obertura como un trozo de contrabajo». Puede imaginar la cara que pusimos los tres traductores…

¿Cómo es la revisión del texto?

Se rumia, se repasa. En la primera versión, una se ciñe al texto y después se aleja cada vez más. Se apropia de su sustancia. Hacia la antepenúltima versión, se vuelve sobre ello. Se leen el texto y la traducción en paralelo. Hay pasajes más espinosos: con el texto del que acabo de hablar, creo que rehice la obertura unas treinta veces, pero eso es completamente excepcional.

¿Cómo se alía la fidelidad al texto con la distancia para recrear un texto coherente?

Ese es el problema. Es, además, lo que nos preguntan los estudiantes cuando enseñamos traducción. Pero no existe una respuesta única y a pesar del formidable trabajo de los «traductólogos», ni siquiera hay una teoría. Lo que se puede decir es que la literalidad no es fiel. Hay que establecer una jerarquía de prioridades en relación a lo que se comprende y siente de un texto, lo cual hace que los buenos traductores creen opciones diferentes.

¿Qué similitudes y diferencias hay entre cada traducción?

Cada texto es un universo en sí mismo, con sus redes, sus asociaciones, su llamado idiolecto. En nuestra propia lengua esto ocurre con las novelas e incluso con la forma de hablar de la gente. Se comprende, pero sin duda no del todo en la misma medida. Hay traducciones en las que todo resiste, no hay casi nada dado. Otras que se imponen a pesar de la profundidad y riqueza del texto. Es difícil traducir un texto mal escrito, como un mal bailarín que no lleva a su pareja.

En el caso de los autores contemporáneos, ¿los conoce usted?

A veces ocurre, pero aparte de Irving y Roth, no con mucha frecuencia. Pero al menos intercambio correspondencia. Ahora con el correo electrónico es verdaderamente fácil.

¿Es necesario? ¿Sirve de ayuda?

Sí, es una ayuda. He hablado de las prioridades del traductor; si coinciden con las del autor, tampoco está mal … y después, a veces hay palabras o pasajes que plantean un simple (!) problema de comprensión.

¿Mantienen el contacto después dela traducción?

Nunca ha ocurrido. Nunca he establecido una relación de amistad con un autor, aunque mis relaciones con Roth son de gran confianza mutua, aunque pasemos horas trabajando juntos y aunque yo aprecie tanto su amabilidad como su profesionalidad. Aún así, si no le tradujera más, sin lugar a dudas saldría de su campo de conciencia. Lo que cuenta es su arte, lo entiendo perfectamente.

Traduce los autores que le propone el editor. ¿Propone alguna vez traducciones al editor?

No, no tengo tiempo de hacer el trabajo de los agentes, de los  «scouts» [lectores] (que son una corporación activa e influyente). La razón es que siempre he tenido dos trabajos.

¿Qué particularidades tiene la traducción de textos literarios?

Solo traduzco este tipo de textos, pero, en todo caso, tengo idea. La obra literaria es una obra de arte y, por consiguiente, polisémica de entrada, y que debe seguir siéndolo en la medida de lo posible (lo cual es fácil de decir, aunque a veces el traductor tiene que «tomar partido» por un sentido antes que por otro puesto que la palabra que corresponde a uno de los sentidos no es polisémica en francés: por ejemplo, » fair » en inglés = rubio, guapo, justo, equitativo. Si el inglés juega con esta polisemia, el francés, por su parte, se verá obligado a elegir). La obra de arte pone en juego unas técnicas propias, en este caso, figuras de estilo. Tienen una composición que es significativa. Se puede traducir y volver a traducir de la misma manera que una obra de teatro se puede llevar a escena de distintas maneras indefinidamente. No hay una verdad última del texto.

Fuente: http://www.encres-vagabondes.com/rencontre/kamoun.htm

rCR