Artículos

Un año de guerra entre Rusia y Ucrania – OTAN, ha dejado casi un cuarto de millón de muertos, decenas de miles de heridos, millones de desplazados, ciudades arrasadas y la amenaza de una escalada militar que podría arrastrar a toda Europa, o incluso la posibilidad cada vez más real de un holocausto nuclear de consecuencias mundiales.
Sobre las razones de la invasión norteamericana contra Panamá, el 20 de Diciembre de 1989, al igual que sobre otras coyunturas políticas importantes, como la separación de Colombia en 1903, empiezan a tejerse una serie de falacias históricas mediante las cuales algunos sectores políticos quieren falsear su pasado dándole una envoltura heroica que no tuvieron.

Treinta tantos años atrás, cuando Estados Unidos invadió Panamá, el mundo vivía una coyuntura histórica de cambio de signo político; la Guerra Fría agonizaba, aunque no nos dábamos cuenta.

Hay un reconocimiento de que el oficio de la historia consiste en una lucha para establecer qué es mentira y qué es verdad, en la muy conocida afirmación: “la historia la escriben los vencedores”.

La disputa no es solo por Ucrania, sino principalmente por Europa, que es la gran perdedora, pase lo que pase.

La conmemoración de la firma de los Tratados Torrijos-Carter ha sido utilizada por los dirigentes del Partido Revolucionario Democrático (PRD) para exaltar la figura de su fundador, Omar Torrijos, y resaltar el supuesto “error” de los que, por razones patrióticas o antiimperialistas, no apoyamos en ese momento el acuerdo.
(Los compañeros y amigos, Berna Menezes y Mario Azeredo, dirigentes de la corriente Fortalecer del Partido Socialismo y Libertad, PSOL, de Brasil, me han hecho el honor de presentar este libro que es una contribución muy importante al análisis del momento actual que vive el mundo).

Entre el 22 de junio y el 15 de julio de 1826, se reunió en Panamá el Congreso Anfictiónico, el cual tenía el gran objetivo de crear una confederación de los pueblos iberoamericanos, desde México hasta Chile y Argentina.

Después de 33 años de lucha, de exigencias, de movilizaciones, de espera, finalmente se ha hecho algo de justicia a las víctimas de la invasión norteamericana contra Panamá del 20 de Diciembre de 1989, con la promulgación de la Ley de Duelo Nacional.