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Día Europeo de la Lucha contra la Pobreza Energética

La pobreza energética también sigue en funciones

Fuentes: El Salmón Contracorriente

El estudio de la Asociación de Ciencias Ambientales afirma que de las 24.000 muertes que se producen en invierno, se podrían evitar entre 2.400 y 9.600 erradicando la pobreza energética. Organizaciones en lucha contra la pobreza energética reclaman un cambio en el estudio del fenómeno que afecta a casi 4 millones de personas y añadir […]

El estudio de la Asociación de Ciencias Ambientales afirma que de las 24.000 muertes que se producen en invierno, se podrían evitar entre 2.400 y 9.600 erradicando la pobreza energética. Organizaciones en lucha contra la pobreza energética reclaman un cambio en el estudio del fenómeno que afecta a casi 4 millones de personas y añadir un análisis cualitativo del problema, lo que haría crecer exponencialmente la cifra de personas afectadas.

La Organización Mundial de la Salud entiende por pobreza energética como la incapacidad de un hogar de satisfacer una cantidad mínima de servicios de la energía para sus necesidades básicas, como mantener la vivienda en unas condiciones de climatización adecuadas para la salud (18 a 21ºC en invierno y 25ºC en verano). Un concepto que acuñó por primera vez la investigadora británica Brenda Boardman a principios de los años 90 y en el que establecía el umbral de la pobreza energética o de combustible cuando no se pueden pagar los servicios adecuados de energía con el 10% de los ingresos, definición que estuvo vigente hasta 2012 fijando dos condiciones:

  • Los costes de energía domésticos en los que tendrían que incurrir para obtener un nivel de confort térmico adecuado están por encima de la mediana.
  • Si tuviera que gastar esa cantidad, dispondría de unos ingresos por debajo de la línea de pobreza oficial (60% de la renta mediana después de deducir los gastos asociados a la vivienda , diferentes a los de energía).

En España, el concepto de pobreza energética aparece en el debate público de forma relativamente reciente, en tiempos de recesión económica, especialmente a partir de la publicación del primer informe sobre la cuestión realizado por la Asociación de Ciencias Ambientales (ACA) en 2012 (con datos de 2010), que actualizaría dos años más tarde (con datos de 2012) y que prevé actualizar sus datos en 2016. Al no existir una encuesta específica que la determine se utilizan los datos de ingresos y gasto real de hogares proporcionados por el INE, en la Encuesta de Presupuestos Familiares (EPF).

Ya en 2014, el estudio de la Asociación de Ciencias Ambientales afirmaba que de las 24.000 muertes que se producían en 2012 durante el invierno en España, la erradicación de la pobreza energética evitaría potencialmente entre 2.400 y 9.600. Y la población afectada por pobreza energética rondaba el 9% de los hogares españoles (equivalente a unos 4 millones de personas).

En 2012, el porcentaje de hogares con gastos de energía desproporcionados alcanzó el 17% (más de 7 millones de personas) y el porcentaje de hogares españoles que se declaraban incapaces de mantener su vivienda a una temperatura adecuada en invierno era del 9% (alrededor de 4 millones de personas). Esto implicaba un aumento del 34% en el primer aspecto valorado y un 19% en el segundo,

Factores sociales en la pobreza energética

Más allá de los datos económicos son varias las organizaciones que trabajan por incluir aspectos más cualitativos a estas investigaciones. Es el caso de la ABD (Asociación Bienestar y Desarrollo), quien ha presentado su «Informe sobre la vivencia de la Pobreza Energética en el Área Metropolitana de Barcelona».

Desde la ABD, además de los indicadores económicos analizan una serie de datos cualitativos:

  • Pedir ayuda para pagar las facturas energéticas
  • Haber sufrido cortes de suministros
  • Declarar no poder calentar la vivienda
  • Haber encendido más tiempo la calefacción u otros sistemas si hubiera podido hacer frente al pago

Aplicando este baremo, en el área metropolitana barcelonesa donde trabaja la asociación, las estadísticas revelan que un 76% de los hogares sufre pobreza energética, frente al 65% que sale de valorar solamente los indicadores económicos, y por el casi 10% que fijan los estudios centrados en los ingresos económicos. A través del proyecto Fuel Poverty Group – Energía Justa, ABD realiza un trabajo de prevención que permite a la población empoderarse y hacer frente a los abusos y el desconocimiento sobre el consumo de energía.

En palabras de Núria Salas, directora del Área de Inclusión y Pobreza de ABD, Asociación Bienestar y Desarrollo: «Existe una pobreza energética oculta que necesitamos hacer visible a aquellas personas que reducen los gastos de energía hasta minimizar su impacto en los ingresos familiares», asegura con motivo del Día Europeo de la Lucha contra la Pobreza Energética y que pone en el foco mediático el fenómeno. En este sentido, Salas explica que las familias que disminuyen drásticamente su consumo energético, porque no pueden hacer frente al pago, actualmente quedan fuera del índice del 10%, «con nuestra propuesta hacemos que estos casos afloren».

En la lucha por mitigar los efectos de la pobreza energética se encuentra el proyecto RedonDando una iniciativa que tiene el objetivo de fomentar el desarrollo de un nuevo modelo de generosidad en el estado español basado en ofrecer la posibilidad de redondear en los puntos de venta de las compras ordinarias, con el fin de destinar la cantidad recolectada a la mitigación de la pobreza energética. En países como Francia, Alemania y Reino Unido se han logrado superiores a 1 millón de euros anuales desde su implantación. La lucha contra la pobreza energética continúa.

Más información: Estudio de Pobreza Energética en España 2014

Fuente: http://www.elsalmoncontracorriente.es/?La-pobreza-energetica-tambien