Recomiendo:
0

La rebelión pacífica de las personas ahogadas por las hipotecas

Fuentes: Diagonal

En las últimas semanas, los desahucios frustrados por la acción ciudadana han crecido en la misma proporción y con la misma velocidad con la que se extienden las plataformas de afectados por la hipoteca (PAH) por todo el Estado. Un proceso de empoderamiento de las familias que no se entiende sin el empuje solidario del […]

En las últimas semanas, los desahucios frustrados por la acción ciudadana han crecido en la misma proporción y con la misma velocidad con la que se extienden las plataformas de afectados por la hipoteca (PAH) por todo el Estado. Un proceso de empoderamiento de las familias que no se entiende sin el empuje solidario del Movimiento del 15 de mayo.

Julio César Rodríguez ronda los 50 años, aunque por su rostro sombrío bien podían ser diez más. Originario de Quito, en 2006 se dejó seducir por una financiera sin escrúpulos y, a pesar de su modesto sueldo de peón, invirtió los 35.000 euros de ahorros de toda su vida en un piso en Aluche (Madrid), al que accedió gracias al aval cruzado de dos compatriotas. Al principio todo fueron facilidades y los bancos le concedieron créditos sin problemas, pero pronto comenzaron a apretarle, endureciendo las condiciones de los pagos. Luego todo fue de mal en peor. Se quedó sin trabajo, después sin subsidio de desempleo y, tras lograr paralizar in extremis la primera subasta de su casa, acabó perdiéndola en mayo de 2010 al no poder conseguir los 4.100 euros de costas judiciales que le demandaba el juzgado.

Desde entonces, no sólo carece de vivienda, sino que acumula una deuda de 325.000 euros entre intereses, escrituras y costas de juicios contra sus avalistas, que están obligados a pagar parte de su deuda. Con cuatro hijos y tres nietos, ante la posibilidad de que sea retenida una posible nómina, parece abocado para siempre a la economía sumergida. «Yo sólo quiero poder volver a empezar de cero, pero dónde voy con esta deuda», se lamenta Rodríguez, antes de maldecir a unos bancos «que no sólo reciben millones de ayudas del Estado, sino todo el dinero de gente como nosotros».

De gente como Anuar Kalil, que gracias a la movilización de 500 personas, que acudieron al llamamiento realizado por la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) de Madrid, a la que pertenece junto a Rodríguez, consiguió el pasado 15 de junio paralizar el desahucio de su vivienda, en el madrileño barrio de Tetuán. Era el primer desalojo bloqueado por la sección madrileña de este movimiento, cuyo llamamiento fue apoyado masivamente por las asambleas de barrios nacidas del 15M. «Hemos ganado la primera batalla, pero vendrán muchos más desahucios. Vamos tomando fuerza. Van sensibilizándose muchas personas que durante tiempo estuvieron encerradas, sufriendo solas en sus cuatro paredes, sin la oportunidad de salir. Como afectados que hemos sido arrojados a la calle sin ninguna esperanza, consideramos que aquí, en la lucha, está la vida», aseguró ese día Aída Quinatoa, portavoz de la PAH de Madrid.

A esta pequeña victoria le han seguido varias en diversas localidades. Como en Valencia, donde una PAH recién presentada paraba un primer desahucio el día 17, siguiendo así la estela de resistencia que las más experimentadas plataformas de Cataluña y Murcia han dejado a lo largo de los meses, bloqueando las expulsiones de decenas de familias que iban a quedarse en la calle, sin casa y con una deuda de por vida. Familias como las 15.491 que han sido desahuciadas por los bancos en el primer trimestre de este año, o las 500.000 que en los últimos cuatro años han entrado en una situación de ejecución hipotecaria, quedando en un total desamparo.

La primera, en Barcelona

Y es para hacer frente a esta situación como fueron naciendo las Plataformas de Afectados por la Hipoteca.La primera de ellas nace en Barcelona hace dos años y medio, formada por personas que trabajaban «en el ámbito de los derechos a la vivienda de diferentes colectivos, como V de Vivienda y las Oficinas de Derechos Sociales», que detectaron un número cada vez mayor de personas en proceso de ejecución hipotecaria, según explica Ernest Marco. Hoy, uno de sus logros es que «hemos demostrado que con la organización de las personas afectadas, más los vecinos y otras asociaciones, gracias a la presión ciudadana, es posible paralizar los desahucios». Ahora ya son 11 plataformas en Cataluña -con una actividad frenética en las últimas semanas, gracias a la que han conseguido frenar cinco desahucios en una sola semana- y siguen creciendo.

Desde las PAH de Cataluña y de todo el Estado también trabajan a contrarreloj para presentar una Iniciativa Legislativa Popular para regular la dación en pago, una petición básica que supondría que, como ocurre en numerosos países, con la entrega de la vivienda, el afectado salda su deuda con el banco. A ello se oponen PP y PSOE, pero los afectados siguen luchando por conseguirlo, amparados ya por una sentencia de un tribunal de Navarra que dictaminó la dación en pago de un piso y calificó la actitud del banco como «moralmente rechazable». Amparados también por asociaciones de juristas y por Jueces para la Democracia, que califica de «manifiestamente injusta» la situación actual. Y por la opinión pública, ya que esta propuesta de las PAH ha logrado generar un intenso debate, «y yo creo que con la presión social conseguiremos que algún día se haga efectiva», afirma Ernest.

De todas formas, aclara Quinatoa, la dación en pago es un paso importante, pero sólo un paso. «No podemos permitir que la gente, familias con niños, se queden en la calle. Hay que garantizar el derecho a una vivienda», indica la portavoz de la PAH madrileña, en cuyo origen ha jugado un papel clave la Federación de Asociaciones Vecinales, Democracia Real Ya y los ecuatorianos de CONADEE, que ya llevaban tres años trabajando con hipotecados. Por ello, reclaman medidas como la conversión del parque de viviendas hipotecadas de primera residencia en casas de alquiler social o que el pago de la cuota mensual hipotecaria nunca sea superior al 30% de los ingresos de la unidad familiar, a un plazo máximo de 20 años.

En la misma longitud de onda se encuentran las demás plataformas. María Jesús Martín pertenece a una asociación de El Palmar (Murcia) que da clases de apoyo a los niños por las tardes. Ante la ausencia cada vez mayor de niños, que no regresaban a las clases, saltaron las alarmas: «Empezamos a preguntar y nos enteramos de que había muchas familias a las que estaban echando a la calle porque no podían pagar la hipoteca. Entonces salimos con una megafonía para convocar una reunión sobre las estafas de las hipotecas». Fue así como nació la primera PAH de la región, que hoy cuenta con 300 familias afectadas. Hoy son ya ocho plataformas coordinadas. El trabajo se ha multiplicado en los últimos tiempos, y ahora están ayudando al nacimiento de nuevas PAH, no sólo en Murcia, sino también en localidades de Alicante, Valencia, Jaén y Granada. «Ya no llegamos a todo, porque nos llaman de muchos sitios y cada vez tenemos más afectados», explica Martín.

Ahora, las PAH de Murcia tienen varios frentes abiertos: el primero, la negociación con los bancos, caso por caso, para obtener la dación en pago, un alquiler con derecho a compra o una refinanciación. Si esto falla, las 300 familias pasan a la acción y se trasladan a cualquier punto de la región para impedir que otra familia se quede en la calle, ahora muy arropadas, como destaca Martín, por el movimiento 15M, «que han estado con nosotros desde el principio». Es así como han logrado parar 16 desahucios en tan solo seis meses.

Ante una situación cada vez más grave, en una región que lleva luchando meses contra los recortes sociales impulsados por el presidente Valcárcel, la plataforma de Murcia se ha visto obligada a multiplicar sus funciones, haciendo de intermediaria con los servicios sociales para intentar lograr ayudas a familias en situación dramática, y también «de psicólogos, porque llegan llorando, desesperados, algunos se quieren pegar un tiro», dice Martín, que explica cómo directores de escuela se ponen en contacto con ellos porque «los chiquillos se están cayendo de hambre en las escuelas».

«Primero se han quedado sin trabajo, luego han empezado a dejar de pagar la hipoteca, después el desahucio, y luego ya no tienen ni para comer», añade. Llegados a este punto, la plataforma también está trabajando para lograr que se abran comedores sociales en todos los pueblos de Murcia «para que por lo menos pueda la gente ir a comer a algún sitio gratis hasta que esto se pueda arreglar».

Las dificultades a las que se enfrentan las plataformas son grandes. Organizadas en asambleas de afectados y personas solidarias, ofrecen asesoramiento jurídico gratuito y apoyo a todos cuanto lo necesiten, y debido al aumento vertiginoso de afectados, la carga de trabajo no cesa de aumentar. En Valencia, donde los desahucios se han multiplicado por cuatro desde 2007, la recién nacida PAH se afana en organizarse y lograr nuevos apoyos, en formar una comisión jurídica con abogados solidarios y otra para prestar apoyo psicológico a los afectados con ayuda de profesores y estudiantes de la universidad, nos explica Ana Blanco.

Pero uno de sus mayores problemas es la falta de fondos: «Somos una asociación que no recibe ayuda pública, y esto es una limitación porque tenemos que buscar recursos debajo de las piedras», dice Ernest desde Barcelona. Es lo mismo que le ocurre a Murcia, que se financia con chapas que venden a un euro. «Así sacamos para gasolina, para ir a pueblos a hacer nuevas plataformas y para hacer fotocopias que entregamos al Defensor del Pueblo».

Mirando al futuro

De este modo se siguen organizando para denunciar una situación que consideran insostenible, y solicitan también la apertura de investigaciones judiciales contra los bancos por una posible «estafa sistemática» materializada en las «hipotecas basura» y en cláusulas hipotecarias abusivas.

Pero también denuncian la responsabilidad de la Administración, que «favoreció que las personas se hipotecaran porque no tiene un parque público de viviendas ni impulsó la vivienda pública de alquiler», explica Ernest. Sólo así se puede dar la paradoja de que mientras miles de familias son echadas a la calle, haya un parque de un millón de viviendas sin vender.

Hoy por hoy, el número de plataformas de afectados por la hipoteca se multiplica por todo el Estado, al calor de los triunfos ya obtenidos y de un aumento de la conciencia y la movilización. Por ello, afirma Ernest, «nuestro reto en los próximos meses es intentar coordinarnos entre las distintas plataformas, coordinar las campañas y las acciones» para lograr todos los objetivos marcados.


ORGANIZACIÓN DESDE 2008

Todo comenzó con un blog. En el verano de 2008, cuando el Gobierno todavía defendía que la crisis era una tormenta pasajera, el periodista ecuatoriano Erick Játiva montó la página anticrisis. es, motivado por la cantidad de hogares, como el suyo, que tenían que afrontar el problema de las hipotecas de forma aislada. En sólo una semana el blog se llenó de testimonios y solicitudes de asesoramiento. Nació así Ahorcados por la Hipoteca, la primera plataforma creada en el Estado español para reunir a los hogares con hipotecas imposibles de pagar. La ONG Aesco, próxima a al Partido Socialista de Madrid, prestó asesoría jurídica a los ‘ahorcados’, y cumplió un equívoco papel de dirección en las masivas asambleas que vivió el colectivo en el verano y el otoño de 2008. La desorganización, el ataque de Esperanza Aguirre a la justicia gratuita y, sobre todo, el impacto del desempleo y los retornos (hoy los impulsores de Ahorcados viven en Ecuador) hicieron que la llama no terminara de prender.


EL 15M EXPANDE EL MOVIMIENTO

La eclosión y desarrollo del movimiento 15M de las últimas semanas ha tenido un efecto multiplicador en la movilización de las personas «ahogadas por la hipoteca». Su apoyo directo ha permitido que algunos bloqueos de desahucios promovidos por diferentes PAH en los últimos días se convirtieran en acciones de denuncia multitudinarias, y numerosas acampadas han activado grupos específicos sobre vivienda e hipotecas. En Madrid, buena parte de las asambleas de barrios y pueblos del 15M se ha marcado como una de sus prioridades articular «redes de apoyo mutuo» y activar respuestas locales ante futuros desahucios, y en distritos como Usera o Villa de Vallecas ya hay grupos específicos sobre la materia. Además, los «hacktivistas del 15M» que se han volcado en la cobertura y difusión de las últimas acciones de paralización de desalojos, preparan una «herramienta para bloquear desahucios en todo el país». Por ende, en lugares como Santiago de Compostela, Avilés o Albacete, el movimiento 15M y sus acampadas están sirviendo de germen para futuras plataformas de personas afectadas por hipotecas abusivas.


COORDINACIÓN ESTATAL

El 18 de junio, medio centenar de delegados de las PAH de Barcelona, Valencia, Madrid, Murcia, Terrassa, Sabadell, Girona, así como de otros municipios catalanes, se reunieron en el local de la Federación de Asociaciones Vecinales de Barcelona con objeto de avanzar en una mejor coordinación y consensuar nuevos pasos y estrategias colectivas. En un ambiente atravesado por los éxitos de la última semana, en la que frenaron diez desahucios en diferentes puntos del Estado, las PAH acordaron poner fin a su creciente dispersión comunicativa y crear una web unitaria, con un mismo dominio, que funcionará de paraguas para todas las plataformas. Además, presentarán en estos días en Barcelona, que hace las veces de centro neurálgico del movimiento, una campaña estatal para exigir la regulación legal de la dación en pago.

LÍNEAS DE ACCIÓN DE LAS PLATAFORMAS DE AFECTADOS POR LA HIPOTECA

DACIÓN EN PAGO

Las Plataformas de Afectados por la Hipoteca están preparando una Iniciativa Legislativa Popular para llevar al Parlamento el debate de la dación en pago, que consiste en que al entregar el piso al banco se salde la deuda que se tenía contraída con él. Para ello necesitarán 500.000 firmas. En febrero, PP y PSOE rechazaron una moción de IU e ICV que proponía esta medida. Y el 15 de junio volvieron a rechazar una proposición de ley que regule la dación en pago propuesta por el BNG. Plataformas como la de Madrid reclaman una ley que aplique esta medida con carácter retroactivo.

STOP DESAHUCIOS

Una de las líneas de acción prioritarias en las PAH es frenar todos los desahucios posibles mediante el apoyo popular. Para ello es imprescindible la implicación de la persona amenazada. En Cataluña, se han frenado hasta el momento una veintena de desahucios mientras que en Murcia han conseguido parar 16 desde el 21 de diciembre de 2010. También se han logrado frenar dos desahucios en Madrid, uno en Palma y otro en Valencia, pero el número crece de manera incesante conforme se forman nuevas PAH . Cuando una plataforma recibe una fecha de desahucio, activa su red de voluntarios, con objeto de que ese día, un buen número de personas bloquee, de manera no violenta, el acceso de la comisión judicial a la vivienda. Ante esta situación, a menudo los funcionarios del juzgado desisten y aplazan unas semanas el desahucio.

MOCIONES

Las PAH de Cataluña lanzaron en 2010 una campaña para que los ayuntamientos se posicionaran a favor de la dación en pago y contra los desahucios. Hasta el momento, más de 40 consistorios en toda Catalunya y varios en el resto del Estado han aprobado ya estas mociones. En ellas se insta también a los gobiernos municipales a trabajar con asociaciones de afectados, vecinales y otras organizaciones sociales para evitar los desahucios o, en última instancia, realojar a la familia en condiciones dignas.

Fuente: http://www.diagonalperiodico.net/La-rebelion-pacifica-de-las.html