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La recuperación económica de Rajoy, entre mentiras y medias verdades manipuladas

Fuentes: Rebelión

No hay peor mentira que una media verdad manipulada. En este sentido, el manejo de los datos de paro y empleo que está desplegando el PP y su líder Mariano Rajoy, sirven como el mejor ejemplo de cómo manipular las cifras para que oculten la realidad de una gestión de cuatro años de destrucción y […]

No hay peor mentira que una media verdad manipulada. En este sentido, el manejo de los datos de paro y empleo que está desplegando el PP y su líder Mariano Rajoy, sirven como el mejor ejemplo de cómo manipular las cifras para que oculten la realidad de una gestión de cuatro años de destrucción y precarización del empleo y de pulverización de los derechos de la clase trabajadora, en particular de sus segmentos más vulnerables.

Se hace imprescindible, por tanto, desenmascarar la realidad detrás de las cifras, tanto a nivel de la tan cacareada bajada del paro como en relación al cambio de tendencia del empleo y su relación con la Reforma Laboral.

La verdad sobre la caída del paro

Resulta cuando menos paradójico que, mientras Rajoy defiende que hemos salido de la crisis en base a que la tasa de paro sea inferior a cuando llegó al gobierno, lo cual se puede corroborar en los datos de la última EPA (Encuesta de Población Activa) según la cual, el saldo de los últimos cuatro años es de 436.500 parados/as menos que cuando comenzó el gobierno del PP. Esto aparentemente se contradice con otro dato más interesante pero del cual, el gobierno directamente no habla y es que en estos mismos cuatro años no solamente no se ha creado empleo sino que se han perdido, según la misma EPA, 104.300 empleos. La causa por tanto de la disminución del paro, no es que haya más empleo sino, que se debe exclusivamente a la reducción de la población activa durante estos cuatro años. Cuando el PP llegó a La Moncloa había 23,4 millones de personas en el Estado Español en edad y disposición de trabajar o trabajando, ahora hay solamente 22,9.

Hay tres razones fundamentales que explican esta disminución de la caída de la población económicamente activa y ninguna de las tres es lejanamente positiva sino que deberían preocuparnos profundamente.

La primera, es el retorno masivo de inmigrantes, particularmente latinoamericanos/as, expulsados/as del Estado español por la crisis y el desempleo y que han emprendido el camino de retorno, de hecho la población extranjera se ha reducido en más de 304.000 personas solamente en 2014, esto genera perdida de la riqueza, que implica la diversidad cultural por una parte, pero también perjudica al sistema de pensiones y lastra el futuro crecimiento económico al reducirse una parte de la población por lo general joven y en disposición de trabajar.

Una segunda causa de esta disminución, está dada por el hecho de que 121.500 mujeres hayan abandonado el mercado laboral , como consecuencia de tener empleos más precario s, han sido las primeras en sufrir los efectos de la crisis, además ante la dificultad manifiesta de encontrar un nuevo empleo y las condiciones precarias de los mismos, a las familias les resulta más rentable que las mujeres dejen de buscar trabajo, y retornen a las tareas del hogar. Este dato es extremadamente grave, porque incide en un retroceso después de años de conquistas de equidad de género y por tanto además, constituye un serio problema económico que impacta en un retroceso social importante.

Finalmente un tercer elemento es la emigración masiva de jóvenes, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), 110.500 personas de nacionalidad española de entre 20 y 34 años emigraron a otro país desde 2008 hasta 2014. Lo cual se explica porque la tasa de paro juvenil en el Estado español supera el 49%. Esto comporta un grave problema futuro en relación a la sostenibilidad del sistema de pensiones, en un Estado en que la población envejecida es mayoría y los/as jóvenes al ser expulsados/as del mercado laboral no aportan al pago de las mismas.

En síntesis, en estos cuatro años no solamente no se ha creado empleo sino que además de destruirlo, las causas del descenso del paro son la emigración forzosa de jóvenes e inmigrantes, así como el abandono de las mujeres del mercado laboral. No sé cómo puede un gobierno enorgullecerse y sacar pecho de este drama social que no hace otra cosa que, corroborar que la crisis la están pagando los/as más vulnerables y que ocupaban los estratos más precarios del mercado laboral.

El supuesto cambio de tendencia o los efectos perversos de la reforma laboral

Otro mantra que repiten irreflexivamente y hasta el cansancio los/as jerarcas del PP es el que, supuestamente, la tendencia del empleo ha cambiado y que en los últimos dos años se ha comenzado a crear empleo y por tanto nos encontramos ante el inicio de la recuperación económica.

Esta lectura interesada de los datos, simplemente busca ocultar la realidad de los efectos de precarización de los empleos y reducción de los salarios producto de la Reforma Laboral. En este sentido, es importante explicar cómo ha funcionado dicha reforma.

El Real Decreto-ley 3/2012 que reforma el mercado laboral del Estado español, aprobado en 2012, como medidas fundamentales, abarata el despido, flexibiliza salarios y condiciones laborales a favor de los/as empresarios/as y limita severamente la negociación colectiva, golpeando de lleno a la representación organizada de los trabajadores al interior de las empresas. Sus efectos son inmediatos, entre 2012 y 2013 se masifican los despidos por la vía expedientes de regulación de empleo y llevan a superar los 6 millones de parados/as. Esto se da porque las empresas aprovechan la reforma para despedir con bajos costes a trabajadores/as más antiguos/as y mejor remunerados/as que, sin la Reforma de por medio, hubieran resultado muy difíciles de despedir.

Es así que, el supuesto cambio de tendencia por la creación de empleos en 2014 y 2015, no es otra cosa que la sustitución de dichos/as trabajadores/as fijos/as y bien remunerados/as por otros/as que, comienzan a ser contratados/as estos dos últimos años, pero esta vez con mucho menor salario y en condición de temporalidad, Lo cual se corrobora en el hecho de que, según datos de la agencia Thomson Reuters el salario real promedio ha disminuido en el Estado en torno al 25%, además del crecimiento de los contratos temporales en relación a los indefinidos.

En resumen, lo que se nos intenta vender como una tendencia a la creación de empleo, no lo es, sino que simplemente se trata de la sustitución de trabajadores/as fijos/as con salarios dignos, por otros/as con bajos salarios y condiciones laborales precarias y de sobreexplotación.

Cabe resaltar que los efectos sumamente negativos sobre las condiciones de vida de la clase trabajadora producto de la Reforma Laboral y los cuatro años de gobierno de Rajoy, no se deben de ninguna manera a un error en la aplicación de las políticas de este gobierno, ni a la conocida insolvencia intelectual del jefe de gobierno.

Todo lo contrario, son medidas tomadas y dirigidas desde niveles supraestatales, perfectamente pensadas y que han logrado los resultados que sus gestores esperaban, es decir que ellos/as buscaban efectivamente empobrecer y debilitar a las clases trabajadoras, aumentando así la hegemonía y situación de privilegio de la gran patronal, o dicho en más sencillo, lo han hecho a propósito para aprovechar la crisis teniéndonos más empobrecidos/as y debilitados/as. Finalmente, aunque sectores supuestamente progresistas tengan fobia a mencionar siquiera la lucha de clases y quieran convencernos de que es posible hacer compatibles los intereses de las clases dominantes y las clases trabajadoras; ellos/as, los/as dueños/as del capital, lo tienen meridianamente claro, ya lo dijo el magnate Warren Bufffet: «Por supuesto que existe la lucha de clases, y la estamos ganando».

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.