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Las resistencias a los supermercados salen a la luz

Fuentes: Diagonal

Las resistencias a las grandes cadenas de distribución (supermercados, hipermercados, cadenas de descuento…) aumentan año tras año. El 17 de noviembre (17N) se celebró la primera jornada de acción global contra las grandes superficies con acciones en países como el Estado español, Canadá, Inglaterra, Argentina, Bélgica, México, Holanda, Nueva Zelanda, Estados Unidos, entre otros. A […]

Las resistencias a las grandes cadenas de distribución (supermercados, hipermercados, cadenas de descuento…) aumentan año tras año. El 17 de noviembre (17N) se celebró la primera jornada de acción global contra las grandes superficies con acciones en países como el Estado español, Canadá, Inglaterra, Argentina, Bélgica, México, Holanda, Nueva Zelanda, Estados Unidos, entre otros. A pesar de la participación irregular y una coordinación aún débil, se trata de un primer paso en la coordinación de las resistencias a las grandes superficies.

La jornada internacional tenía como objetivo visualizar los impactos negativos de las grandes cadenas de distribución en los derechos de los y las trabajadores, en el campesinado, en las comunidades locales, en el medio ambiente y en el modelo de consumo. La jornada permitió, aunque de una forma incipiente, la confluencia de acciones contra los supermercados por parte de campañas y organizaciones regionales y nacionales.

Acciones contra el supermercadismo
En el Estado español, se llevaron a cabo actividades en Barcelona y Valencia. La campaña «Grandes cadenas de distribución, no gracias» organizó en la capital catalana una jornada de formación y sensibilización en la que participaron un centenar de personas. Las jornadas sirvieron para desenmascarar «los mitos de los supermercados» poniendo en cuestión su supuesta variedad en la oferta, su flexibilidad horaria, su implantación en la economía local, su preocupación medioambiental… y se expusieron algunas alternativas a este modelo como las cooperativas de consumidores agroecológicos y los circuitos cortos de comercialización.

La jornada concluyó con una acción sorpresa en un supermercado del centro de la ciudad que consistió en un recorrido guiado a lo largo de la gran superficie en la que se explicó el origen de los alimentos que allí se encontraban (productos llegados de la otra punta del mundo: salmón de Chile, plátanos de Honduras, peras de Sudáfrica), los residuos químicos que éstos contenían (pesticidas, transgénicos…), el sobre uso del packaging, etc.

En Valencia, Plataforma Rural y la Xarxa Valenciana de Consum Responsable organizaron una acción simbólica en una gran superficie. Los días previos al 17 de noviembre se presentó en la misma ciudad la campaña «Grandes cadenas de distribución, no gracias».

Contra Tesco y Wal-Mart
En el mundo anglosajón, donde las campañas contra los supermercados están largamente consolidadas, con coaliciones amplias contra Tesco o Wal-Mart, se llevaron a cabo varias actividades. En Gran Bretaña, la coalición Tescopoly Alliance instó a sus miembros a mandar cartas al Gobierno y a la Comisión de la Competencia para exigir transparencia en las relaciones entre las grandes superficies y sus proveedores y reclamar unas leyes de planificación territorial más duras con la apertura de nuevos centros comerciales. La Comisión de la Competencia en Gran Bretaña está, en la actualidad, realizando una investigación exhaustiva sobre los supermercados.

En Estados Unidos se realizaron acciones en algunos estados como aquellas que denunciaron las pésimas condiciones de trabajo en las fábricas de los proveedores de grandes cadenas como Wal-Mart u otras acciones que instaron a «desencadenarse» de los supermercados y realizar las compras, la comida u otras transacciones, durante el 17N, sólo en el comercio local.

La jornada de acción global del 17N surgió de un encuentro internacional realizado en Estados Unidos, a finales del año 2006, y destinado a analizar los graves impactos del creciente número de grandes cadenas de distribución en la alimentación, la agricultura, los derechos laborales… Del encuentro surgió la necesidad de dar una respuesta conjunta y global y con este objetivo se apostó por la convocatoria de una jornada de acción a nivel planetario. El Foro Social Mundial 2007, celebrado en enero del 2007 en Nairobi, subscribió esta llamada.


Cinco grandes cadenas controlan la distribución de más de la mitad de los alimentos que se compran en el Estado español con un 55% de la cuota de mercado. Se trata, de Carrefour, Mercadona, Eroski, Alcampo y el Corte Inglés. Si a éstas les sumamos la distribución realizada por las dos principales centrales de compra mayoristas. El resultado es que el mercado de la distribución de alimentos en el Estado español está controlado, en un 75%, por solo siete empresas.

En lo que respecta a la compra de alimentos, más del 80% de las compras se llevan a cabo en tan solo cinco grandes cadenas: Mercadona, Carrefour (que incluye a Dia y Champion), Alcampo, Eroski y el Corte Inglés (que incluye Open Cor). En conclusión, el consumidor cada vez tiene menos puertas de acceso a los alimentos y el productor cada vez tiene menos opciones para llegar al consumidor.

Es lo que se conoce como la «teoría del embudo»: millones de consumidores por un lado y miles de campesinos por el otro y tan solo unas pocas empresas controlan la cadena de distribución de alimentos. De este modo, y por sólo poner un ejemplo, el precio de los alimentos aumenta anualmente mientras que el productor recibe cada vez menos dinero por aquello que vende y los consumidores debemos de pagar más, siendo la gran distribución la gran beneficiaria.


Artículo publicado en Diagonal, nº 66.