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Ley de separación de familias de Israel

Fuentes: 972mag

Traducido del inglés para Rebelión por J. M.

Con la Ley del Estado-nación Judío en los registros, Netanyahu finalmente puede ser honesto sobre sus intenciones: evitar que las familias palestinas vivan juntas.

Mucha gente ha estado preguntando qué daño causa realmente la «Ley del Estado-nación Judío» de Israel, qué derechos infringe y cómo cambia la situación actual en Israel, en la que los judíos ya son una clase privilegiada. Yo mismo escribí la semana pasada que el poder de la ley radica más en sus declaraciones que en sus ramificaciones legales.

Me corrijo.

El primer ministro Benjamin Netanyahu explicó el domingo exactamente cómo la ley perjudica a un número incalculable de ciudadanos israelíes no judíos, específicamente ciudadanos palestinos de Israel que están casados ​​o son parientes cercanos de residentes palestinos de Cisjordania y Gaza.

El domingo, hablando al comienzo de la reunión semanal del gabinete, Netanyahu dijo:

«La Ley del Estado-nación, antes que nada, afianza la Ley del Retorno. La eleva a otro nivel y esta ley, por supuesto, concede un derecho automático a los judíos, y solo a ellos, a venir aquí y recibir la ciudadanía. La Ley del Estado-nación, por ejemplo, impide la explotación de la cláusula de reunificación familiar bajo la cual muchos palestinos han sido absorbidos en el país desde el acuerdo de Oslo, y esta ley ayuda a prevenir la continua entrada descontrolada de palestinos a Israel. Es posible que esta ley también nos pueda ayudar a bloquear la futura entrada de trabajadores migrantes».

En otras palabras, una de las principales motivaciones de Netanyahu al aprobar la Ley del Estado-nación judío fue evitar que las familias palestinas vivan juntas.

La reunificación familiar es un procedimiento mediante el cual los ciudadanos israelíes pueden obtener la residencia y finalmente la ciudadanía para sus familiares directos que no son ciudadanos.

Para los judíos el procedimiento es discutible porque los judíos ya pueden obtener la ciudadanía bajo la llamada Ley del Retorno. Para los familiares de ciudadanos israelíes no judíos y no palestinos, la unificación familiar puede ser un proceso arduo pero no es diferente de procedimientos similares en muchos otros países.

Sin embargo, si el cónyuge es palestino, un grupo demográfico compuesto casi exclusivamente por ciudadanos árabe-palestinos de Israel, le está prohibido traer a su familiar a Israel y obtener un estatus para ellos como si fueran rusos, daneses, nigerianos, mexicanos, estadounidenses, egipcios o prácticamente cualquier otra nacionalidad.

Esa prohibición se estableció por primera vez hace 15 años y se justificó como medida de seguridad. Técnicamente es una «regulación de emergencia», una categoría de leyes que solo son válidas mientras Israel se encuentre en «estado de emergencia», lo que sucede durante los últimos 70 años. Si el Estado hubiera argumentado honestamente que el objetivo de detener la unificación familiar para los palestinos se debe a cuestiones demográficas y no a cuestiones de seguridad, el Tribunal Superior lo habría desestimado por inconstitucional.

Lo que Netanyahu dijo el domingo es que ahora, con la Ley del Estado-nación judío en los libros, él y su Gobierno ahora pueden ser honestos acerca de sus intenciones. Israel no quiere más ciudadanos palestinos, no debido a preocupaciones de seguridad, sino simplemente porque no quiere más palestinos viviendo en Israel. Con una enmienda constitucional que declara Israel como el Estado judío, donde solo los judíos tienen derecho a la autodeterminación nacional, las leyes discriminatorias con objetivos exclusivamente demográficos son legítimas. Impedir que las familias palestinas vivan juntas es un objetivo legislativo legítimo.

En nombre de mantener Israel como un Estado «judío y democrático» Netanyahu -como Rabin, Barak, Livni y prácticamente todos sus predecesores- concluyó que la demografía es uno de los elementos más fundamentales de la seguridad nacional israelí.

Tómese un minuto y piense en lo que eso significa. Significa que existe una amenaza demográfica. Significa que el hijo de alguien, únicamente por el hecho haber nacido, es una amenaza para la seguridad nacional. Significa que con quién te casas y tu derecho a vivir con esa persona en tu hogar es una grave preocupación de seguridad nacional. Significa que las familias palestinas, simplemente por el hecho de ser familias palestinas, son una amenaza para el Estado judío. Significa que un grupo étnico religioso de ciudadanos israelíes tiene derecho a la familia y otro grupo, que comprende el 20 por ciento de todos los ciudadanos israelíes, no lo tiene.

Fuente: https://972mag.com/israels-family-separation-law/137097/

Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, a la traductora y Rebelión como fuente de la traducción.