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Cronopiando

«¡Lo nunca visto!»

Fuentes:

Todavía no acababan de asentarse las tropas invasoras en las ciudades-campamentos construidas por el vicepresidente y empresario Chaney alrededor de Iraq, todavía los inspectores de la ONU no terminaban de ubicar y destruir las pocas armas convencionales con que contaba ese embargado país, no fuera a ser que los iraquíes ofrecieran resistencia, cuando Donald Rumsfeld, […]

Todavía no acababan de asentarse las tropas invasoras en las ciudades-campamentos construidas por el vicepresidente y empresario Chaney alrededor de Iraq, todavía los inspectores de la ONU no terminaban de ubicar y destruir las pocas armas convencionales con que contaba ese embargado país, no fuera a ser que los iraquíes ofrecieran resistencia, cuando Donald Rumsfeld, el mismo cínico secretario de Defensa estadounidense que se burlara públicamente de las inhumanas condiciones en que tienen en Guantánamo a 600 prisioneros de guerra, anunció alborozado en rueda de prensa, refiriéndose a la inminente guerra, que íbamos a ver «lo nunca visto».

Como si convocara a una función circense, ese otro empresario de la guerra, anticipaba las espectaculares exhibiciones de sus armas y equipos.

«Sólo por unos días, no se lo pierdan… ¡Lo nunca visto!
¡
Pasen, pasen y vean… a la niña sin rostro! ¡Pasen y vean al niño sin piernas!…¡Por primera vez en el mundo…! ¡Con la actuación estelar de la madre de todas las bombas! ¡Funciones matinales y nocturnas… Mujeres y militares gratis! ¡Pasen y vean, lo nunca visto…la bomba de racimo, con su secuela de explosiones en serie! ¡Lo nunca visto…el Goliat de los Mares y el super Tornado inglés!
¡
Si usted cree que ya lo ha visto todo pero no conoce el blindado Challenger… usted no ha visto nada! ¡Y ahora en sesión continua, comenzando a las ocho de la mañana! ¡Lo nunca visto… la bomba que perfora búnkeres y el misil Tomahawk…! ¡Pasen y vean…el famoso helicóptero Apache, el único, el genuino…acompañado de tres helicópteros Black Hawk…por primera vez juntos en el cielo!

¡Pasen, pasen y vean… la casa que se tumba y se levanta… la ciudad que se destruye y reconstruye! ¡Lo nunca visto… el hombre sin cabeza… la mujer sin vientre! ¡No se lo pierdan! ¡Sólo por unos días, que podrían ser semanas, acaso meses…lo nunca visto!

Y así asistimos al espectáculo de las torturas, a las matanzas, a las violaciones… Demasiados efectos especiales para contar la misma sangrienta patraña de siempre.

Han pasado los años y duelen esas imágenes del horror que desatara el gobierno estadounidense. En las primeras filas del espectáculo que prometiera Rumsfeld la gente grita, pero no de júbilo, mientras, casi clandestinas, desfilan las banderas de madera en que entierran su confianza en la odisea, especialmente, cuando los tigres de Bengala, contraviniendo el rol asignado, se empeñan en devorar al domador; cuando el equilibrista, sorprendentemente, se parte el espinazo al desplomarse de su reto y los payasos reiteran gracias que nadie ríe.

La ciudadanía estadounidense ha perdido la confianza en la guerra. Al fin y al cabo, en el programa de mano repartido a la audiencia no figuraba la accidental caída de tantos helicópteros y los tantos blindados accidentados. También se suponía que los agentes secretos de los países invasores no eran identificables, que los iraquíes darían las gracias a sus invasores. Se creía que el petróleo iraquí subvencionaría la nunca vista función de circo y que el público asistente aplaudiría encantado los espectaculares numeritos de tanto reconocido artista pero, ni siquiera el prestidigitador, aquel que se sacara del sombrero las inexistentes armas de destrucción masiva, pudo exponer algunos de sus anunciados trucos y, todo lo que termina proponiendo a la cada vez más frustrada audiencia es la desaparición de los cadáveres, la supresión de las imágenes, el ocultamiento de los marines muertos en la guerra más canalla a la que haya asistido la humanidad, en la mentira más burda que hayan urdido quienes, como Rumsfeld, el más rollizo cadáver que ha dejado la guerra, después de prometer «lo nunca visto» y haber ofrecido lo de siempre, salen como acostumbran del gobierno, sin pasar por un juzgado, a ocuparse de sus propias empresas.
Pronto el Tamiflu subirá de precio y se reproducirán en el mundo los casos de gripe Aviar.

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