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Los errores de McCain se nutren de mentiras

Fuentes: IPS

Al afirmar erróneamente que Irán entrena a miembros de la red terrorista Al Qaeda, el candidato a presidente del Partido Republicano de Estados Unidos, John McCain, confundía varios aspectos de la propaganda de su gobierno. El senador McCain mezcló dos acusaciones contra el régimen islamista iraní, disparadas por el gobierno y amplificadas por la prensa […]

Al afirmar erróneamente que Irán entrena a miembros de la red terrorista Al Qaeda, el candidato a presidente del Partido Republicano de Estados Unidos, John McCain, confundía varios aspectos de la propaganda de su gobierno.

El senador McCain mezcló dos acusaciones contra el régimen islamista iraní, disparadas por el gobierno y amplificadas por la prensa derechista: que entrena a las milicias chiitas del Ejército Mahdi iraquí y que da apoyo tácito o explícito a agentes operativos de Al Qaeda en Iraq.

El candidato acusó el jueves a Irán, en Jordania, de asistir a combatientes de Al Qaeda que luego incursionaban en Iraq para atacar a las fuerzas de la ocupación estadounidense.

A continuación, se corrigió gracias a que el senador Joseph Lieberman, del opositor Partido Demócrata, le advirtió del error con un susurro al oído. Pero era la cuarta vez en poco más de tres semanas que el senador republicano mentaba en público la misma acusación.

La confusión dejó en evidencia ante el gran público la incapacidad de McCain para distinguir a la predominantemente sunita red Al Qaeda del chiita Ejército Mahdi.

Pero indica, con igual énfasis, cuán profundamente ha hecho carne en el candidato uno de los leit motiv favoritos del gobierno de George W. Bush y de su ala neoconservadora: que Irán tolera o ayuda encubiertamente a agentes de Al Qaeda que operan en su territorio.

Estas acusaciones se mantuvieron a pesar de que Teherán suele informar con bastante frecuencia sobre el arresto, detención y repatriación de sospechosos de pertenecer a Al Qaeda.

Importantes medios de comunicación le han dado crédito a la versión de Bush y el sector más conservador de su gobierno.

Los alegatos sobre la existencia de un vínculo entre Irán y Al Qaeda surgieron tras la derrota del régimen de Talibán, que dominó Afganistán entre 1996 y 2001 y protegía a miembros y campamentos de la red terrorista, entre ellos a su líder, Osama bin Laden.

La mayoría de los cuadros de Al Qaeda huyeron a Pakistán, pero algunos, muchísimo menos, cruzaron la frontera hacia Irán.

Funcionarios estadounidenses indicaron después que el régimen en Teherán fue muy receptivo ante los pedidos de Washington de interceptar a los miembros de la red.

Pero el entonces secretario (ministro) de Defensa, Donald Rumsfeld, aseguró en más de una ocasión en 2002 que Irán «protegía» a operativos de Al Qaeda.

Fue en ese mismo periodo que Bush consideró al iraní un «régimen hostil» hacia su «guerra contra el terrorismo».

La propaganda del gobierno fue tomada en serio por la prensa. El diario The Washington Post sostuvo, en agosto de 2002, que «fuentes de inteligencia árabes» localizaron a dos altos dirigentes de Al Qaeda «refugiados en Irán junto con docenas de otros combatientes» de la red «en hoteles y casas de huéspedes en las ciudades fronterizas de Mashad y Zabol».

El informe, según el periódico, «apoya la afirmación de larga data del gobierno de Bush en cuanto a que Iraq –o, al menos, miembros conservadores en la cadena clerical de mando que controla el ejército y la inteligencia– protege a combatientes de Al Qaeda».

Teherán declaró en la primavera boreal de 2003 que mantenía detenidos a altos miembros de Al Qaeda, pero se rehusó a identificarlos. Propuso entonces aportar su información al respecto a Washington, a cambio de datos sobre integrantes de la organización terrorista antiiraní Mujahidín-e-Jalk que se habían entregado en Iraq a fuerzas estadounidenses.

Luego de los atentados terroristas del 12 de mayo de 2003 en Arabia Saudita, que mataron a ocho ciudadanos estadounidenses y a 26 sauditas, Rumsfeld declaró: «Sabemos que hay jefes de Al Qaeda en Irán, presumiblemente no en un área no gobernada».

Posteriormente, la cadena CBS informó: «Funcionarios estadounidenses aseguran tener evidencia de que los atentados con bomba en Arabia Saudita y otros ataques aún en preparación fueron planificados directamente por altos mandos de Al Qaeda que tienen refugio en Irán».

Esa fue una obvia estratagema para insinuar que Teherán estaba deliberadamente permitiendo que miembros de Al Qaeda organizaran atentados.

Sin embargo, el periódico The New York times informó el 26 de mayo de 2003 que la declaración de Rumsfeld había sido cuestionada por otros funcionarios de la administración, quienes señalaban que los mensajes interceptados no se referían necesariamente a los ataques en Arabia Saudita.

Ex funcionarios estadounidenses vinculados con la inteligencia dijeron que nunca hubo clara evidencia de que a los detenidos de Al Qaeda en Irán se les haya permitido operar. Paul Pillar, entonces funcionario de inteligencia encargado de asuntos iraníes, dijo en una entrevista en 2006: «Era difícil saber si estaban libres haciendo cosas o no».

Lawrence Wilkerson, quien se desempeñó como jefe de gabinete del ex secretario de Estado (canciller) Colin Powell, recordó en una entrevista: «Los expertos en Irán coincidieron en que, aun si Al Qaeda hubiera entrado y salido de Irán, eso no implicaba necesariamente la complicidad del gobierno».

De hecho, Irán entregó más de 225 sospechosos de Al Qaeda a sus países de origen en 2003 e informó sus nombres a la Organización de las Naciones Unidas. Arabia Saudita confirmó que Teherán le entregó sospechosos de esa organización.

* Gareth Porter es historiador y experto en políticas de seguridad nacional de Estados Unidos. «Peligro de dominio: Desequilibrio de poder y el camino hacia la guerra en Vietnam», su último libro, fue publicado en junio de 2006.