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Los estudiantes de la Universidad de Damasco resisten frente a las sanciones de EE.UU. contra los civiles

Fuentes: CounterPunch

Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens

DAMASCO. Los estudiantes son gente especial en todo el mundo y el autor de estas líneas ha descubierto que los estudiantes sirios son de los mejores.

Al reunirse otra vez con los estudiantes y entrevistarlos la semana pasada, antes y después de una franca e instructiva discusión con el doctor Mohammad Amer Al-Mardini, el infatigable Presidente de la Universidad de Damasco, sobre la situación actual de los estudiantes y de la enseñanza en la Universidad, es imposible, incluso siendo extranjero, no sentirse orgulloso de los estudiantes sirios.

Unos buenos sitios de reunión, entre otros del campus, son los «cafés al aire libre», una especie de ‘unión callejera de estudiantes’ que está formada por unas pocas sillas y mesas portátiles. Están repartidas entre las docenas de puestos de venta que flanquean «DU Boulevard» alrededor del principal campus de la DU [Universidad de Damasco] en el centro de la ciudad. Allí los estudiantes pueden comprar de todo, desde suministros escolares a teléfonos móviles o bocadillos y es un sitio perfecto para reunirse y conversar con ellos.

Los estudiantes describen los numerosos efectos sobre el sistema educacional en Siria de las sanciones dirigidas por EE.UU. Algunos argumentan que el gobierno de Obama realmente aviva la actual crisis con sus sanciones y consigue el resultado contrario del que la Casa Blanca y sus aliados pretenden lograr. Esas despreocupadas discusiones dejan a un extranjero con un recuerdo de por qué esta universidad y sus estudiantes son de los mejores del mundo.

Más de 200.000 estudiantes a tiempo completo y ‘a distancia’ en la Universidad de Damasco, la sexta por su tamaño en el mundo, fundada en 1901, sienten algunos efectos de las duras sanciones del gobierno de Obama contra los civiles sirios. Los millones de estudiantes de Irán también se encuentran cada vez más en el punto de mira de las «sanciones humanitarias» que según Washington y Bruselas «excluyen alimentos, medicinas y suministros médicos» y por ello «deberían considerarse humanas».

Según la administración y fuentes estudiantiles, entre las facultades de la DU más severamente afectadas por las sanciones dirigidas por EE.UU. se encuentran los Departamentos de Ciencias y las escuelas de Medicina y Enfermería. Los productos químicos utilizados en diversas clases de ciencias, medicinas y equipamiento médico no se consiguen como antes y si algunos se traen de Europa u otros sitios, la Universidad tiene que pagar frecuentemente cuatro veces el precio normal.

La Universidad Brigham Young de Utah conquistó el respeto y el aprecio de muchos sirios por enviar a la escuela de enfermería de la DU medicinas, equipamiento e incluso «muñecos-modelo de bebés» utilizados en Siria para las clases de cuidados a los recién nacidos. Todo esto está prohibido ahora por las sanciones de EE.UU. que supuestamente excluyen equipamiento médico y medicinas.

La Universidad de Damasco, con sus 43 facultades especializadas, no es una institución que funcione en horas bancarias y su compromiso demostrado es dar educación de la más alta calidad a la mayor cantidad posible de estudiantes. La mayor universidad de Siria ahora funciona 365 días al año menos unos días festivos, en parte debido a la creciente cantidad de estudiantes que llegan de toda Siria, ya que la administración y el profesorado universitario trabajan con universidades de las zonas de guerra para garantizar que los estudiantes puedan continuar sus estudios sin perder exámenes. A pesar de todo, cerca de un 18% de los estudiantes de nivel universitario no pueden asistir debido a problemas de transporte y desplazamiento.

Un severo impacto directo y predecible de las sanciones contra los civiles sirios dirigidas por EE.UU. es que han dejado esencialmente desamparados a unos 700 estudiantes sirios en Europa y media docena en EE.UU. obligando a algunos a abandonar los estudios y buscar empleo para sobrevivir. Esto se debe a que, como es bien sabido por los «especialistas» del Departamento del Tesoro de EE.UU. que preparan las sanciones, estos estudiantes ya no pueden recibir fondos para pagar por sus matrículas o gastos de subsistencia en el extranjero porque se ha bloqueado el sistema bancario.

Si las familias pueden juntar algo de dinero para sus hijos que estudian en el extranjero y logran enviarlo a través de Western Union, por ejemplo, una nueva «sobretasa por las sanciones» de 7 euros por cada 1.000 euros enviados, es cobrada por WU y otras agencias de transferencia de dinero, sugiriendo otra forma de especulación bélica. Para dificultar aún más las cosas a los estudiantes, las universidades extranjeras que podrían plantearse prestar dinero a sus estudiantes sirios para los gastos de matrícula o incluso podrían considerar la posibilidad de ayudarles con becas o subsidios han sido «congeladas» y no lo hacen porque no quieren que los perros de caza del Tesoro de EE.UU. las acusen de «violar las sanciones».

Pocos proveedores de alimentos o medicinas quieren arriesgar la ira del Departamento del Tesoro de EE.UU. y las severas penas incluidas, pero no limitadas a multas muy elevadas, por hacer negocios con alguien en Siria respecto a alimentos y medicinas en vista del lenguaje de las regulaciones de las sanciones y los confusos significados legales, incluso para sus abogados, algunos de los cuales han declarado que el lenguaje es incomprensible.

Uno de los ‘perros de caza’ del Tesoro de EE.UU. antes mencionados es David Cohen, Subsecretario para Terrorismo e Inteligencia Financiera. Cohen hizo un viaje a la región a finales del mes pasado para informar a los aliados y empresas, así como a las ONG, incluyendo discusiones en Israel, «para estar seguro de que las sanciones estén afectando gravemente» para usar la frase favorita de la Embajadora en la ONU Susan Rice. El gobierno de Obama, frustrado por el hecho de que sus multifacéticas sanciones no han derribado a los gobiernos de Siria e Irán, ha estado tratando de encontrar y cerrar lagunas en las sanciones e intensifica sus advertencias a la comunidad internacional, sin ambigüedades, de que no interfieran en las medidas de la Oficina de Terrorismo e Inteligencia Financiera de EE.UU. (TFI) o la oficina de Control de Activos Financieros (OFAC) siendo demasiado blandos en la implementación total de las sanciones.

Mientras tanto, el Departamento de Educación de Siria se suma a la lucha para proteger las instituciones educativas de Siria y cuenta con el apoyo de varias asociaciones estudiantiles. Hasta la fecha, el Ministerio no ha reducido sus sustanciales desembolsos a las universidades. Los gastos de matrícula siguen estando entre los más bajos del mundo en la Universidad de Damasco, que también provee de alojamiento a 15.000 estudiantes. La administración de la DU se esfuerza actualmente para encontrar más espacio en los dormitorios para los que necesitan alojamiento. A pesar del conflicto, los campus de la DU siguen funcionando, incluso en Deraa, cerca de la frontera jordana donde comenzó la actual crisis.

Numerosos estudiantes trabajan como voluntarios en la ayuda a las escuelas primarias sirias que la necesitan urgentemente. Según una evaluación educacional de UNICEF, de diciembre de 2012, por los menos 2.400 escuelas primarias sirias han sido dañadas o destruidas, entre ellas 772 en Idlib (50% del total), 300 en Alepo y otras 300 en Deraa. Más de 1.500 escuelas se utilizan como refugios para las personas desplazadas. La comunidad de la Universidad de Damasco también ha enfrentado el desafío humanitario de ayudar a las instituciones educativas hermanas afectadas por la actual crisis, incluyendo los campus de Homs y Alepo entre otros. El autor de este informe ha entrevistado a varios estudiantes de la Universidad de Damasco, entre los 9.000 voluntarios, incluyendo refugiados palestinos, que donan su tiempo trabajando con la Sociedad de la Media Luna Roja Siria (SARCS). Muchos estudiantes de la DU también trabajan como voluntarios en la ayuda a las escuelas primarias.

La sombría realidad de las familias, hospitales e instalaciones de atención sanitaria en toda Siria, y ahora sus universidades, estudiantes e instituciones educativas, sufren las denominadas «sanciones humanitarias» que destacan las excepciones para alimentos, medicinas y equipamientos médicos, poniendo en ridículo una vez más en este país y en todo el mundo, los supuestos valores humanitarios del gobierno de Obama.

En lugar de atacar a los futuros dirigentes de Siria, la Casa Blanca debería anular sus sanciones que afectan a los estudiantes y enviar al Secretario Kerry a Damasco para encontrarse cara a cara con el pueblo y el gobierno sirio y demostrar un verdadero interés de EE.UU. en la detención del derramamiento de sangre. Los vehículos blindados y diversa «ayuda no letal» a uno de los bandos del conflicto solo prolongarán la matanza, como confirmará cualquier estudiante en este país.

Franklin Lamb realiza investigación en Siria. Contacto: [email protected]

Fuente: http://www.counterpunch.org/2013/03/08/dont-drone-us-dudes/

rCR