Recomiendo:
0

Los «Le Pen» israelíes y la huelga de hambre y sed de Palestina prisionera

Fuentes: Rebelión

La guerra psicológica del sionismo contra los prisioneros y las prisioneras de Palestina se ha intensificado, dicen aceptar negociaciones que no realizan, falsifican vídeos donde líderes de la huelga como Barghutti renuncian a continuar, admiten alguna visita de familiares a algunos presos… y mientras encierran a los más reconocidos líderes en celdas de 1 y […]

La guerra psicológica del sionismo contra los prisioneros y las prisioneras de Palestina se ha intensificado, dicen aceptar negociaciones que no realizan, falsifican vídeos donde líderes de la huelga como Barghutti renuncian a continuar, admiten alguna visita de familiares a algunos presos… y mientras encierran a los más reconocidos líderes en celdas de 1 y ½ por 2 en total oscuridad y sin ventilación, incomunicados con el exterior y en medio la mayor falta de higiene, o los trasladan de cárcel en cárcel un día y otro, o les roban el agua y la sal, o les asaltan con perros furiosos, o…

Y por el contrario los prisioneros palestinos y las prisioneras palestinas sólo piden que se les respeten los Derechos que les pertenecen y les son reconocidos en todos los Acuerdos Internacionales y estamentos de justicia.

El problema es Israel, es el ente del apartheid, de la segregación racial, del neocolonialismo en Oriente Medio, es el generador de conflictos, ocupa, crea asentamientos, bombardea, lleva la guerra a los vecinos, financia y cuida a los mercenarios del DAES, … es el enemigo del Derecho Internacional.

La solidaridad organizada adquiere una importancia de máxima urgencia: desde los campos de refugiados, desde el exilio, desde las organizaciones políticas, sindicales, sociales, colegios profesionales, Premios Nobel de la Paz y otras personalidades, gobiernos, ciudadanía en general, organismos internacionales, iglesias, … se han venido sumando al campo palestino en abrazo fraterno con los prisioneros y las prisioneras en lucha por su Libertad y su Dignidad: además de tener el Derecho a su favor, ¿se puede tener más legitimidad expresada a viva voz?

¿Quién se ha pronunciado a favor de Israel, del apartheid, de la segregación racial, del neocolonialismo? El fascio israelí ha vociferado que los va a dejar morir. Su afrenta al pueblo palestino es su desafío al mundo entero, y éste a su vez se separa más y más de los Netanyahu, Lieberman, Gilad Erdan y el resto de Le Pen israelíes.

Ayer mismo el anciano Patriarca de Antioquía y todo Oriente, Gregorio III, manifestó que empezaba su huelga de hambre en solidaridad con los palestinos y palestinas en prisiones sionistas.

Hoy ha anunciado que se suma a la huelga de hambre Monseñor Atallah Hauna, Arzobispo de Sebastia del Patriarcado Ortodoxo Griego de Jerusalén, y ha dejado dicho: «Con su huelga de hambre, los presos palestinos buscan enviar un mensaje al mundo entero, subrayando que somos un pueblo que tiene derecho a su libertad en su sagrada tierra».

El crecimiento de la solidaridad va venciendo el silencio, va venciendo a la ambigüedad y la falta de respeto hacia los Derechos reconocidos de los prisioneros y las prisioneras, la solidaridad va venciendo a la siembra de la normalización de la injuticia.

A Gilad Erdan Le Pen le gustaría que sus periodistas gritasen al unísono su frase preferida: «No negociaremos con terroristas», que en su lenguaje al margen de la política es «Que se joda el mundo», pero su prensa sabe que decir tal cosa haría ver aún más lo que es Israel, y aquí sus comunicadores hacen de ello una cuestión táctica. Quieren tapar a una empresa colonial que como tal no se atiene a ningún Acuerdo, Tratado, Derecho de todos los gobiernos. Su violencia y sus intereses dicen de ella que no es más que eso, un negocio que no puede ganar el estatus político como país si no es destruyendo a un pueblo asentado y pacífico, lo que significa un límite que se le expone y queda escrito en la Historia del mundo.

La huelga de hambre de los prisioneros y las prisioneras de Palestina ha unido las voluntades deseosas de un país libre, independiente y soberano, ha superado las insuficiencias y contradicciones sectarias de quienes durante años han mirado al ocupante como ese con el que debe pasarse la vida pacientemente.

Quienes alentaban la unidad en todos los ámbitos han demostrado que era y es la opción más clarificadora, que presenta a Palestina con más razones, que la unidad se proyecta como nación en la lucha.

Los mismos que combatieron contra Mandela son los que colonizan Palestina, los que mienten en sus informaciones, los que han encarcelado tan sólo desde 1967 a más de 800.000 palestinos y palestinas.

Tanta maniobra para que no hable nadie, tanto encerrar a los prisioneros y prisioneras en celdas de castigo, tanto traslado de cárcel en cárcel para debilitarlos hasta lo insoportable, tanto asalto con perros furiosos estando en medio del hambre en sus celdas en mitad de la noche, tantas palizas, tanta detención administrativa, sin acusación, ni juicio, ni derecho a la defensa, ni derecho a tener visitas familiares más que unos minutos al mes, ni poder ver a los hijos e hijas, ni poder hablar por teléfono, ni poder estudiar, ni poder hacerse una fotografía para la familia, ni tener tratamientos médicos adecuados, incluyendo en todo y más a niños prisioneros y a niñas prisioneras… ahora arrecian también con la guerra psicológica para romper la unidad.

Ante tanto sufrimiento, desde éste día 7, prisioneros y prisioneras han añadido a la huelga de hambre la huelga de sed para que los sionistas no retrasen más la respuesta a sus Derechos. La solidaridad organizada es la mejor erramienta de presente y futuro que le podemos dar al Movimiento del Hambre.

Ramón Pedregal Casanova, los dos últimos libros «Gaza 51 días» y «Palestina. Crónicas de vida y Resistencia» pueden bajarse de internet. Presidente de la Asociación Europea de Cooperación Internacional y Estudios Sociales AMANE.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.