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Divisiones entre los islamistas y en la izquierda

Los palestinos desgarrados por la crisis siria

Fuentes: Orient XXI

Traducción para Rebelión de Loles Oliván.

La cuestión que plantea el levantamiento sirio en el Movimiento Nacional Palestino no consiste simplemente en tomar partido a favor de la oposición o del régimen; se trata asimismo de saber si puede contener sus divisiones y gestionar los desacuerdos de manera política y estratégica. 

Un movimiento islamista palestino dividido

En febrero de 2012 , Ismail Haniyeh, primer Ministro de Hamas en la Franja de Gaza, pronunció en la mezquita Al-Azhar de El Cairo un discurso que rompía con la lógica de la reconciliación entre el régimen y la oposición siria inicialmente adoptado por el movimiento durante varios meses [1]. El progresivo cambio de posición por parte de Hamas no es ajeno a la radicalización del conflicto militar sirio ocurrido entonces: el enfrentamiento entre el ejército y los combatientes del Ejército Sirio Libre (ESL) en Homs pareció de hecho augurar un importante punto de inflexión en el conflicto y, por ello, Hamas se vio atrapado en un sistema de doble afiliación. Por un lado, debe tratar bien a Irán y a Hizbolá, con quienes forjó una alianza no sólo política, sino también logística y militar. Por otro, debe tener en cuenta una dinámica regional global marcada por la aparición de los Hermanos Musulmanes en el escenario electoral egipcio, tunecino y marroquí, así como el peso geopolítico de Qatar y Turquía.

La posición del Movimiento de la Yihad Islámica en Palestina (MYIP) de Ramadán Challah se distingue claramente de la de Hamas. Jaled Batash, miembro de la dirección del MYIP, reconoce la plena legitimidad de las reivindicaciones «democráticas y sociales» de una gran parte de la población siria. Sin embargo, advierte contra dos peligros: una posible «intervención extranjera», a fortiori occidental, y el riesgo de olvidar que los palestinos de Siria constituyen un actor social y político a la vez interno y exterior en el tejido nacional sirio [2]. Para el MYIP, los partidos políticos palestinos deben esforzarse por proteger a un grupo de personas que Jaled Batash sigue definiendo como «invitadas en Siria». Según él, ponerse del lado del levantamiento sirio podría provocar eventualmente una lógica de pérdida. Hamas reflexiona en el sentido contrario, en términos de posibles beneficios.

La diferencia de posición de Yihad Islámica en relación con Hamas se explica principalmente sobre el terreno ideológico. Su vinculación a la Hermandad Musulmana desde principios de 1980 es más que relativa: la mayoría de sus fundadores, exiliados en Egipto en ese momento, se puso del lado de la revolución iraní de 1979 y posteriormente serían excluidos de la Hermandad egipcia [3]. Su recelo respecto al carácter salafista o hermanista de parte del levantamiento sirio y de su expresión política en el exterior, su crítica sistemática a los Estados del Golfo, incluido Qatar y Arabia Saudí, situaron al MYIP en contradicción con la revolución siria: las motivaciones de sus dirigentes se deben probablemente al temor de un brote de Hermanos (enemigos) Musulmanes y de que finalmente se trastoque el equilibrio regional a costa de Irán y del «eje de la resistencia» contra Israel del que afirman formar parte de forma explícita. El paradigma nacionalista y tercermundista sigue siendo determinante en su enfoque de la política regional. Se debe dar prioridad a la oposición a Israel y al «imperialismo», se rechaza expresamente toda solución militar para los asuntos internos árabes según el principio de que quien divide al mundo árabe está a favor de Israel. Así, en un discurso transmitido en Gaza el 6 de octubre de 2012 con motivo del aniversario del Movimiento, su secretario General, Ramadán Challah, apeló a favorecer una » solución política» en Siria y a renunciar a la vía de las armas.

Más allá de las posiciones ideológicas del partido, el MYIP se sirve de un argumento táctico y pragmático contra Hamas: Qatar, Turquía o Egipto, esencialmente por razones geopolíticas, no sabrían reemplazar -en el mero plano de la correlación de fuerzas militares frente a Israel- los lazos tejidos entre los movimientos islamistas palestinos, por una parte, y con Siria e Irán por otra, durante casi dos décadas. La posición de Hamas en el conflicto sirio, de manera explícita a favor de la rebelión, le sitúa efectivamente en contra con algunos de sus donantes de fondos económicos y militares. Así que trata de mantener ciertos lazos con Irán, como demuestra la serie de delegaciones oficiales de Hamas en Teherán -desde Mahmoud Zahar a Ismail Haniyeh, quien agradeció oficialmente a la República Islámica su apoyo político y militar durante el ataque israelí a la Franja de Gaza en noviembre de 2012 [4].  

La izquierda y Fatah: ¿una neutralidad imposible?  

En la izquierda del espectro político palestino, la ambigüedad con respecto a la crisis siria se mantuvo en otoño de 2013. Los medios de comunicación del Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP) y del Frente Democrático para la Liberación de Palestina (FDLP) se pronunciaron escasamente sobre el tema, y a partir de la primavera de 2011, las noticias sobre Siria son escasas así como la expresión pública de sus dirigentes se vuelve más comedida. En las constantes de la izquierda, algunos elementos muy parecidos a los del MYIP: el rechazo a las diferentes «intervenciones extranjeras», el no-alineamiento estratégico, el llamamiento, de vez en cuando, al diálogo nacional sirio. Transpira en las declaraciones de sus dirigente un doble temor.

 

Por un lado, los palestinos, población de refugiados conformada como «actor débil», no podría tomar las armas junto a los sirios. Por otro, se manifiesta inquietud hacia el Islam político: el léxico islamista utilizado por un sector del levantamiento armado disuade a los palestinos residentes en Siria de participar en una guerra que cada vez adquiere más tintes confesionales. En enero de 2013, Abu Ahmed Fouad, destacado miembro del FPLP, recuerda que la función del partido en Siria debe limitarse a evitar la intrusión en los campamentos de las distintas fuerzas armadas, tanto del régimen como de la oposición.

El temor al islamismo puede asimismo favorecer en la izquierda una lectura del conflicto cada vez más próxima a la del régimen sirio. En marzo de 2013, Leila Jaled, figura histórica del FPLP y miembro de su dirección en Amán, cuando daba un discurso en Túnez con motivo de la conmemoración del cuadragésimo día del asesinato del activista de la izquierda tunecina Choukri Belaid [5] elige enarbolar la bandera de Túnez en una mano y la bandera de Siria -símbolo del régimen actual- en la otra. Las lecturas de la crisis siria en la izquierda palestina oscilan entre un mecanismo de defensa (hay que bloquear el ascenso islamista sunní radical en la región) y una doble desconfianza, tanto hacia el régimen como a la oposición. El rechazo del islamismo es, no obstante paradójico: es el Islam político de los Hermanos o de los salafistas el que se denuncia por lo general en la izquierda, mientras que Hizbolá o el MYIP siguen apareciendo como aliados en una singular forma de alianza de las minorías contra un peligro islamista que se entiende exclusivamente como sunní o próximo a los países del Golfo.

Dado que Hamas ha reducido gradualmente los lazos con el régimen sirio, Fatah también se ha visto obligado a ciertas involuciones sorprendentes. Como hemos visto, al igual que el MYIP o el FPLP, la visión de una oposición siria de marcado carácter islamista ha hecho temer a Fatah que la situación no beneficie al final más que a Hamas en la escena política palestina. Algunos cuadros de las juventudes de Fatah sostienen que prefieren una Autoridad Nacional Palestina que se vuelva hacia Rusia, Hizbolá e Irán para obtener un nuevo equilibrio de fuerzas en contra de los islamistas de la región. La neutralidad mostrada por Fatah en el conflicto sirio parece así tropezar con un registro de pasiones -el miedo a Hamas- que es también una preocupación estratégica: si del debilitamiento del régimen sirio se benefician los oponentes por defecto de Fatah, la caída del régimen también puede entenderse de manera negativa por los herederos de Yaser Arafat. Los medios de prensa de Fatah en Siria se han dado cuenta de que se trata de un conflicto extraño en el que los protagonistas se mantienen oportunamente en la sombra: cada día se identifica en la página de Facebook del movimiento el nombre de las víctimas civiles palestinas del conflicto sin que se mencione en ningún momento la procedencia de los tiros o los bombardeos por los que se han convertido en víctimas [6].

Las divisiones palestinas sobre el tema sirio han mantenido hasta ahora en el orden de lo político y lo estratégico: no han tomado el cariz, por ejemplo, de los enfrentamientos interpalestinos de 1983 y 1984 entre los partidarios del régimen sirio y los de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP). No obstante, en la primavera de 2013 se dieron preocupantes signos de desbordamiento militar en algunos campamentos de refugiados de Líbano [7]. La cuestión que plantea el levantamiento sirio al Movimiento Nacional Palestino no era pues únicamente tomar partido a favor de la oposición o del régimen; se trataba asimismo de saber si podía contener de ser capaz de contener sus divisiones y gestionar los desacuerdos estratégicos manera política y no militar, a diferencia de los ejemplos desastrosos de la década de 1980 o corta guerra entre palestinos del verano de 2007.

La cuestión que ha planteado el levantamiento sirio en el Movimiento Nacional Palestino no consiste simplemente en tomar partido a favor de la oposición o del régimen; se trata asimismo de saber si puede contener sus divisiones y gestionar los desacuerdos de manera política y no militar, a la inversa de los ejemplos funestos de la década de 1980 o de la breve guerra interpalestina del verano de 2007.

 

Notas

1.- Hay que tener en cuenta que el 3 de marzo de 2012, una declaración de Mahmoud Zahar, dirigente de Hamas en Gaza, llamando a la neutralidad de Hamas en el conflicto sirio, vino a contradecir en cierto modo las palabras de Ismail Haniyeh.

2.- Jaled Batash y Muin Rabán: » Kyarna huwa al-Muqawama wa al-Hall as-Sulta al-filastiniya yahtayu ila Niqash watani» (Nuestra elección es la resistencia y la solución de la ANP reside en un diálogo nacional) Mayala ad-Dirasat al-filastiniya, numéro 93, invierno, 2013.

3.- Nicolas Dot-Pouillard y Eugenia Rebillard: Rebillard: «The Intellectual, the Militant, the Prisoner and the Partisan: the genesis of the Islamic Jihad Movement in Palestine (1974-1988)» , The Muslim World, Hartford Seminary, Blackwell Publishing, enero, 2013.

4.- Ismaël Haniyeh, en una forma regional de equilibrismo político, aprovechó la oportunidad para dar las gracias igualmente al Egipto de Muhammad Morsi.

5.- Dirigente de los patriotas demócratas unificados, Belaïd Choukri fue asesinado en Túnez el 6 de febrero de 2013. Leila Jaled, figura destacada de la izquierda palestina, es conocida principalmente por haber organizado varios secuestros de aviones a finales de los años 60.

6.- Véase la página de Facebook de la rama siria de Fatah (Fatah Harakat Iqlim Suriya).

7.- Se han producido escaramuzas armadas en marzo de 2013 en el campamento de refugiados de Ayn al-Helue entre partidarios de Fath y de Fatah al-Islam, estos últimos próximos a Yabhat al-Nusra sirio.

Fuente original: http://orientxxi.info/magazine/les-palestiniens-dechires-par-la,0389