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Entrevista a Luis Alegre, filósofo y coautor de «Educación para la Ciudadanía. Democracia, Capitalismo y Estado de Derecho»

«Luchar por la ciudadanía, la Ilustración y el Estado de Derecho significa ante todo luchar por desactivar la lógica capitalista»

Fuentes: Diario de León

Zahonero publica ahora, con Carlos Liria, un manual para adolescentes que defiende el proyecto ilustrado de ciudadanía como «una exigencia ineludible de la razón»

Luis Alegre Zahonero, coautor del polémico libro Educación para la Ciudadanía. Democracia, Capitalismo y Estado de Derecho de Akal, inauguró ayer el primer curso para formar al profesorado que se celebra en León, organizado por Stele, de cara a la implantación de la nueva asignatura. El filósofo presentó las líneas básicas de la adaptación del libro, por el que algunos sectores de opinión pidieron su inhabilitación y la de los otros autores, entre ellos el filósofo Carlos Fernández Liria, a un manual de Ética y Ciudadanía para cuarto de la ESO. Reivindican, como Sócrates, la ciudadanía como «la condición por la que el hombre puede, en lugar de limitarse a vivir, aspirar a llevar una vida buena».

-¿Cómo han podido adaptarse a las exigencias del Ministerio de Educación desde una perspectiva tan crítica?

-Cuando el Ministerio de Educación diseña un currículo deja un margen bastante amplio de actuación y además nuestro editor nos ha dado libertad. Respetamos escrupulosamente el currículo, pero es un texto con un contenido extraordinariamente crítico.

-Cada comunidad autónoma tiene su propio currículo. ¿El libro vale para cualquiera de ellas?

-Nos hemos guiado por el currículo que diseña el MEC, que tienen que respetar todas las comunidades autónomas, quieran o no. Eso sí, hemos hecho un libro muy largo, con muchos contenidos porque ante todo defendemos una educación disciplinar y con contenidos y, por tanto, hemos hecho un libro de filosofía. Pero creo que sólo va a ser viable como libro de texto en esas comunidades que decidan darle bastantes horas a la asignatura. Las comunidades del Partido Popular ya han anunciado que van a reducir las horas al mínimo que les exige la ley y este libro es inviable con una hora a la semana.

-¿Qué aporta de novedoso con respecto a otros manuales?

-Es el intento de dar a una asignatura sin perfil científico un contenido disciplinario, para que sea una asignatura de Filosofía. La inmensa mayoría de los libros nos parecen de una gran vaguedad, con llamadas a las buenas intenciones y contando lo felices que deben ser todos por vivir en una monarquía constitucional… Creo que hemos intentado hacer de la necesidad virtud y buscar el resquicio para darle un perfil científico o de, por lo menos, ofrecer al profesor la posibilidad de que la convierta en una asignatura de filosofía. La diferencia más nítida es que está escrito desde una perspectiva estrictamente marxista, lo que sinn lugar a dudas nos van a reprochar. Es un libro marcadamente marxista que denuncia la incompatibilidad entre capitalismo y ciudadanía, pero es que están saliendo libros neoliberales, tomistas, con perfiles religiosos… Así no tiene que sorprender que también haya uno marxista.

-La tesis de su libro es que la ciudadanía es un espejismo en el capitalismo. ¿Por qué?

-Porque el Estado de Derecho es una ficción en las condiciones capitalistas de producción. Es un espejismo porque partimos de que el Estado de Derecho son esas condiciones en las que el derecho consigue gobernar el curso de la realidad incluso si lo tiene que hacer en contra de los intereses de los poderosos y de la economía y en condiciones capitalistas se restringe al mínimo el margen de actuación para la política. El parlamento es un espectáculo patético porque cualquier medida que se pudiera plantear por trivial que parezca es contestada por el poder económico. Estamos en un mundo en el que la economía pone barreras y restringe el espacio de actuación de lo que se supone que es la sede de la soberanía en un Estado de Derecho. Además, hay un hecho del que no podemos desentendernos: durante todo el siglo XX cada vez que una opción de izquierdas ha ganado unas elecciones y ha intentado aplicar un programa de izquierdas inmediatamente se ha dado un golpe de Estado. España en el 36 y Chile en el 73 son los casos más llamativos.

-¿Qué proponen al alumnado: una rebelión contra el sistema o que vean que es imposible la ciudadanía, lo cual no deja de ser frustrante?

-Yo no veo que sea frustrante. Lo que intentamos defender ante todo es que el proyecto de la ciudadanía, de la Ilustración y del Estado de Derecho es irrenunciable, aunque sólo sea como idea regulativa. Es una exigencia ineludible de la razón y en ese sentido hay que luchar sin tregua. Ahora bien, sin que se nos olvide que luchar por la ciudadanía, por la Ilustración y por el Estado de Derecho significa ante todo intentar luchar por desactivar la lógica capitalista, que resulta incompatible con el proyecto de la ciudadanía.

-A Sócrates le condenaron a muerte y a ustedes les han tachado de locos por hacer un libro crítico desde la izquierda. ¿Qué diría que tienen en común?

-Sería muy arrogante decir que tenemos algo en común. Nos gustaría tener en común todo con él, a ser posible, excepto la condena a muerte, aunque parece que una cosa va unida a la otra.

-Parece que desvelan el misterio de la muerte de Sócrates ¿Cuál es?

-Con Sócrates se inaugura el proyecto de la Ilustración, de la ciudadanía y del Estado de Derecho que ha sido siempre un proyecto revolucionario e insoportable para los poderosos. El proyecto de la ciudadanía ha resultado siempre insoportable para los poderosos y lo sigue siendo ahora.