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Luminarias para Ahed Tamimi, prisionera

Fuentes: Rebelión

… y a Mahfud Massís   Ahed, un día serás el sol que se levanta de tus manos de niña explosiones de azucenas que hacen caminar las piedras canto clavado en lugar del grito y tus ojos recordarán la rabia entonces la impotencia pero nunca habitarán los tuyos la mirada esquiva de tus carceleras tristes […]

… y a Mahfud Massís

 

Ahed,

un día serás

el sol que se levanta de tus manos de niña

explosiones de azucenas que hacen caminar las piedras

canto clavado en lugar del grito

y tus ojos recordarán la rabia entonces la impotencia

pero nunca habitarán los tuyos

la mirada esquiva de tus carceleras

tristes carceleras de sus almas vacías.

 

Ahed,

un días serás

las huellas que forman los amantes en la arena

levantarás paredes de aire que protejan

la sonrisa la poderosa ingenuidad los juegos

repetidos las veces todas que se volvieron llamas

y esos soldados derrotados por la suavidad de tus puños

despertarán eternos castigados por las sombras

soberbios frutos inicuos de la guerra.

 

Ahed,

un días serás

un nombre luminoso repetido infinitas

veces como Che como Mahatma como Teresa

y celebraremos con entusiasmo los destellos

al verte al frente de las olas en gesta victoriosa

diana en las batallas de tu sonrisa

pronunciado lentamente como si amor fuera

la denuncia al violador de casas en tierra ajena

y el mundo se vuelva otro sin ellos sin ellos pero sin ellos.

 

Ahed,

un día serás

calendario único y brújula de augurios

un cometa en cada corazón que dibuje patrias

y todo hombre llevará tu rostro con orgullo

de quien te sabe mujer mejor que todos ellos

y sus hijos se avergonzarán de ser sus hijos

por no haberte viso cegados por el odio

incapaces de entender tu brillo la alegría de los que siempre crecen.

 

Ahed,

un día serás

la fuerza del volcán la marea que atraviesa

el rencor de los que retornan viejos enemigos

y como caracoles recorren las heridas que siembran en los muertos

pero el libro se deshoja lamiendo ladrillos de venganza

porque una valiente de tu edad les cerró el paso

y no pudieron cancelar tu piel con gases con guantes con correas

ni profanar la dignidad que nunca conocieron de sus madres.

 

Ahed,

un día serás

de todos la humanidad entera aprenderá

tu dolor hecho plumas de acero y barricadas

mientras el ejército israelí desnuda las tormentas

buscando idiomas palabras sílabas con que llamarte

arrasando el suelo donde un justo muere

traicionado entre ladrones y profetas

que hoy se repiten te persiguen te maldicen te aglomeran.

 

Ahed,

un día serás

la familia múltiple de tu coraje de hembra

eco que mueve los rituales de tu pueblo

y te conocerán en cada gesto opuesto a la pobreza

orfebre de esperanzas tu cuello transmuta plomo en oro

mientras cobardes de uniforme tejen cercas

que no vencerán el vuelo redimido de la pesadilla hebrea.

 

Ahed,

un día serás

leyenda en cada boca que niegue la injusticia

y si te encarcelan te maltratan te atropellan

esposan tus tobillos hacen cuerdas tus cabellos

se impondrá la eternidad del canto que besó

la libertad tantas veces insurrecta hasta quedarse

un día será y serás con voz a viento mascarón de proa

y no podrán contigo ni con la historia tatuada en tus mejillas.

 

Ahed,

un día serás

Ahed la palestina Ahed la guerrillera

Ahed Tamimi moldeando dulce la melodía del desierto

cuando Nabi Saleh su aldea secuestrada sin agua sin rebaños

Ahed negó la sangre esparcida entre las grietas

mordió duró pateó con fuerza hasta que la vida encarnó Ahed

prendida en el ojal de cada rebelión que ofrece el pecho

/ abierto a un sueño pleno.

Alejandro Bruzual: PhD en Literaturas Latinoamericanas, poeta y ensayista, investigador de planta del Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos, de Caracas. Tiene más de veinte libros publicados.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.