Los precandidatos republicanos Donald Trump y el senador Ted Cruz se enfrascaron en una batalla mediática que incluye imágenes de sus esposas, subidas a Internet, y acusaciones de infidelidad.
¿Dónde estamos? Frente a guerras, el cambio climático, profundas desigualdades económicas y sociales, violencia, y de todo ese abanico de injusticias, en este país brota un tipo de realidad paralela, donde se siente como si de repente despertaramos dentro de un manicomio.
Tres de los principales precandidatos presidenciales anunciaron algunos de sus asesores de política exterior: el republicano Ted Cruz confía en Elliott Abrams, quien fue a la cárcel por mentir sobre el escándalo Irán-contra, y Frank Gaffney, alguien que ha sido identificado como promotor del odio e islamofóbico por el Southern Poverty Law Center, que observa agrupaciones de odio en este país, alguien que sigue cuestionando si Barack Obama es de verdad un musulmán disfrazado, y quien elaboró la famosa encuesta desacreditada que supuestamente registró que 25 por ciento de los musulmanes en este país favorecen la violencia islamita, lo cual llevó a que Donald Trump anunciara que se debería prohibir el ingreso de musulmanes al país. Hillary Clinton ha dicho que uno de sus amigos, y de quien ha dependido durante mucho tiempo para sus consejos es Henry Kissinger (sin comentarios). Y Trump, a la pregunta de quién lo asesoraba sobre política exterior, respondió en entrevista con un noticiero de televisión: yo hablo conmigo mismo, número uno, porque tengo un muy buen cerebro, y he dicho muchas cosas.
Mientras tanto, en algo más parecido a una bronca de secundaria, las noticias sobre los contendientes republicanos a ocupar la Casa Blanca se han reducido a mentadas de madre, donde hay broncas en que uno le dice a otro mi vieja está más buena que la tuya. Trump y Cruz empezaron el intercambio público hace unos días, que incluyó subir a las redes sociales, por una organización ligada a Cruz, una foto de la esposa de Trump, Melania, una ex modelo, semidesnuda. Trump respondió burlándose de lo fea que era la esposa de Cruz; éste respondió que la dejara de mencionar, el multimillonario respondió enviando una foto de su esposa ex modelo junto con una de la poco atractiva mujer de Cruz con el lema una imagen vale más que mil palabras, el otro advirtió a Trump que dejara de tocar ese tema, y finalmente apareció una nota en un tabloide de escándalos afirmando que Cruz había tenido por lo menos cinco relaciones extramaritales. Acto seguido Cruz acusó que era parte de un juego sucio de Trump, quien lo negó… y esto sigue.
Mientras tanto, después de los atentados en Bruselas, Cruz propone enviar policías para patrullar y hacer seguro los barrios musulmanes del país (algo que fue repudiado hasta por el jefe de policía de Nueva York) y bombardear masivamente a Isis (algo que los más altos generales del Pentágono han rechazado). Trump ha propuesto prohibir el ingreso de musulmanes al país, emplear la tortura contra sospechosos de terrorismo y bombardear a los familiares de terroristas, todo lo cual viola el derecho internacional.
El secretario de Estado John Kerry comentó este domingo que líderes extranjeros han expresado estar en shock ante lo que está ocurriendo en el debate electoral estadunidense, y afirmó que el tumulto de la elección es vergonzoso para nuestro país.
Hablando de eso, el reconocido y feroz estratega republicano Rick Wilson, experto en derrumbar a demócratas, quien no tolera al favorito de su partido, comentó al New York Times: Este es el pequeño secreto sucio: Donald Trump es demente.
Por otro lado, volaron denuncias contra el proceso electoral en Arizona, donde en el condado más grande hubo largas filas y esperas de horas para poder votar en las primarias, resultado de una decisión de reducir el número de casillas en 70 por ciento. Cuando se le preguntó a Helen Purcell, encargada del proceso electoral en ese condado, quién tenía la culpa por las largas colas, respondió: pues, los votantes por ponerse en las colas. Aparentemente la democracia no funciona si demasiados desean participar.
Mientras tanto, un documento que ya cuenta con más de 35 mil firmas solicita que los asistentes a la convención del Partido Republicano sean autorizados a portar armas mientras participan en la fiesta para seleccionar a su candidato presidencial en Cleveland, Ohio, en julio. La razón que se ofrece: por si acaso intenta atacar el Isis (a nosotros los periodistas que estamos contemplando si cubrir ese encuetro no nos hace sentir más seguros, y tal vez debemos solicitar que nuestros medios nos compren chalecos antibalas).
Hablando de armas, la Asociación Nacional del Rifle (NRA) -la organización más poderosa de promoción del llamado derecho ciudadano a las armas- está publicando nuevas versiones de viejos cuentos para niños con un nuevo detalle. Por ejemplo, Caperucita Roja tiene una arma y su abuela también ahora está armada y con ello logran defenderse del villano (el lobo en este caso), y están haciendo lo mismo con cuentos de los hermanos Grimm, por ejemplo Hansel y Gretel (tienen armas), así, las víctimas se vuelven héroes con la ayuda de un arma.
Y para algo que uno estaba confiado que nunca sucedería, el veterano militar de Vietnam y senador republicano -y ex candidato presidencial- John McCain escribió un artículo para el New York Times titulado, Un saludo a un comunista, un elogio a Delmer Berg, el último veterano de la Brigada Abraham Lincoln que luchó en la guerra civil en España contra las fuerzas fascistas, quien murió recientemente. McCain admite que su novela favorita sobre esa guerra es la de Hemingway y alaba a los voluntarios -incluyendo comunistas como Berg- por haber luchado contra el fascismo, por gente que no conocían en una tierra extranjera.
Ante este tipo de cosas -y hay tantas más- uno tendría que suponer que ya se volvió un poco loco si todo esto se disfraza como normal. Si uno ya no sabe y las cosas siguen así, tal vez sea hora de enterarse, por si las dudas, de cuál es la salida de emergencia de este manicomio.
Fuente: http://www.jornada.unam.mx/2016/03/28/opinion/030o1mun