Miles de personas participaron ayer en una marcha en Santiago en el cuarto aniversario del hundimiento del petrolero Prestige, cuyas consecuencias ecológicas se siguen sintiendo todavía. La manifestación fue convocada por la organización Nunca Máis para exigir a los gobiernos central y gallego que tomen las medidas de seguridad correspondientes para impedir que se vuelva […]
Miles de personas participaron ayer en una marcha en Santiago en el cuarto aniversario del hundimiento del petrolero Prestige, cuyas consecuencias ecológicas se siguen sintiendo todavía.
La manifestación fue convocada por la organización Nunca Máis para exigir a los gobiernos central y gallego que tomen las medidas de seguridad correspondientes para impedir que se vuelva a repetir otra tragedia como esa.
Bajo el lema «Otro Prestige es posible: evitémoslo», la marcha congregó a miles de ciudadanos que apoyaron a los dirigentes de Nunca Máis y representantes del sector pesquero y marisquero de Galicia auspiciadores de la marcha.
La manifestación transcurrió de forma tranquila y sin incidentes por las calles de la zona antigua de Compostela. Los marchistas coreaban insistentemente «nunca máis, nunca máis» otros Prestige.
A cuatro años de hundido el Prestige sigue contaminando
Precisamente poco antes de la manifestación una revista de ciencias, Marine Pollution Bulletin, reveló que el Prestige sigue contaminando las aguas frente a Galicia, según científicos gallegos que encontraron fuel oil en el lugar del desastre.
La revista revela que los expertos levantaron la alfombra en dos de las playas más afectadas por la marea negra del Prestige y dieron con el hidrocarburo enterrado a un metro de profundidad.
Precisa que hay chapapote aún escondido y los arenales, de nuevo contaminados por lodos procedentes de los montes quemados.
Admite que, transcurrido un año, la calidad del agua estaba ya en un estado similar al de antes, lo cual sin embargo no rebaja la gravedad del daño.
El estudio indica que cada vez que un temporal de lluvia y viento azota Galicia, el fuel que el Prestige repartió hace casi cuatro años vuelve a las playas de A Costa da Morte, y las islas Cíes huelen a chapapote.
En sucesivos muestreos, el último realizado el pasado mes de junio, los expertos en sedimentos encontraron el combustible enterrado a sólo un metro de profundidad en la playa de Nemiña, en el municipio coruñés de Fisterra.
No obstante, los estudios, en los que participaron 150 investigadores de toda España, concluyen que al año del accidente se había registrado un estado similar al anterior en la calidad del agua, la producción primaria y los niveles de contaminación de fondo.
«Estas conclusiones no minimizan ni mucho menos el impacto de la catástrofe y hay que tomarlas con cautela», advirtió Federico Vilas Martín, catedrático del área de Estratigrafía en la Universidad de Vigo y uno de los responsables de las investigaciones.
Hoy lunes se cumplen cuatro años de aquel mediodía en que el petrolero Prestige sufrió una brecha en su casco por la que derramó 70 mil toneladas de fuel mientras navegaba frente a Fisterra.