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Más allá de la sombra de Gaza: la guerra invisible por el futuro de Cisjordania

Fuentes: Rebelión [Foto: Un colono israelí sonríe junto a un soldado israelí mientras los colonos invaden Khirbet at-Twail, en Nablus (Avishay Mohar ActiveStills)]

Traducido del inglés para Rebelión por Jesica Safa

Israel está siguiendo meticulosamente un modelo clásico de instigación del conflicto en Cisjordania ocupada. Las provocaciones más recientes consistieron en despojar al municipio palestino de Hebrón (Al-Khalil) de sus poderes administrativos sobre la venerada mezquita de Abraham. Peor aún, según el periódico Israel Hayom, concedió estos poderes al consejo religioso de la colonia judía de Kiryat Arba, una organización extremista de colonos .

Aunque todos los colonos judíos de la Palestina ocupada se puede calificar de extremistas, los aproximadamente 7.500 habitantes de Kiryat Arba representan una categoría más virulenta. Esta colonia, establecida en 1972, sirve de base estratégica para justificar el sometimiento de Hebrón a un control militar más estricto que prácticamente cualquier otra parte de Cisjordania.

Kiryat Arba tiene la triste fama de estar vinculado a Baruch Goldstein, el colono estadounidense israelí que en febrero de 1994 realizó un horrible ataque. Abrió fuego contra los fieles musulmanes arrodillados para la oración del alba en la mezquita de Ibrahimi y mató despiadadamente a 29. Este baño de sangre fue seguido rápidamente por otro, cuando el ejército israelí reprimió brutalmente a los manifestantes palestinos en Hebrón y en toda Cisjordania, y asesinó a otros 25 palestinos y palestinas más.

Sin embargo, la comisión israelí Shamgar, encargada de investigar esta masacre, resolvió en 1994 que la mezquita palestina, un lugar de profundo significado religioso, debía dividirse grotescamente: el 63% se asignó a los judíos y solo el 37% a los musulmanes palestinos.

Desde esa calamitosa decisión, se han impuesto sistemáticamente unas restricciones opresivas, entre las que se incluye la vigilancia generalizada y, en ocasiones, cierres prolongados e injustificados del lugar para que sea de uso exclusivo para colonos.

La última decisión, que el Israel Hayom califica de «histórica y sin precedentes», es profundamente peligrosa. Pone el destino de esta histórica mezquita palestina directamente en manos de aquellos fanáticos que desean quedarse con la totalidad del lugar sagrado.

Pero la mezquita de Ibrahimi es simplemente un microcosmos de algo mucho más siniestro que está ocurriendo en Cisjordania. Israel ha explotado su guerra en Gaza para aumentar drásticamente su violencia, llevar a cabo detenciones masivas, confiscar vastas extensiones de tierra, destruir sistemáticamente las granjas y huertos palestinos, y expandir agresivamente las ilegales colonias.

Aunque Cisjordania, anteriormente sometida en gran medida tanto por las presiones militares israelíes como por la represión de la Autoridad Palestina, no participó directamente de la ofensiva del 7 de octubre de 2023 ni del genocidio israelí en curso en Gaza, inexplicablemente se ha convertido en un foco importante de las medidas militares israelíes.

En el primer año de la guerra más de 10.400 palestinos fueron detenidos durante las ofensivas del ejército israelí, en las que miles de personas fueron detenidas sin ningún cargo. Además, cientos de palestinos y palestinas han sido sometidos a un forzada limpieza étnica, en gran parte desde el norte de Cisjordania, donde se han destruido sistemáticamente campamentos y pueblos enteros durante las prolongadas campañas militares israelíes.

El objetivo primordial de Israel sigue siendo estrangular Cisjordania, lo que se logra separando a las comunidades por medio de omnipresentes puestos de control militares, imponiendo cierres totales de vastas regiones y la cruel suspensión de los permisos de trabajo de las y los trabajadores palestinos, que dependen casi por completo del mercado laboral israelí para su supervivencia.

Este plan insidioso también se aplica explícitamente a todos los lugares sagrados palestinos, incluidas la venerada mezquita de Al-Aqsa en la ocupada Jerusalén oriental y la mezquita de Abraham. Incluso cuando estos santuarios eran accesibles en teoría, las restricciones de edad y los asfixiantes puestos de control militares hacen que a los palestinos y palestinas les resulte difícil, a veces absolutamente imposible, congregarse allí.

En agosto de 2024 el primer ministro Benjamin Netanyahu afirmó que su implacable campaña violenta contra Cisjordania formaba parte del enfrentamiento al «eje terrorista más amplio de Irán». En la práctica, esta declaración sirvió de luz verde para que el ejército israelí tratara a Cisjordania como una extensión del genocidio israelí en curso en Gaza. A mediados de julio de 2025 más de 900 palestinos y palestinas habían sido asesinados por el ejército israelí en Cisjordania, mientras que al menos 15 habían sido asesinados por colonos.

A medida que se iba acorralando aún más a la población palestina, sin una estrategia centralizada por parte de sus dirigentes para resistir de manera significativa, Israel aumentó exponencialmente sus construcciones ilegales de colonias y la descarada legalización de numerosos puestos avanzados, muchos construidos ilegalmente incluso según las normas del gobierno israelí.

Las acciones de Israel en Cisjordania no fueron una desviación repentina, sino que son consecuentes con un plan insidioso de larga data, que incluye un plan consolidado por el Knesset israelí en 2020 que permitió a Israel anexionarse oficialmente Cisjordania. El objetivo final de Israel siempre ha sido confinar a la mayoría de la población palestina en enclaves similares a los bantustanes, al tiempo que reafirma un control total sobre la gran mayoría de la región.

En agosto de 2023 el extremista ministro de Seguridad Nacional Itamar Ben-Gvir formuló su siniestra idea: «Mi derecho, el derecho de mi esposa y mis hijos a moverse por Judea y Samaria (Cisjordania ocupada) es más importante que la libertad de movimiento de los árabes».

Se adoptaron rápidamente más medidas coercitivas, incluidas leyes del Knesset para reducir considerablemente las operaciones del UNRWA y nuevas leyes para consolidar la anexión de facto. El pasado mes de mayo Smotrich anunció descaradamente la creación de 22 colonias más. El 2 de julio 14 ministros israelíes hicieron un llamamiento público a Netanyahu para que se anexionara inmediatamente Cisjordania.

De hecho, todas las medidas que ha adoptado Israel, especialmente desde el comienzo de su devastador genocidio en Gaza, han sido cuidadosamente calculadas para culminar en la anexión irreversible de Cisjordania, un proceso al que inevitablemente seguirá la declaración de los habitantes nativos persona non grata en su propia patria.

Este nivel de presión y opresión sistématicas llevará en última instancia a una explosión popular, que aunque esté reprimida por la brutalidad del ejército israelí, el terrorismo de los colonos armados y la represión de la Autoridad Palestina, está llegando rápidamente al límite.

Aquellas personas que predican en Occidente llamamientos vacíos a la calma y a la desescalada deben entender que la región se está precipitando hacia el limite. Ni los clichés diplomáticos ni los comunicados de prensa estériles serán suficientes para evitar la catástrofe. Es aconsejable que actúen de manera decisiva contra las políticas destructivas de Israel y que lo hagan inmediatamente.

Texto original: https://znetwork.org/znetarticle/beyond-gazas-shadow-the-unseen-war-for-the-west-banks-future/

Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, a la traductora y Rebelión como fuente de la traducción.