La activista Dolores Huerta afirmó que el boicot programado para el 1 de mayo contra empresas que apoyan a los antiinmigrantes demostrará la importancia de la presencia, aportación y consumo de los latinos en Estados Unidos. «Lo ideal de boicot sería que se enfocara hacia empresas que han apoyado a los antiinmigrantes y que […]
La activista Dolores Huerta afirmó que el boicot programado para el 1 de mayo contra empresas que apoyan a los antiinmigrantes demostrará la importancia de la presencia, aportación y consumo de los latinos en Estados Unidos.
«Lo ideal de boicot sería que se enfocara hacia empresas que han apoyado a los antiinmigrantes y que se sepa que han invertido dinero en campañas de senadores que han propuestos medidas contra los inmigrantes», señaló Huerta en una entrevista con Notimex.
La dirigente, quien en la década de 1960 fue cofundadora, al lado del hoy desaparecido líder laboral César Chávez, del más grande sindicato campesino en Estados Unidos, la Unión de Trabajadores Agrícolas (UFW, por sus siglas en inglés), reconoció que ese objetivo es difícil, «pero podemos irlo perfeccionando».
«César siempre nos decía que las marchas son el mejor modo de comunicar, organizar y participar, y por eso éstas no deben de ceder y necesitamos aprovechar que se han dado de una forma maravillosa de respuesta ciudadana espontánea», expuso.
Huerta participó y encabezó las huelgas de hambre y boicots organizados por Chávez contra empresas que explotaban a campesinos -en su mayoría indocumentados- hace varias décadas en terrenos agrícolas, particularmente en California.
«Pienso que Chávez, en donde está al lado de Emiliano Zapata, Benito Juárez, Rubén Salazar -periodista asesinado a finales de los 60 durante una revuelta en Los Angeles-, está emocionado de ver cómo la gente ha respondido por una reforma migratoria justa», declaró.
Refirió que «una semana antes de las manifestaciones uno de nuestros representantes se reunió con el líder del Congreso, Bill Frist, quien dijo que la propuesta Kennedy-McCain para él estaba
muerta».
Sin embargo unas semanas después la iniciativa, que prevé la concesión de visas temporales a trabajadores y la regularización de indocumentados, llegó hasta el pleno del Senado «y aparentemente va a ser retomada después del 27 de abril», remarcó.
«La verdad nunca me esperaba una respuesta tan espontánea como la que dieron alrededor de un millón en Los Angeles el pasado 25 de marzo, y no sólo ese día, y también en ciudades donde nunca se habían visto protestas en favor de los migrantes», resaltó.
A los 76 años de edad y con problemas de salud, Huerta trabaja tan incansablemente en favor de los más pobres trabajadores del país como lo hizo en la década de 1960, cuando ella y Chávez organizaron el boicot de la uva en apoyo a los trabajadores del campo.
Al frente del comité sindical de trabajadores agrícolas, Huerta negoció el primer contrato colectivo después de la victoria del boicot en 1966.
Dolores Huerta nació en 1930 en Dawson, Nuevo México. Cuando comenzó su labor sindicalista en California en 1955, dejó su trabajo de maestra pese a que era una madre divorciada de siete niños (tuvo 11 en total).
«En la organización no puedes alcanzar a todos, pero lo que sí puedes hacer es mantener empujando al que esté más cerca de ti», comentó la activista, que en una manifestación de campesinos en San Francisco en 1988 fue golpeada brutalmente por policías, que le rompieron varias costillas y el bazo.
Junto con César Chávez encabezó movilizaciones y huelgas de hambre en favor de sembradores de uva, lechuga y otros productos, y fue encarcelada en 22 ocasiones por efectuar protestas no violentas.
«Cuando dejé las aulas para dedicarme al activismo muchas veces pensé que me había equivocado, pero un día me encontré afuera de mi casa una caja de comestibles que me dejó alguien en reconocimiento por mi ayuda. Esa fue mi inspiración para seguir en esto», recordó.
Señaló que no debe haber preocupación de que en estas protestas no haya aparecido aún un líder de la estatura de César Chávez o Martin Luther King (quien lo fue para la comunidad afroamericana).
«No hay que apurarse; de estas movilizaciones saldrán los verdaderos líderes», vaticinó.
«Hasta este momento los verdaderos líderes fueron los medios de comunicación, que fueron los que estuvieron llamando a la participación y que orientaron a la comunidad, y a ellos les debemos en gran parte esta respuesta», reconoció.
«Debemos enfocarnos en hacer boicots certeros. Investigar corporaciones que dan dinero a los antiinmigrantes, a senadores como los de Arizona o Texas que pararon el voto en el Senado, y trabajar contra ellos para derrotarlos en las próximas elecciones y llevar a gente comprometida con nuestras causas», sostuvo.
Añadió que «contra lo que se pudiera pensar, los inmigrantes pueden hacer mucho en las elecciones estatales o federales de noviembre».
«Sin tener derecho a votar pueden ayudar tocando puertas, haciendo llamadas por teléfono e invitando a los que sí pueden votar a que lo hagan ese día; así es como podemos ayudar», precisó.
Huerta también recomendó a los organizadores de marchas seguir procurando que éstas se desarrollen de forma pacífica y ordenada, «porque estamos en riesgo de que se filtren personas negativas que quieran hacer destrozos y derribar lo que hemos logrado».