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El mensaje de la comunidad cristiana de Jerusalén Este

«No hay verdadera libertad religiosa aquí»

Fuentes: Mondoweiss

Traducido del inglés para Rebelión por J. M.

Pope Francis (R) talks with Israeli Prime Minister Benjamin Netanyahu (C) and his wife Sara (L) during their meeting at the Vatican, December 2, 2013. Netanyahu is on a visit to Italy, which included a meeting with Pope Francis at the Vatican. Photo by Amos Ben Gershom/GPO/Flash90

 El papa Francisco habla con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu y su esposa Sara durante su reunión en el Vaticano, 2 de diciembre de 2013. Foto Ben Amos Gershom/GPO/Flash90

A medida que la controvertida visita del Papa Francisco a Israel y Cisjordania se acerca -llega en helicóptero a Belén el 25 de mayo-, las autoridades israelíes ponen en la ocupada Jerusalén Este bajo toque de queda. Un área de dos kilómetros alrededor del Santo Sepulcro y el jardín de Getsemaní, al pie del Monte de los Olivos están acordonados y muchos cristianos están profundamente disgustados porque se verán impedidos de ver al Papa.

Sami El-Yousef de la Agencia Papal para el Oriente Medio ocupada del socorro y el desarrollo dijo al Monitor de Medio Oriente el jueves:

«Mi temor y nuestra preocupación es que a nosotros, los residentes de la ciudad vieja, no se nos permitirá ver al Papa, por no hablar de los cristianos palestinos de la Ribera Occidental que tienen o no permisos… Se nos promete el estado de queda, básicamente, las carreteras que el Papa recorrerá estarán vacías, las calles ocupadas por la seguridad israelí».

Un grupo colectivo de cristianos de Jerusalén Este, envió un mensaje al delegado apostólico en Jerusalén y Palestina para expresar su descontento:

«Somos conscientes de que la Santa Misa se celebrará en Belén para los fieles palestinos, sin embargo, creemos que a medida que la población originaria y los descendientes de los primeros cristianos de Jerusalén querrán reunirse con el Santo Padre, serán obstaculizados en Jerusalén. Vemos los intentos de la ocupación israelí de imponer un toque de queda en las calles durante la visita, incluyendo el barrio cristiano. El toque de queda es un intento más de la potencia ocupante para negar nuestra existencia. Es inaceptable que el Papa pase a lo largo de las estrechas calles del barrio cristiano, que se encuentra desprovisto de cualquier signo de vida y de los fieles. Según el derecho internacional, Jerusalén Este es una ciudad ocupada, y nosotros, las comunidades locales de la Iglesia, somos los anfitriones de los Santos Padres de nuestra ciudad. No queremos ser excluidos de un evento religioso histórico, y queremos ofrecer nuestra buena voluntad y la cooperación para el éxito de la visita».

Pero estar incapacitados de ver al Papa es sólo una dimensión de la controversia. Mientras que la visita del Papa a Tierra Santa es puramente un «viaje religioso», la dimensión política no puede separarse de la religiosa.

«El Vaticano es un Estado independiente y quien lo encabeza, el Papa es un hombre político», dijo un monje de una orden religiosa de larga tradición en Jerusalén Este que pidió no ser identificado por temor a que Israel no renueve su visa.

«Como muchos, estoy muy preocupado por las consecuencias de la visita. Yo no creo que el Vaticano haya entendido realmente que Jerusalén se redujo a la mitad «, dijo, y agregó que en 1993, cuando el Vaticano aceptó la solicitud de Israel de ser reconocido, a cambio Israel iba a garantizar el derecho de los cristianos a ser capaces de conservar su propiedad, un acuerdo que se firmó, pero nunca se ratificó.

«Es la única vez en mi vida que yo escribí al Papa», dijo otro monje. «Le dije que si él no iba a defender los derechos de los cristianos en la región entonces no debería venir. No hay libertad religiosa verdadera aquí».

Los cristianos de la zona son descendientes de las comunidades más antiguas del mundo. Según las estadísticas israelíes, unos 154.000 cristianos viven en Israel. Se estima que 50.000 cristianos adicionales viven en los territorios palestinos, en su mayor parte en Belén, Ramallah y la ocupada Jerusalén Este, además de unos 3.000 más o menos en la Franja de Gaza. En violación del derecho internacional, Israel ha estado construyendo un anillo de asentamientos alrededor de Jerusalén Oriental con el fin de separar la zona de la Ribera Occidental, también como para aislar la ciudad.

Un sacerdote con quien hablé dijo que si bien estaba de acuerdo con la probable decisión del Papa de abrir archivos de la época del Holocausto del Vaticano, a los palestinos les resulta difícil aceptar que el Papa Francisco visitará el memorial Yad Vashem en Jerusalén, construido justo enfrente de Deir Yassin , donde los aldeanos palestinos fueron masacrados por el Irgun en 1948, y en la aldea despoblada de Ein Karem , donde se cree que es el lugar de nacimiento de Juan el Bautista, fueron desalojados cristianos y musulmanes palestinos en 1948 en el valle que se encuentra justo debajo.

Desde la tranquilidad del centenario monasterio, un monje fue muy claro acerca de la visita: «Si no es apoyar a los cristianos originarios y locales, y obtener el reconocimiento de su libertad fundamental de ejercer su religión, de expresión, de residencia, de trabajo y de la construcción, entonces la visita es vista como un tiro en la oscuridad, con un profundo pesar y, más importante aún, una abdicación de las responsabilidades básicas de un líder religioso que también es un jefe de Estado».

La paz puede prevalecer, dijo, «si Jerusalén se gestiona de forma independiente como una verdadera ciudad abierta para sus creyentes, las tres religiones monoteístas cada uno de las cuales tiene su lugar de oración… pero la paz no vendrá mientras los gobiernos israelí y palestino reclamen cada uno a la Ciudad Santa como su capital. La comunidad internacional nunca ha respaldado esa afirmación para Jerusalén».

Fuente: http://mondoweiss.net/2014/05/veritable-religious-community.html