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Noam Chomsky critica el silencio de EEUU y sus aliados occidentales ante el «papel destructivo» de Arabia Saudí en Oriente Próximo

Fuentes: Agencias

Estados Unidos y sus aliados no vacilan a la hora de apoyar al régimen de Arabia Saudí, a sabiendas de que este es el principal impulsor del terrorismo, opina Noam Chomsky. En una entrevista con la cadena libanesa Al-Mayadeen, publicada este sábado, el politólogo estadounidense se ha pronunciado en contra del silencio de EEUU y […]

Estados Unidos y sus aliados no vacilan a la hora de apoyar al régimen de Arabia Saudí, a sabiendas de que este es el principal impulsor del terrorismo, opina Noam Chomsky.

En una entrevista con la cadena libanesa Al-Mayadeen, publicada este sábado, el politólogo estadounidense se ha pronunciado en contra del silencio de EEUU y sus aliados occidentales ante el «papel destructivo» del reino árabe en la región de Oriente Medio.

A su modo de ver, Arabia Saudí secunda y estimula a los grupos y organizaciones que guardan una ideología radical, incluidos el Estado Islámico (Daesh, en árabe) y el Frente Al-Nusra (recientemente rebautizado como Frente Fath al-Sham), para adelantar el cumplimiento de sus objetivos.

«Occidente, con EEUU a la cabeza, están bien conscientes de que la monarquía árabe con los bolsillos repletos de dinero, busca ampliar su dominio e influencia en la región, sin embargo se mantiene en silencio», ha observado el célebre filósofo estadounidense.

Con fecha anterior, Chomsky había explicado que la postura positiva de EEUU, Francia y el Reino Unido hacia Riad se debe a sus grandes reservas de petróleo, «al mismo tiempo que le pueden vender decenas de millones de armas y equipamientos militares».

Para este lingüista y activista norteamericano, el régimen saudí es y ha sido «una importante fuente de los principales problemas globales» y EEUU, y antes que este, el Reino Unido, han estado estimulando este desarrollo de ideas radicales durante largo tiempo.

En otro momento de la entrevista, el politólogo ha aludido a la fuerte negativa de Washington a la llegada al poder de los gobiernos democráticos en la región, puesto que de cristalizarse, «claro está, entraría en contradicción con sus intereses».