Las empresas periodísticas lo tienen claro: sirven a su cuenta de resultados y no les importa lo más mínimo la información, ni siquiera filtrada por la ideología de cada uno de los grupos editoriales a los que sirven: los Vocentos, las Prisas, los Epis y los Blas …, voceros, con pequeños matices, del mismo pensamiento […]
Las empresas periodísticas lo tienen claro: sirven a su cuenta de resultados y no les importa lo más mínimo la información, ni siquiera filtrada por la ideología de cada uno de los grupos editoriales a los que sirven: los Vocentos, las Prisas, los Epis y los Blas …, voceros, con pequeños matices, del mismo pensamiento único imperante, tan necesario para que funcione el sistema, reproduciéndose a sí mismo «sine die». Nos referimos a este sistema incapaz de dar trabajo, derechos, bienestar y futuro a sus ciudadanos y ciudadanas. Por este camino, pronto volveremos a la vieja consigna de «Pan, Trabajo y Libertad».
Reclamamos para los periodistas y trabajadores de la información el rigor y el buen oficio de servidores públicos que anhelaban cuando iniciaron esta vía profesional. No hemos caído de ningún guindo y sabemos qué es un medio de comunicación con sus jerarquías y esclavitudes. De la misma manera que sabemos solidarizarnos con sus trabajadores cuando luchan contra la precariedad, la subcontratación, los sueldos miserables del sector, o la inmoral explotación de los becarios. En el último lustro, los activistas que formamos parte del CUPX, hemos estado en las concentraciones, en las denuncias y en las luchas de los trabajadores regulados, o despedidos del sector por empresas como Telegijón, La Voz, El Comercio…, para especular a sus anchas y mantener sus tasas de beneficios.
Ya sabemos que la prensa del Régimen le da sopas con hondas al mismísimo David Copperfield, haciendo desaparecer pitadas al ministro Valeriano Gómez, a Zapatero, plantes, concentraciones…, incluso a los más de dos mil manifestantes «Contra los Recortes» que el pasado diciembre acudieron al llamamiento de los sindicatos combativos. No les importar hacer el ridículo ante sus lectores, si con ello hacen cumplir la máxima de «quien se mueve, no sale en la foto».
Exigimos la atención y el respeto que nos merecemos: ni más, ni menos. Vamos en serio: no estamos jugando a «Indios y Vaqueros», ni a «Policías y Ladrones», ni siquiera a «Antidisturbios y Antisistema». Somos parte de este Xixón y, para bien o para mal, lo hemos construido con nuestras manos, con nuestros hígados y nuestras ingles. En ocasiones con alegría y risas; en otras con dolor y lagrimas. Aquí, en estas calles de nuestra Ciudad del Sol, cada uno nosotros, cada una de nosotras inventamos el amor, incendiamos la pasión, forjamos nuestra conciencia y, entre sus Siete Murallas, nos vamos construyendo libres.
Somos los biznietos de Eladio Carreño; las nietas de Rosario Acuña; los sobrinos de Eluterio Quintanilla y de Horacio Argüelles; las amigas de El Pescao y El Calavera que murieron en las barricadas de Cimavilla y de El Llano en octubre del 34: nosotras como ellos, también llevamos un Mundo Nuevo en nuestros corazones.
Somos los hijos e hijas de Mallada, de Intrialgo, de Wenceslao Roces, de Rufino García, de Esmeralda Maseda, de Pachín de Melás y de Ignacio Colao… y también de La Perala, de Rambal, de Poquinone y de Pedrito «El Hombre del Tiempo». Somos los hermanos y hermanas de leche de Susana Estrada y del Brujo, porque nuestras madres se la compraban a la misma muyerina de la Plaza del Sur. Paseamos estas calles al lado de José Luis García Rúa, o de Mánfer de la Llera.
No nos andéis jodiendo. Resolver la papeleta informativa del Conceyu d’Unidá Popular de Xixón, con una foto medio escondida y con un breve comentario al pie (o ni eso), seguro que les gustará mucho a los que os sustentan con la publicidad institucional y la propaganda de los partidos del Régimen, pero con ello secuestráis el derecho de información. Podréis ignorarnos, pero no nos haréis callar, como no lo hizo ni Franco, ni Claudio Ramos, ni Recaredo, ni Pedrosa, ni «El Gitanu». Sólo los imbéciles le ponen puertas al campo. Vamos en serio.
Conceyu d’Unidá Popular de Xixón
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