La guerra en Yemen está considerada como “la mayor crisis humanitaria del mundo”. Naciones Unidas así lo viene confirmando desde 2019. Basta con mirar las cifras para comprender la extrema gravedad que atraviesan cientos de miles de civiles a los que el conflicto ha desplazado.
Un informe publicado esta semana por ANNURTV y replicado por la cadena HispanTV, denuncia que, por consecuencia del bloqueo impuesto por Arabia Saudí a Yemen, cada año mueren en ese país 8000 mujeres durante el embarazo, el parto o el puerperio.
La noticia fue confirmada por diversas entidades no gubernamentales que planifican estrategias sanitarias conjuntamente con el Ministro de Salud del Gobierno de Salvación Nacional de Yemen, Taha al- Mutavakil, quien ha denunciado el pasado miércoles que “la falta de medicamentos y suministros por la impostura del bloqueo inhumano, se cobra la vida de 8000 mujeres embarazadas cada año”.
Al-Mutavakil dio a conocer además la escalofriante cifra de muertes de recién nacidos en aquel empobrecido país árabe. Entre 80.000 y 100.000 bebés mueren por las mismas causas derivadas del bloqueo ilegal de la coalición agresora.
“Más del 70 % de los fármacos que se utilizan durante el embarazo no existen en Yemen y la coalición liderada por Arabia Saudí bloquea la importación de dichos medicamentos. Además, como consecuencia de los bombardeos y el uso de armas prohibidas [por los agresores], somos testigos del aumento del nacimiento de bebés malformados”, ha denunciado Al-Mutavakil.
El representante adjunto del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) en Yemen, Nestor Owomuhangi, sumó su voz a la denuncia del Ministro de Salud del Gobierno de Salvación Nacional, manifestando su preocupación por la grave situación que vive Yemen como consecuencia del asedio y los bombardeos de la coalición; y ha anunciado que Yemen es uno de los 60 Estados en los que las mujeres mueren durante el parto.
ESTADOS UNIDOS, FRANCIA E INGLATERRA, PAÍSES RESPONSABLES DE CRÍMENES DE GUERRA
Seis años se cumplieron en marzo desde el inicio de la guerra en Yemen, un conflicto que ha provocado una grave crisis humanitaria entre la población civil. Según el programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas, más de 20 millones de personas necesitan ayuda humanitaria para poder sobrevivir, y hasta 4 millones han tenido que huir de sus hogares como consecuencia de los bombardeos y la violencia, convirtiéndose en desplazados internos.
En 2019 la ONU presentó un documento en el cual responsabilizaba a los países que suministran armas y apoyo logístico a la coalición liderada por el gobierno de Raid por contribuir al sufrimiento y la hambruna de la población civil. “Estados Unidos, Reino Unido y Francia podrían ser cómplices de crímenes de guerra en Yemen por su respaldo a Arabia Saudita”, expresaba Naciones Unidas en el documento.
Por ello, el organismo internacional recomendó que todos los Estados prohíban la transferencia de armas a las partes involucradas para evitar que sean utilizadas en violaciones graves de derechos humanos.
EE.UU., Reino Unido y Francia son los mayores vendedores de armas a Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos (EAU), líderes de la coalición que lucha contra el movimiento hutí que controla la capital yemení.