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Protestan por la supresión de líneas de educación infantil y en valenciano

Padres, madres y alumnos se encierran en colegios del País Valenciano contra los recortes de la Generalitat

Fuentes: Rebelión

Una manifestación de cuatro columnas y unas 2.000 personas recorrió las calles de Valencia el 12 de abril en defensa de la enseñanza pública, contra los recortes educativos y contra el incremento de las ratios profesor/alumno en las aulas. Camisetas y distintivos de color naranja y verde asomaban en la marcha, impulsada por la Plataforma […]

Una manifestación de cuatro columnas y unas 2.000 personas recorrió las calles de Valencia el 12 de abril en defensa de la enseñanza pública, contra los recortes educativos y contra el incremento de las ratios profesor/alumno en las aulas. Camisetas y distintivos de color naranja y verde asomaban en la marcha, impulsada por la Plataforma en Defensa de l’Ensenyament Públic y la Plataforma «Tots Som Cremona». En el punto de mira, la Resolución del 14 de febrero de la Conselleria de Educación de la Generalitat Valenciana por la que «se modifica la denominación y otros aspectos, de determinados centros docentes públicos de Educación Infantil, Primaria y Especial de titularidad de la Generalitat». La resolución producirá efectos a partir del inicio del curso 2014-2015.

El Decreto no supone un banal formalismo burocrático. Ha dado lugar al encierro de padres y madres de alumnos del Centro de Educación Infantil y Primaria Ciutat de Cremona, en el municipio de Alaquàs, un colegio de 575 alumnos (entre tres y doce años) instalado en aulas prefabricadas o «barracones» desde hace siete años. La Asociación de Madres y Padres de Alumnos (AMPA) y la Plataforma «Tots som Cremona» denuncian que la Conselleria ha decidido eliminar la línea de alumnos de tres años en el próximo curso, con las dificultades que ello implica para conciliar la vida familiar y laboral (30 familias tendrían que llevar a sus hijos a escuelas diferentes). Además, señalan las incertidumbres que se ciernen sobre la continuidad del centro educativo.

El 18 de febrero empezaron los encierros de padres y madres de alumnos en el gimnasio del colegio, realizado con materiales prefabricados que no aíslan del frío. Sobre colchonetas y cubiertos con mantas. 72 días. Las madres y padres se temen lo peor: que los recortes de los últimos años terminen por suprimir definitivamente las tres líneas con las que contaba el centro, la mayoría en valenciano, de manera que el colegio acabe cerrando sus puertas. La Conselleria utiliza un eufemismo, la «reubicación». A la espera de que el gobierno valenciano reconsidere su decisión, el AMPA ha pedido que se habilite un aula añadida para 20 alumnos que, superando las previsiones oficiales, han solicitado matricularse en el Ciutat de Cremona.

Asociaciones, vecinos y otros colegios de Alaquàs han apoyado los encierros en el Cremona, en los que participan una media de 15 madres y padres (entre las 17,00 horas y las 8,00 de la mañana del día siguiente), de manera que no se interfiere el horario lectivo. Los festivos y los fines de semana los encierros tienen lugar durante todo el día. Además, un centenar de personas (promedio) se implican diariamente en las actividades, informa Javier Parrilla, presidente del AMPA. Se celebran reuniones permanentes, y asambleas entre las 10 y las 12 de la noche (los lunes, miércoles y viernes) en la biblioteca del centro. Pocas luchas sociales adquieren un apoyo tan unánime: el Ayuntamiento de Alaquàs (gobernado por el PSOE), los partidos políticos del municipio, Escola Valenciana, la Federación de Padres y Madres de Alumnos, el 15-M, la PAH, el colectivo de Iaioflautes, la Plataforma contra el cierre de Canal 9 y numerosas asociaciones culturales.

Laura Blaz-Gerez forma parte de la comisión de Manifestaciones de la plataforma «Tots som Cremona» y participa en los encierros. Deciden las acciones en asamblea. Por ejemplo, «acompañan» al presidente de la Generalitat o a la consellera de Educación en los actos oficiales, con camiseta naranja, pancartas y megáfonos para recordarles los compromisos pendientes. Además, han apoyado las huelgas estudiantiles, y tomado parte en las Marchas de la Dignidad del 22 de marzo, las movilizaciones contra la violencia de género o contra los recortes en educación. La activista destaca el calor de los colectivos locales, como «K’Arreu», «Pachamama», «Gent de l’Horta» o la «Asamblea Dignidad». Pero, sobre todo, valora «la toma de conciencia de los padres, y también de los niños. Gente que nunca había participado en manifestaciones y fue a Madrid, a las Marchas de la Dignidad».

Unas 500 personas salieron a la calle en Alaquàs el 7 de abril convocadas por las AMPAS del municipio y los colectivos de Apoyo al colegio Cremona. La coordinadora de asociaciones de padres y madres de alumnos de Alaquàs también recogió 8.000 firmas contra la supresión de unidades de infantil en los centros educativos, que se entregaron en la Conselleria de Educación el 31 de marzo. Encierros, manifestaciones, conciertos, actividades de ocio y culturales gratuitas… Para recordar al gobierno valenciano sus asignaturas pendientes. El 5 de diciembre de 2011, el entonces director territorial de Centros, Rafael Carbonell, prometió en una entrevista televisada que las obras del centro (que sustituirían a los actuales «barracones») se iniciarían en 6 meses, aseguran fuentes de la plataforma «Tots Som Cremona». Añaden que este colegio público aparecía en el listado de centros que deberían construirse con los fondos que el Banco Europeo de Inversiones concedió a la Generalitat para el proyecto «Crea Escola».

¿Qué posición ha mantenido el Gobierno Valenciano ante las protestas? Docentes consultados aseguran que la Inspección de la Conselleria de Educación ha pedido que se le informara sobre los profesores que han participado o apoyado los encierros. «Se ha infundido miedo de manera sutil para que el profesorado considerara la posibilidad de que pudieran abrirse expedientes», añaden las mismas fuentes. Pero los profesores cumplen con los horarios e imparten las clases con normalidad, dado que los encierros se producen al terminar el horario lectivo. Las fuentes consultadas señalan que, en términos generales, los profesores del colegio Cremona apoyan las reivindicaciones de los padres, contra la supresión de líneas educativas y los barracones, «aunque algunos se implican más y otros menos».

En dos colegios del municipio de Ontinyent (Bonavista y Martínez Valls) se han producido asimismo encierros de padres y madres de alumnos, que comenzaron el 24 de marzo. Son dos de los cuatro colegios con más demanda del pueblo (incluidos públicos y privados) y, pese a ello, la Conselleria de Educación suprimirá un aula de infantil y en valenciano en cada escuela. Según Silvia Ureña, portavoz de la plataforma Prou y madre de una alumna de cuatro años, la eliminación de aulas «responde a motivos ideológicos, ya que los dos colegios afectadas se han destacado tradicionalmente en la defensa y uso de nuestra lengua y, sobre todo, de la escuela pública y de calidad». Añade que la Vall d’Albaida (comarca a la que pertenece Ontinyent) es una de las más castigadas: van a suprimirse tres aulas de primaria y cuatro de infantil.

Además de promover la «marea verde», oponerse al aumento de las ratios escolares a los 30 alumnos por aula y a la Ley Wert, la plataforma Prou coordina los encierros de padres, madres y alumnos que tienen lugar en el aula de teatro (Martínez Valls, a partir de las 17,00 horas) o en el gimnasio (Bonavista, a partir de las 9 de la noche). Una media de 25 personas pasa la noche en cada colegio. En todo caso los encierros se producen fuera del horario de docencia, y se acompañan de reuniones, asambleas, actividades culturales (proyección de «Las maestras de la República»), charlas sobre la Ley Wert, cuenta-cuentos, entre otras. Los profesores apoyan la lucha contra los recortes y la supresión de líneas escolares. A pesar de las dificultades. Dos docentes aseguran que la inspección educativa les ha amenazado con la apertura de expedientes si los profesores participan en los encierros.

Una manifestación de aproximadamente 2.000 personas recorrió las calles de Ontinyent el 29 de marzo contra los recortes educativos, a la que siguió una fiesta popular con la colaboración del ayuntamiento. Han tenido lugar, además, dos concentraciones de protesta en los colegios e institutos del municipio. A ello se agregan los «dijous de lluïta», jornada de encierro (en apoyo a las escuelas Cremona, Bonavista y Martínez Valls) a la que se suman colegios e institutos de todo el País Valenciano, sindicatos y organizaciones como Escola Valenciana (en la primera jornada se produjeron un centenar de encierros). Se ha utilizado la vía administrativa contra los recortes en los dos colegios de Ontinyent, al presentarse un recurso de reposición ante la Generalitat Valenciana contra la supresión de aulas; y la vía judicial, con un recurso contencioso-administrativo.

El portavoz del Sindicat de Treballadors de l’Ensenyament del País Valencià (STEPV), Vicent Mauri, critica la supresión de 146 unidades de infantil y 203 puestos de trabajo, «la mayor reducción en la historia reciente, que cuestiona el mantenimiento de muchas escuelas en el futuro; se recorta la entrada de alumnado, hecho que irá arrastrándose en los próximos años». «El argumento de la caída de la natalidad no explica un recorte tan grande, ya que únicamente está afectando a la escuela pública». De hecho, recuerda el sindicalista, el mismo día que se decretaba esta supresión de unidades, se decidía la cesión de suelo público para la construcción de centros privados concertados en Elche y Calpe. ¿A qué obedecen los recortes? «A la política de desmantelamiento de la red pública, que además escolariza al 94% del alumnado en valenciano, para fomentar la privatización de la educación», remata Vicent Mauri.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.