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Palestina en la prisión de Israel

Fuentes: Rebelión

Prisiones conocidas y prisiones secretas. Persecución y castigos colectivos. La tortura es legal. Ancianos, niños, mujeres y hombres sufren las 1.500 leyes militares, creadas por el gobierno israelí sólo para detener y encarcelar a cualquier ciudadano y ciudadana palestinos. Desde 1967 Israel ha encarcelado a 850.000 palestinos, pero es que antes había expulsado de su […]

Prisiones conocidas y prisiones secretas. Persecución y castigos colectivos. La tortura es legal. Ancianos, niños, mujeres y hombres sufren las 1.500 leyes militares, creadas por el gobierno israelí sólo para detener y encarcelar a cualquier ciudadano y ciudadana palestinos. Desde 1967 Israel ha encarcelado a 850.000 palestinos, pero es que antes había expulsado de su propia tierra a países de alrededor a otros 800.000 palestinos. No hablamos de los asesinatos que ha cometido Israel en su guerra de colonización, ni de los heridos, ni de los mutilados, lo que sumaría otros tantos miles, millones. No hablamos ni de las casas, ni de los campos de labor, ni de las empresas, ni de los ríos, ni de otras riquezas que ha destruido o que ha robado Israel. Siempre contra los Derechos Humanos y el Derecho Internacional, ¡cuánto sufrimiento ha causado al pueblo palestino!.

Aquí tan sólo hablamos de los presos y presas, a quienes Israel encierra, tortura y oculta, desgarrando Palestina. El 25% de la población palestina ha sufrido tortura a manos de los carceleros «elegidos de dios».

En Israel juzgan a la población palestina los tribunales militares, el máximo nivel de libertad que demuestra la colonización; tribunales militares cuyos miembros apenas tienen ninguna formación jurídica, a lo que debe añadirse que actúan en un marco jurídico contrario al Derecho Internacional.

Israel, especialista en la represión, el encarcelamiento y la tortura, da formación a fuerzas represivas de dictaduras, a mercenarios, a servicios secretos. Israel vende represión, encarcelamiento y tortura. No se olvide a los/las 850.000 palestinos que han sufrido sus tratos desde 1967.

Si en el 2010 tenían en prisión a 6.000 palestinos, mujeres hombres y niños, hoy, 5 años más tarde alcanzan los 7.500 con numerosas cadenas perpetuas en las 22 cárceles conocidas y otras tantas secretas.

A pesar de todas las ilegalidades que ejecuta Israel sobre los prisioneros palestinos, el silencio de los gobiernos y los medios informativos occidentales, y en concreto españoles, es absoluto. Ignorar la realidad no es trabajar por la paz, y no puede haber paz porque el pueblo palestino es perseguido, no se le respeta ni su legitimidad ni sus derechos garantizados por los acuerdos internacionales.

Ni quienes han pasado por prisión, ni quienes hoy permanecen bajo encierro, ni sus descendientes, ni la gente solidaria podemos olvidar el sufrimiento causado por Israel.

La Cuarta Convención de Ginebra (1949), la Declaración Universal de los Derechos Civiles y Políticos (1966) y la Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las formas de Tortura, Malos tratos y Degradantes (1948), declaran que la tortura es un delito, y que Israel viola todos estos acuerdos internacionales en el trato que da a los prisioneros palestinos, y que las condiciones mismas de detención son contrarias a los mínimos establecidos en los Principios de las Naciones Unidas en 1955 y 1990.

En noviembre de 2001 el Comité de las Naciones Unidas contra la Tortura denunció a Israel. La tortura supone la violación de los artículos 31, 32, y las disposiciones 146 y 147 del Cuarto Convenio de Ginebra, y prohíbe en el artículo 76 el traslado de los prisioneros palestinos fuera de los territorios ocupados, alejándolos de sus familias y negando los permisos a éstas para salir de los territorios ocupados, convirtiendo esos territorios en una cárcel.

Los palestinos y palestinas son detenidos en operativos e incursiones contra los territorios ocupados, en su casa, en la calle, en los puestos de control, en redadas, … llevando a cabo registros corporales con miembros de la familia presentes para así presionar a quien detienen.

La persona detenida es atada, vendan sus ojos y no es informado o informada sobre la acusación. Los militares israelíes emplean la violencia física, amenazas, insultos, humillaciones, como por ejemplo obligar a la persona detenida a desnudarse delante de todos y a desnudarse todos los miembros de la familia.

Sólo en la primavera del 2002 el ejército israelí detuvo a 15.000 palestinos entre mujeres, hombres y niños. En octubre de 2.014 había 201 niños y niñas palestinas menores de 10 años en cárceles israelíes, según Defence for Children International-Palestinias Section.

Las personas detenidas pueden permanecer sin comunicación ni con la familia ni con su abogado entre 18 días y 6 meses, pudiendo renovarse la incomunicación, prorrogable la detención cuántas veces quieran y sin juicio. Esa detención, llamada «administrativa», se basa en archivos secretos del Servicio de Seguridad General o los Servicios de Inteligencia israelíes, lo que está en contra de la Convención de Derechos Humanos. La detención administrativa que más ha durado hasta ahora ha sido de 3 años.

Las leyes militares israelíes consideran a todas las organizaciones palestinas como ilegales, incluyendo a las que participan en las conversaciones de paz.

Israel, ¡cuanto sufrimiento has causado al pueblo palestino!.

Palestina prisionera, tu dignidad admira a las gentes solidarias de todo el mundo. Por tu libertad rompemos los muros de silencio que impone Israel.

 

Ramón Pedregal Casanova es autor de «Dietario de crisis» y de «Siete Novelas de la Memoria Histórica. Posfacios».

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.