Un sentimiento, una razón y millones de voces, ¡Palestina será libre!, es el clamor que hoy une a los pueblos del mundo, tras más de 200 días del recrudecimiento del genocidio contra Palestina cometido por el sionismo israelí con el apoyo de los Estados Unidos. Ya son casi 35 mil las muertes generadas por los bombardeos, la invasión terrestre y demás formas bélicas que ha recrudecido Israel con el fin de exterminar al pueblo palestino, crímenes de lesa humanidad que se expresan con la generación de una crisis sanitaria, el asesinato de civiles y la hambruna en los territorios ocupados.
El genocidio está a la vista de todos, aunque los intentos por ocultarlo sigan su curso y la represión se incremente en el mundo, por ejemplo, en el seno del mismo Imperio, en los Estados Unidos, miles de estudiantes han unido sus voces y se movilizan en las principales universidades y plazas públicas para exigir el fin del genocidio, siendo las ciudades de New York y Washington, las más emblemáticas del capitalismo estadounidense, los epicentros de la protesta estudiantil.
Este ciclo de movilizaciones en EU hace recordar la resistencia popular que se vivió contra la guerra de Vietnam y que, al igual que en aquella época, genera una conciencia clara sobre el papel bélico y criminal del imperialismo estadounidense. Aunque también se vivió una aguda represión contra los manifestantes y al igual que hoy la policía detiene a universitarios y los criminaliza con ayuda de los consorcios desinformativos como CNN y los grandes medios periodísticos; un ejemplo, el New York Times.
En ciudades de países europeos, como Francia y Alemania, las voces de estudiantes y de la juventud se alzan, junto a los sectores populares, y ante ello la represión también se manifiesta, ya que los gobiernos neocolonialistas buscan mantener la hegemonía occidental ante el avance de la resistencia en Medio Oriente y pretenden impedir la generación mayoritaria de conciencia sobre lo que realmente acontece en Palestina. Asimismo, en Israel, las movilizaciones siguen aumentando contra el primer ministro Benjamín Netanyahu, que ya desde antes del 7 de octubre de 2023 enfrentaba una serie de reclamos sociales contra su Gobierno sionista.
Las manifestaciones en Estados Unidos, la valentía de la juventud, es la muesta de que a pesar de tener todos los medios tecnológicos y los miles de millones de dólares puestos a favor del genocidio y la guerra, el Imperio no logra establecer esa hegemonía absoluta que siempre ha buscado y que proyecta con los medios de comunicación a su servicio, la postura antihegemónica que el estudiantado ha mostrado es una expresión de la conciencia humana que no puede callar frente al genocidio, la barbarie y los crímenes de lesa humanidad.
La censura mediática, el silencio intencionado, es una estrategia sistémica del imperialismo y el sionismo, esto quedó nuevamente demostrado con la filtración de una guía de estilo del New York Times, en la que muy claramente se señala la forma en que para ese medio debe nombrarse y presentarse la versión que desea el Imperio, pues conceptos y palabras como genocidio, limpieza étnica, masacre, ocupación colonial, crímenes de guerra y asesinatos extrajudiciales, están totalmente prohibidos para los editores, lo cual no es poca cosa; es una manipulación de la verdad basada en el absurdo argumento de que cualquier crítica a sionismo y al Gobierno de Israel es “antisemitismo”.
Ante esto hay que ser muy claros, no es promover un discurso de odio denunciar el genocidio y nombrar a sus perpetradores, pero sí es violencia y complicidad criminal querer ocultarlo y tergiversar los hechos, la propia ONU habla de elementos de genocidio cometido por Israel. La conciencia humana está con Palestina y hoy se expresa a través de la juventud mundial.
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