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Peor que evadir el servicio militar

Fuentes: Haaretz

Traducido por Carlos Sanchis y revisado por Caty R.

El parlamentario de la Knesset Eitan Cabel ha propuesto un proyecto de ley que arrebataría el derecho al voto a cualquiera que haya evadido el servicio militar. Semejante propuesta, que el ejército israelí apoya, demuestra la necesidad de permanecer constantemente en guardia contra la legislación irrazonable, sobre todo cuando la proponen personas muy influyentes. La proposición de Cabel podría aprobarse y si no lo es ahora, puede que lo sea algún día en el futuro. Si no se destina a los evasores, quizá sirva para los árabes, los no judíos, las mujeres que se nieguen a tener hijos o para cualquiera que un miembro de la Knesset decida que no contribuye lo suficiente a la sociedad.

En el pasado han surgido propuestas para revocar el derecho a voto y se han dirigido contra los árabes. Ahora el intento apunta a los que eluden el servicio militar, a quienes el general Elazar Stern describió como «cualquiera que no se alista y es reconocido por los cercanos a él como alguien que debería ser reclutado». Pero Stern no tiene a quien culpar sino a sí mismo, y el ineficaz mecanismo de alistamiento del ejército israelí está encontrando dificultades para que se cumpla la ley de alistamiento obligatorio. Un evasor del servicio militar es alguien a quien el ejército exoneró del servicio por alguna razón. No puede traspasar la responsabilidad del ejército en el alistamiento a las personas.

Las multas propuestas para los que eluden el servicio militar están revocando el permiso de conducir e impiden acceder a las licencias para ejercer la medicina o la psicología. Y uno nunca puede saber si la imaginación de los parlamentarios los llevará a revocar prestaciones sanitarias o derechos de jubilación. El hecho de que la Knesset esté deseando tocar los derechos básicos de los ciudadanos es una causa de preocupación mayor que el fenómeno de evasión del servicio militar de algunos individuos.

En Israel la supresión del derecho a votar como castigo no se aplica ni siquiera a los asesinos, violadores o espías que pasan toda la vida en prisión; así de importante se considera en la democracia israelí este derecho civil. El derecho a votar también se concede a aquellos que ni siquiera viven en Israel, no pagan impuestos aquí, y cuyos hijos no son reclutados -cientos de miles de judíos que se convirtieron en ciudadanos bajo la Ley de Retorno y después se retiraron a sus casas en Brooklyn o Argentina-. Aviones cargados de votantes llegan aquí en la víspera de elecciones. Como tal, la propuesta para quitar el derecho de voto a los que sí viven aquí, pero cuya conducta se considera antipatriótica, es insólita.

Las definiciones propuestas para la palabra «evasor» son algo más que recordatorias de las que se daban al término «antiamericano» en la época de McCarthy en Estados Unidos. Después de todo, es el ejército el que determina quién es un evasor descartando a esa persona del alistamiento, por lo que todo lo que tiene que hacer para detener la evasión es utilizar un criterio más estricto.

Una vez que el estado exoneró a los árabes y a los ultra-ortodoxos del servicio militar, acortó la duración del servicio para los estudiantes de hesder yeshiva, y ofreció una categoría de «incompatible» para otros, por lo que es difícil entender quiénes son exactamente los evasores del alistamiento.

La legislación propuesta debe arrojarse a la basura porque es vergonzosa y la ley del alistamiento obligatorio debe ejercerse con mayor eficacia. La motivación para servir en el ejército no se gana con castigos, sino mediante promesas a quienes tienen la voluntad de contribuir más y eliminando la discriminación que favorece a los judíos religiosos extremistas.

En inglés: http://www.haaretz.com/hasen/spages/944035.html

En hebreo: http://www.haaretz.co.il/hasite/spages/943998.html

Haaretz es un diario israelí fundado en 1919 que se publica en hebreo e inglés. Su visión con respecto al conflicto árabe-israelí está en consonancia con la izquierda política, de lo que dan fe sus reportajes, especialmente los de sus periodistas Amira Hass y Gideon Levi. Apoyó decididamente los acuerdos de Oslo y en el aspecto religioso su línea es marcadamente laica.

Carlos Sanchis y Caty R. pertenecen a los colectivos de Rebelión, Cubadebate y Tlaxcala. Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, al traductor y la fuente.