Conferencia pronunciada por el autor durante las IV Jornadas sobre el Mundo Árabe, «Ocupación y derecho a la resistencia» (Gijón, Asturias, 28-10-2008)
Introducción
Tengo que hablar de dos cosas que por lo general no se ponen juntas, como son las políticas de exclusión de Israel en Jerusalén, que es una cuestión política muy particular de cierta región del Mundo y, al mismo tiempo, por otra parte, de la inserción o del impacto que tiene el Estado de Israel en las políticas globales.
Se trata, al mismo tiempo, de dos cosas diferentes, por un lado los temas particulares de política concreta en un lugar del mundo como son las políticas que tiene Israel en una ciudad importante, Jerusalén, conocida por todos vosotros y, por otro lado, las políticas globales, generales, que van más allá del propio Estado de Israel y de sus fronteras.
Políticas de exclusión particular y global
Por un lado en el Templo del Monte, está el símbolo de todo el problema, un lugar santo y central de las tres religiones monoteístas que coexisten. Pero más interesante es que dentro, bajo al cúpula dorada, está la piedra donde la tradición cuenta que Abraham intentó sacrificar a su hijo Isaac. Simbólico, ¿no? Por lo menos en la religión judeo-cristiana, sin hablar de la religión musulmana. Es un lugar en donde se encuentran las tradiciones, un lugar simbólico a lo que ciertas personalidades llamarían el «choque de civilizaciones», en este espacio, ahí en ese lugar en donde estuvieron los caballeros del Templo. Por eso me parece oportuno empezar en este espacio en el que surge la contradicción entre lo que es una «política particular de exclusión» a una «política global» que también adopta elementos de la exclusión, como ahora veremos.
Un Estado formalmente democrático: elecciones, partidos, prensa…
Quisiera hacer una aclaración que quizás para muchos podría ser controvertida, pero me parece muy importante y es que, por lo menos formalmente, Israel es un Estado democrático y esto es muy importante porque si Israel fuera un Estado «no democrático», digamos Chile, Argentina, Guatemala, etc, el impacto «global» de su política sería menor. Al ser un Estado formalmente democrático: tenemos elecciones libres, varios partidos políticos y prensa libre, pero hay una contradicción, porque aunque yo estoy hablando aquí sé que, cuando vuelva a Israel, no me va a pasar nada por más radical que sea lo que ahora diga y no preciso de ningún coraje para decir aquí lo que quiera. Es decir, yo soy la excepción que prueba que Israel es un Estado democrático. Después entraremos para ver lo que esto significa y cuales son las «políticas de exclusión» que existen dentro del contexto democrático.
Momentos y espacio de excepción, déficit democrático
Pero ¿qué significa esto de ser un Estado democrático, aceptado como tal por la Comunidad Internacional o por lo menos por la Comunidad de Naciones? Significa que ciertos «momentos de excepción» creados dentro del contexto del Estado de Israel pueden ser emulados, copiados, por otros estados que se definen como democráticos.
O sea, si Israel crea un «espacio de excepción» sin que rompa el marco democrático, el Estado español, teóricamente por lo menos, podría copiar ese «espacio de excepción» con la condición de no romper el marco democrático creando un «déficit democrático». Mucha gente lo verá, lo sentirá y puede que lo analice pero, otros muchos, el señor o la señora de la calle no lo verán.
La democracia crea momentos de consenso
El Che consideraba que el movimiento guerrillero sólo podría existir estrictamente bajo una dictadura. La forma de resistencia del Che y la opción del movimiento guerrillero y revolucionario queda excluido porque la democracia crea «momentos de consenso» y no nos conduce a que tengamos que sacrificar nuestras libertades para romper tal consenso.
Terrorismo y heroísmo maqui
Esto es importante para la Europa de hoy. Fíjense, el Gobierno de Sarkozy ha deportado hasta el día de hoy a más «sin papeles» que lo que hizo el Gobierno de Vichy, un gobierno dictatorial que dio lugar a una guerrilla maqui considerada como heroica. Mientras que el Gobierno de Sarkozy puede expulsar la misma cantidad de gente, a más gente que Vichy, en menos tiempo y nadie se imagina por ello una guerrilla hoy en Francia. Por lo menos eso sería considerado como terrorismo y no el heroísmo del maqui enfrentado al Gobierno de Vichy.
Contexto y vacío de democracia
Imagínense de nuevo, una vez más, las consecuencias habidas cuando el Sr. Berlusconi manda marcar a los gitanos, nada más y nada menos. No tienen que tener una estrella colocada o la marca de gitano como se hacía en los años 40, pero esto es el sólo el primer paso. Cuando en los años 40 los nazis europeos mandaron marcar a los judíos y a los gitanos porque, recordemos, que el holocausto judío también lo fue en una buena parte holocausto gitano. La orden de marcar a los judíos dio lugar a uno de los momentos de resistencia más heroica de Europa, a la resistencia partisana en Italia y a otra similar en Alemania pero, lo que sucede ahora, con lo que ha pasado aquí en el «contexto de la democracia», creando un «vacío de democracia», a nadie se le ocurre levantarse en armas porque estamos dentro del «contexto democrático» y esto es lo interesante, lo importante, porque esto significa sólo un «déficit democrático», no más, nada más.
Israel exporta el «vacío de democracia»
Israel, dentro de su Estado, ni siquiera es el peor país en cuestión de derechos democráticos, pero sí es interesante señalar que Israel está exportando el «vacío de democracia» que ha creado y ello tiene un gran impacto aquí, en Occidente. Crea un nuevo «consenso democrático» en el que todos nosotros confundimos el vacío con una realidad y en el que somos cómplices de este «vacío democrático» porque siempre que se cae en el «vacío de la democracia» el afectado, la víctima es el «otro», el gitano, el humillado de África del Norte, el mejicano, etc.
El «vacío democrático» es para el «otro» que no tiene ni cara, ni derechos
Hoy, como decía El País esta mañana, el peligro es que entren y creen un problema en Melilla, pero sucede que siempre, el vacío, el que cae en el vacío es «el otro». El «otro» es el que no tiene ni cara, ni derechos, ni siquiera es persona. Y, cuando queremos pensar desde esta perspectiva porque los ciudadanos europeos no solamente crean un vacío hacia ese «otro» europeo, bien sea gitano o cualquier otro. O también no europeo, pero ciudadano de Europa , el africano o el de Medio Oriente.
El «vacío» del desprecio a la opinión pública
Pero, también se crea un «vacío» mucho mayor que es el total desprecio a la opinión pública europea apoyando y financiando a un Gobierno, el israelí, y siendo cómplice de un régimen, que ha sido declarado ilegal, en contra de la opinión pública europea.
La opinión pública apoya a los palestinos y los gobiernos europeos al Estado de Israel
Hay un «vacío» mayor que no es solamente hacia el africano o el gitano, es también hacia el ciudadano de Europa, cuando se trata de Israel, porque la opinión pública europea tiene una clara actitud de solidaridad con el pueblo palestino pero, los gobiernos europeos en total violación de la opinión pública europea, no solamente apoyan incondicionalmente a Israel, sino que condenan al pueblo palestino.
Gaza, la mayor cárcel del Mundo, programada para que la gente se muera
Los palestinos sufren hambre, enfermedad y muerte y no estoy utilizando palabras demasiado grandes. Hay gente que ha visitado Cisjordania, pero lo que ha visto en Cisjordania no es nada comparado con lo que es y hay en Gaza. Hospitales sin suero, niños sin leche y muchas más cosas. No es solamente la mayor cárcel del Mundo sino que es un lugar en donde todo está programado, planificado y mantenido, de tal modo, para que la gente muera.
Elecciones equivocadas, votaron a Hamás
Y, ¿Por qué esta cárcel? ¿Por qué existe la cárcel? Sencillamente porque el pueblo palestino tuvo la rudeza de que cuando le dijeron que debía tener elecciones democráticas y votar para que fuera una democracia, resulta que ahora que han hecho lo que querían, entonces Europa dijo ¡ah! no, si habéis votado por el otro, por Hamás, os condenamos a muerte por ello, pero a muerte lenta.
Complicidad en la «política de exclusión»
Pero resulta que esto es una acción democrática, no respecto a Oriente Medio, sino con respecto al pueblo de Europa, a los pueblos europeos, cuando sus opiniones no son tomadas en cuenta por sus respectivos gobiernos y hasta por aquellos gobiernos que se dicen democráticos. Y, de esto estamos hablando, de la «política de exclusión» de la que nuestros países y gobiernos son cómplices.
Decisión Corte Internacional, colonias, Muro e indemnizaciones
En este «vacío democrático», los gobiernos de la UE son cómplices y lo son porque ayudan y dan dinero a Israel. No es una oposición moral, es una posición legal ya que así fue definida por la Corte Internacional de la Haya el 9 de julio del año 2004. Y es obligatorio, no es si le gusta o no, es legalmente obligado para todas las partes de acuerdo con la IV Convención de Ginebra y, de acuerdo con ella, se debe de actuar para que se desmantelen las colonias, se desmantele El Muro y se indemnice a las víctimas. Y, ¿Europa qué ha hecho? Nada, nada una vez más en contra, otra vez, de la opinión pública europea. Pero Europa tiene un derecho que le obliga como parte de la IV Convención de Ginebra y no puede actuar en función de si le gusta o si no le gusta, sea el PP o el PSOE, porque tiene una obligación legal, es una obligación decidida por una Corte Internacional.
Cisjordania y Gaza
Cisjordania y Gaza ocupan el 22% de la Palestina histórica y lo que es hoy el Estado de Israel el 78%. El 90% de los palestinos fueron expulsados perdiendo así sus tierras.
El Muro de la anexión
El Muro, terminado ya en su mayor parte, es un Muro de anexión por parte de Israel. Porque es una anexión lo que se proyecta crear cuando del 22% de la frontera palestina se extrae un 10%. Jerusalén está en el centro de Cisjordania. En los acuerdo históricos de 1993 Arafat decidió que el pueblo palestino o sus representantes no demandarían la parte de la Palestina histórica. El pueblo palestino está dispuesto a no exigir aquello que las NU habían decidido, pero con la condición de tener el derecho a un Estado en ese 22%. Israel dice que sí en los acuerdos de Oslo, pero después, en el año 2002 el general Sharon decide qué es lo que los palestinos recibirán en el mejor de los casos.
Cuando observamos la zona Occidental de Cisjordania, vemos que Israel está anexando los terrenos más fértiles con la construcción de El Muro. Cisjordania tiene una pequeña zona fértil en donde se puede cultivar, es una estrecha línea de Norte a Sur, el resto hacia el Este es un desierto.
Apoyo de EEUU
No se trata solamente de que Sharon decidiera, unilateralmente, anexar estos territorios, sino que decidió privar al pueblo palestino de cualquier futuro económico contando con el apoyo total estadounidense quien aprobó que Israel conquistara la mitad de los territorios mediante la creación de El Muro. Con esta confiscación, Israel, no solamente priva a los palestinos de sus mejores tierras sino que impone una realidad en la que sólo se pueden crear dos estados palestinos, uno al Sur y otro al Norte. Pero no un Estado palestino.
Colonias en la Jerusalén rural
En 1967 Israel anexionó territorios del municipio de Jerusalén, la idea era anexar la mayor cantidad posible de tierras con la menor cantidad posible de palestinos. O sea, la tierra de la que estamos hablando no es de una zona urbana, era la zona rural y eran las tierras de pastoreo, el futuro de las aldeas. Es en estos espacios rurales, que existían en la Jerusalén palestina suburbana, en donde Israel comenzó a construir inmediatamente. Ya en el año 68 se fundó la primera colonia y a continuación las restantes. Pero, aún más, Israel también continuó construyendo colonias alrededor de Jerusalén. Y estos alrededores de Jerusalén se van llenando progresivamente de colonias israelíes intercomunicadas y van quedando núcleos palestinos aislados.
En Jerusalén los palestinos son «residentes» no «ciudadanos»
Con la anexión de territorio de Jerusalén Oriental, de la parte árabe, Israel no anexó a la población. Los palestinos residentes en Jerusalén Oriental -y esto es muy importante- se transformaron en «residentes» en Israel, no en «ciudadanos» israelíes. Esto tiene un valor porque para el residente, el derecho de residencia es un «favor» que el Estado soberano da a un súbdito extranjero.
Por ejemplo, si yo vengo a España el estado Español me haría un «favor» permitiéndome vivir y trabajar en el territorio español y si no cumplo con ciertas normas pueden cancelarme el derecho a «residir» en el territorio.
Anexión de territorios y ciudadanía a cambio del derecho a «residencia»
Lo que pasó en Jerusalén fue al revés, no es que los 200.000 palestinos inmigraran a Israel, sino que Israel anexó los territorios de estos palestinos y los dejó inexistentes de derechos dentro del estado de Israel. Israel les hizo el «favor» al darles el derecho a «residencia» y así, paradójicamente, el derecho a residir en su casa se transformó en un «favor».
En el momento de la anexión, dentro de los límites del municipio de Jerusalén, los palestinos eran una tercera parte, el 28%, el resto eran ciudadanos israelíes, judíos.
Objetivos: mantener el 28-72% y aislar a la población palestina
Desde el momento de la anexión Israel tiene dos objetivos de gobierno en relación con el control demográfico:
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Mantener la proporción del 28% de palestinos y el 72% de judíos.
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Aislar a la población palestina. Para ello tiene un sistema de control como son los esquemas que usa el estado hebreo para controlar a la población, sistemas que vemos y otros que no son visibles. El entramado está en las leyes, está en las cárceles, en los hospitales de salud mental, etc.
Control biopolítico
El Estado moderno controla a la población, pero aquí Israel tiene un aspecto que va más allá del mero control de la población, del control de la vida política de la población, sino que al tener como objetivo político declarado mantener la relación poblacional 28-72, dos tercios un tercio, está rompiendo los esquemas biológicos de la población. Por dos razones, en primer lugar porque la población palestina de Jerusalén tiene mayores índices de natalidad que la población judía de Jerusalén y, por lo tanto, la población palestina en cierto momento, aunque no de inmediato, sobrepasará a la población judía de Jerusalén.
En segundo lugar es que por razones políticas y sociales la población judía emigra de Jerusalén. El Estado de Israel decidió que hay que mantener, sin rodeos, por la fuerza la relación poblacional, y aquí vamos más allá de la «biopolítica», porque recordemos que estamos hablando de un «espacio democrático» o que por lo menos es concebido como tal.
Pero, ¿qué significa esto? Pues que en un «espacio democrático» yo puedo ir como Estado más allá del control biopolítico, lo mismo y con el mismo significado que la política de Sarkozy, que emula, que está emulando a las políticas israelíes, porque en Francia hay un nivel máximo de emigrantes que que el Gobierno puede aceptar, acaso dos tercios un tercio o sólo un 10%.
Emular medidas de exclusión dentro del espacio democrático
Y toda esta política sí que tiene un valor porque haciendo hincapié en que eso realmente es posible, se permite y se tolera así el control biopolítoco porque suponemos que Francia es una «democracia». Si esto fuera concebido como un «estado de excepción», por supuesto que no sería legítimo hacerlo en Europa pero, en cambio, si es posible emular medidas de «exclusión» en Europa porque estamos en un «espacio democrático».
Ideologización de Huntington
Israel hizo un control poblacional que va más allá de la realidad biológica y política y esto puede ser copiado en el espacio Europeo dentro del «contexto democrático» y en el espacio estadounidense con respecto a los latinos e, incluso, ideologizado por el señor Huntington sin romper el esquema porque todavía estamos hablando de democracia.
Aislamiento de los palestinos de Jerusalén
El segundo elemento es el «aislamiento de la población» para poder mantener el control de los palestinos que viven dentro de Jerusalén, de Israel, tienen que aislar a la población palestina, que vive en la ciudad, de la población palestina que vive fuera de la cuidad y para ello recurre a darles una nueva identidad.
Discriminación de los palestinos
Pero hablemos del control y de cómo lo utiliza Israel para controlar a la población palestina. La estrategia seguida es muy clara y concreta. Empieza por la falta de permisos municipales, el pago de mayores impuestos municipales sin recibir ningún servicio. De este modo se propicia que a los palestinos les resulte mejor irse de la ciudad con lo que consiguen el control de la población.
Control geopolítico: situación permanente de inestabilidad
En segundo lugar la inexistencia intencionada de planificación urbana, es decir, que cualquier tipo de construcción en Jerusalén Oriental, la parte palestina, al no poder tener algún tipo de planificación todo es de por sí ilegal. En el sistema moderno toda construcción ha de estar dentro de una planificación urbana de modo que hoy cualquier palestino que tenga una casa en Jerusalén Oriental construida después del año 1967 vive en un espacio ilegal. Pero aún hay más, ese vacío legal significa que el Estado no se responsabiliza de la calidad de la construcción porque queda al margen del arquitecto o del ingeniero municipal y no se sabe si el edificio se va a caer o no.
Si uno adquiere un piso en Jerusalén, no es solamente que mañana puede aparecer una pala excavadora que viene a demoler el edificio, sino que la falta de control técnico de la construcción puede hacer que se caiga de por sí. Nadie ha verificado si el contratista que construyó el edificio puso la suficiente cantidad de cemento de modo que el contratista, con tal de hacer un poco de dinero, ahorró cemento, hierro, etc.
Esto forma parte de un determinado control, de un «control geopolítio» que va más allá de lo político para crear una situación permanente de inestabilidad.
Si por ejemplo, uno se va a Granada puede comprar un piso que sabe que no se lo van a demoler, que es legal y además sabe que no se va a caer. Pero en Israel al no haber planificación urbana crea con ello u na «situación permanente de inestabilidad».
Indefensión palestina, el papelito
Tampoco tengo unas oficinas de gestión, un sistema organizado, en donde se pueda ir a resolver los problemas. No hay nada, una mañana aparece un oficial de la municipalidad con una orden, con un papelito que casi no se ve, de color rojo y blando y me lo pega en la pared. En el mejor de los casos este papelito viene con mi nombre y entonces puedo intentar hacer algo, pero en el peor de los casos el papelito viene sólo con el espacio habitado, con el número de la casa, y esto no me vale para poder ir a un juzgado o a una oficina para ver porqué quieren demoler mi casa cuando ni siquiera puedo hacer valer que se trata de mi casa.
En resumen, pegan el papelito en la pared y se van. La demolición puede ser mañana por la mañana o puede ser dentro de 15 años o 25 años creando un «estado permanente de inestabilidad». Nadie sabe, cuando sales de casa para ir a trabajar, si a la vuelta vas a encontrar tu casa en pie. La única manera de poder tener algún momento de estabilidad en esa realidad es simplemente irse de Jerusalén.
Para el palestino la residencia es un «favor» no un «derecho»
Y, aquí llega el tercer elemento: la residencia es un «favor» y no un «derecho». En cualquier momento el Estado que me dio el «favor» de la residencia puede revocarla. En cambio, la ciudadanía es un derecho y el Estado nunca podrá revocarla.
La residencia y la situación de inestabilidad
Profundizando en la realidad que es la «situación de inestabilidad», conviene ver cuando y en qué momento me revocan el derecho, el «favor», de la residencia. En general, en la mayor parte de los casos se presenta cuando las personas que precisan de ese derecho. Por ejemplo, cuando una señora tiene una enfermedad y a pesar de ser residente de Jerusalén no le dan derecho a los servicios médicos que por supuesto ya ha pagado y son gratuitos, pero, en cambio, ni siquiera puede recibir la asistencia sanitaria que necesita. Y esto se acentúa cuando la enfermedad es grave, en le momento que a esa señora se le diagnostica un cáncer de mama pierde el derecho a residencia. O, cuando llega el momento en el que un niño precisa un servicio más caro, entonces, desaparece el derecho de residencia.
Por lo general las víctimas son aquellas que precisan del Estado. Todo el mundo ha de pagar una buena cantidad de dinero por los servicios sanitarios, sea ciudadano o residente, aunque el acceso a la sanidad ya vemos que no.
Independientemente de todo esto, ahora, el servicio de sanidad está siendo parcialmente privatizado. No siguen el el sistema europeo, ni tampoco el norteamericano que es privado, es una mezcla de ambos.
Situación de inestabilidad cuando falta el derecho a existir
La obligación de cotizar sin tener derecho a la asistencia sanitaria todavía va más allá pues tampoco puedo recuperar el dinero cuando lo preciso, precisamente ese dinero que yo he invertido para mi futuro y para el futuro de mis hijos. Mi problema, ahora, es demostrar que tengo derecho a un servicio que yo he pagado pero que no recibo; volvemos así a una nueva «situación de inestabilidad».
Es decir, a estos dos motivos para dejar Jerusalén, porque se le puede caer la casa encima o no puede acceder a los servicios sanitarios, hemos de añadir lo esencial que es la falta permanente del derecho a «existir» como ciudadano sin que realmente se pueda sobrevivir de otra manera ya que afecta a su propia identidad y a su supervivencia.
El Muro y la falta de derechos transforma a la mayoría palestina en minoría
Además de este aislamiento programado por Israel a través de esta falta de derechos, como el acceso a un hospital o a la vivienda y de crear una identidad diferente en Jerusalén, se trata, en definitiva, de aislar a la población palestina.
Pero volviendo al punto de lo «biopolítico» cuando se aisla a la población palestina recortando ciertos derechos de modo que todo se configure como un elemento de «inestabilidad permanente» que aisla a la población palestina con la construcción de «colonias» dentro de los barrios palestinos, principalmente alrededor de la ciudad vieja de Jerusalén y finalmente con la construcción de El Muro. Pero esto es algo más que un muro que aisla a la población palestina, sino que además la transforma en minoría en un lugar en donde es mayoría.
En los pueblos en los que hay una clara mayoría palestina se los aisla con El Muro dejándolos dentro, encerrados, y así se los aleja de los centros urbanos y se rompen los barrios separándolos entre sí. De este modo, una clara mayoría palestina se transforma inmediatamente en una clara minoría creando una conciencia de supervivencia como minoría, dentro del Estado.
El Muro es algo más, también lo es entre civilizaciones
Lo anterior no es todo, porque hay otro elemento, el Muro que está aquí no es un Muro entre Israel y los territorios en los que Israel dice que allí habrá un Estado palestino, si así se pudiera llamar a eso un Estado, sino que se transforma, dentro de nuestro pensamiento, en otra cosa por la cual se crea ese «espacio de nulidad» que afecta a la opinión pública europea, ya se trate de gobiernos conservadores, como el de Angela Merkel o el de Berlusconi, o ya sea de gobiernos socialistas o socialdemócratas como el español, como el de Zapatero. De este modo se anula la realidad de la opinión pública europea, no porque allí esté o no el Muro, sino porque El Muro es algo más, es un muro entre civilizaciones.
Frontera entre civilización y barbarie
En París tenemos bárbaros, como dijo Sarkozy a los jóvenes franceses de origen africano cuando se rebelaron contra su situación. Unos y otros, ambos, comparten su religión islámica. No no nos podemos sacar a los bárbaros de encima pero ahora tenemos un muro que marca la frontera entre «civilización y barbarie» y que es la defensa del cerco de civilizaciones. Hasta Pekín y todos aquellos que están al otro lado del muro, que son la barbarie, los podemos matar sin problema.
Los bárbaros y nuestra responsabilidad civilizadora
En Afganistán ¿Cuando EEUU, por error, mata a una familia que va de camino a una boda alguien se molesta o alguien piensa que es el momento de irse de Afganistán? No, la respuesta es que un tal Zapatero manda más tropas a Afganistán para ayudar a los bárbaros, porque a los bárbaros, no sólo hay que reprimirlos, sino hay que ayudarles y educarlos porque esta es nuestra responsabilidad civilizadora ¿No, no es así?
Los bárbaros y el terrorismo
Si mueren, mueren, si los matan, los matan, pero hay que ayudarlos porque sobre todo nuestra conciencia no nos deja lavarnos las manos. Hay que civilizarlos, hay que llevarles la democracia y hay que enseñarles lo que es la democracia. Si los bárbaros, estos bárbaros, hacen oír su voz ya sea en Jerusalén, ya sea en París o ya sea en Madrid, su voz se transforma en terrorista y es terrorista pero no por que esté armado con una ametralladora o una bomba. El terrorista lo hemos sacado o se ha transformado en un niño de tres años que por nacer musulmán ya se transforma en un peligro, a esto hemos llegado ya.
Lo mismo que en los levantamientos en París en donde la policía persiguió a dos chavales que se electrocutaron.
Pensamiento de civilización y barbarie
¿Por qué se está importando ese pensamiento de civilización y barbarie? pues por lo mismo que se ha creado el Muro en la frontera Oriental de la civilización de Occidente. Es lo mismo que se aplica en el contexto del espacio europeo, pero que allá se inicia con la construcción del Muro y se crean espacios, enclaves y pequeñas bases. El Muro se construyó incluyendo a una pequeña población que no tenía derecho a residir en Jerusalén y los encierra dentro de Jerusalén. Después se continua para encerrar a los del otro lado en enclaves, como en una cárcel.
Se han creado seis o siete «gazas» en Jerusalén
Se han creado seis o siete «gazas» en el perímetro municipal de Jerusalén. Y, ¿por qué no oímos o escuchamos esas «gazas»? Esa gente sufre lo mismo que los de Gaza, la que todos conocemos, aislada, de la que nadie puede entrar y la mayor parte de la población no puede salir y no puede trabajar. ¿Por qué no escuchamos a estas otras «gazas»?, sencillamente porque no hay misiles. Porque de Gaza escuchamos, y sabemos, cuando se transforman en noticia esos misiles caseros.
Si en Gaza no hubiera resistencia…
Gaza aparece cuando es noticia ¿no? Si en Gaza no hubiera resistencia nadie se enteraría de que Gaza existe. Y en todos estos enclaves que han creado, en estas pequeñas «gazas» de población muda nadie se entera de su existencia. Te puedes morir de un ataque al corazón sin que una ambulancia tenga posibilidad de entrar. Pero aquí estamos llegando a otro nivel, porque hablamos del control «biopolítico» en el cual el derecho se ha extinguido para que la política controle más allá de los índices biológicos, estamos llegando a un régimen donde la política no es una «biopolítica».
Régimen de la tanatopolítica
Una socióloga palestina en Harvard definió este régimen como el de la tanatopolítica, porque ya no trata del control de la vida, sino del control social de la vida ejercido por el estado de excepción, como es el Estado de Israel, porque el Estado ha creado espacios en donde la vida y la muerte ya no tiene mucha diferencia, ya que uno piensa en que el servicio de ambulancias es un elemento del «control biopolítico».
Una parturienta tiene que demostrar que está embarazada
Volviendo al concepto de palestino y, por extensión, al de musulmán, como terrorista nato de nacimiento, nos encontramos que cuando una señora parturienta que intenta salir de uno de estos «enclaves» tiene que demostrar que está embarazada y si no puede demostrarlo tiene que parir en el control. Y no estoy hablando de casos teóricos. En un caso un soldado de 21 años, con la responsabilidad sobre la vida y la muerte de la tanatopolítica, que no dejó salir a una señora parturienta de uno de esos enclaves declaró, en su defensa, que le parecía que no estaba embarazada porque no tenía demasiada hemorragia. El niño nació muerto. Y, esa es la responsabilidad que se le da a un joven militar. Esta es la tanatopolítica, la política de muerte o no sobre un joven de 21 años, atemorizado por estar en un control de noche con todo el temor que eso le puede dar. Porque puede que una señora embarazada se transforme en terrorista y sea un peligro, ya que en vez de una panza puede tener una bomba. Y, de cualquier manera, en todo caso, iba a dar a luz a un nuevo terrorista. Esta es la tanatopolítica, la política de la muerte.
La política de los enclaves
Esta es la política de los enclaves, pero por supuesto volvamos de este extremo y de esta manera de exclusión, de lo que hemos dicho sobre lo que es un vacío de exclusión, porque hay consenso democrático, esto nos ocasiona un problema que se ha de resolver por otro lado. En lo que es el territorio municipal de Jerusalén no funciona la policía y en lo que es el territorio extra municipal de Jerusalén es la policía paramilitar. Es más, fuera de la muralla se han construido carreteras que dividen judíos de árabes. Hay carreteras para judíos, carreteras para árabes y pasos bajo tierra. Ese es el espacio del Estado de Israel para lo que Bush ha declarado que es la continuidad geográfica de la alta geometría; geometría es el punto en donde dos círculos se tocan.
Por ello, entonces, en el contexto democrático hay que dejar espacios de vida, o sea, como se mueren demasiados niños en los controles militares y eso rompe con el estado democrático, estamos buscando una especie de línea de oro entre lo que es la política de muerte y lo que es un contexto democrático aceptable razón por la que estamos creando pasos subterráneos en donde uno no tiene que pasar por un control militar, para eso son los pasos bajo tierra, son un túnel que se está construyendo para crear esa línea de oro, la línea divisoria de la tanatopolítica.
El control en manos de empresas privadas
Los controles militares ya no están vigilados por las fuerzas del Estado, sino por empresas de seguridad, como Haren, que es una compañía privada de seguridad y limpieza y tiene la gestión de estos controles militares que son como una frontera. Están encargadas de gestionar tanto la limpieza como la seguridad. Gozan de impunidad porque si bien la compañía existe no hay a quien reclamar, está registrada pero nadie es responsable de la compañía y no hay respuesta cuando alguien llama. Este es otro «espacio de excepción».
Israel es un régimen de apartheid
Por otro lado mirando en un mapa uno descubre que hay un sistema de separación geográfica, de separación legal, de políticas demográficas que transforman de manera sistemática el Estado de Israel en un régimen de apartheid. Así se crea el nuevo «espacio de excepción».
Otros países comparten el «estado de excepción»
El régimen de apartheid fue creado por una serie de «espacios de excepción» que en gran parte son compartidos por otros países, por las realidades democráticas fuera del Estado de Israel. Y son compartidos y adoptados en Guantánamo que legalmente es una copia del sistema de arrestos de los palestinos o de los musulmanes por extensión.
Espacio racial de excepción
Porque el palestino o el musulmán nace terrorista, de la misma manera que en gran parte de Europa, en Francia, en Alemania o en Inglaterra, el musulmán por lo menos es sospechoso de terrorismo sólo por su mera existencia. No podemos verlo de otra manera cuando comparamos cómo trató la policía francesa a los manifestantes de los suburbios de París y cómo trata a los de la Sorbona. Esto es un espacio racial de excepción.
Israel es otro racial
Volviendo a lo anterior pero sin hacer comparaciones porque no quiero comparar la realidad de hoy en el Medio Oriente o en Europa con la realidad de los años 40, pero sí quiero referirme a que cuando deportaron de París a los emigrantes polacos de origen judío nadie se preguntaba a donde iban, era asumido racialmente, eran otro racial. Israel como democracia en el espacio de la guerra global, es la creación de otro racial en la frontera de la civilización Occidental. Se crearon los elementos de otro racial que más tarde fueron implementados en los espacios en los que vivimos.
Despojados de ser opinión pública
Y, como hemos aceptado todo esto, nos despojaron de nuestros derechos para constituirnos en opinión pública, lo mismo que en Europa, porque la opinión pública europea ve a Israel como el segundo mayor peligro para la Humanidad; pero no lo ven así los gobiernos, ni los de izquierdas, ni los de derechas, de centro o de centro izquierda, nos han despojado de nuestros derechos de ser opinión pública, aceptamos esa realidad de frontera y lo incorporamos como una parte más de nuestra vida cotidiana.
Gaza existe porque resiste
Pero en cambio aparece y viene de golpe la resistencia y no solamente en Gaza. Gaza existe porque resiste. Pero sin embargo los medios de comunicación de la Unión Europea para que vuelvan a ser opinión pública no pueden conseguirlo sólo a través de la solidaridad con Palestina, porque Palestina es víctima de un proyecto colonial racista y también de la ausencia de la opinión pública europea.
El principal elemento de lucha es el boicot
No podemos aceptar que nuestros gobiernos democráticos pasen por encima de nuestra opinión, tenemos elementos de lucha, y no me refiero a abrir un maqui o irse a las montañas, pero sí digo que tenemos elementos para trabajar. El primero y principal elemento es el boicot, que es la protesta contra el racismo. También, además, tenemos la protesta contra las políticas europeas que nos quitan nuestro derecho a ser opinión pública.
Muchísimas gracias.
Fuente: Asturbulla
Conferencia compilada por Miguel Ángel Llana.
Sergio Yahni, de origen argentino, es ciudadano israelí antisionista. Dirige el Centro de Información Alternativa de Jerusalén, creado a principios de los 80, en el que colaboran palestinos e israelíes. (The Alternative International Center, AIC, http://www.alternativenews.
Yahni, siendo niño, huyó con su familia de la dictadura militar argentina a Israel a causa de sus ideas.