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La guerra contra la verdad

¿Por qué Israel asesina de forma sistemática a los periodistas palestinos?

Fuentes: Voces del Mundo

El asesinato de siete periodistas y trabajadores de los medios de comunicación palestinos en Gaza el 10 de agosto y de otros cinco el 25 de agosto ha provocado condenas verbales, pero ha inspirado pocas o ninguna acción sustantiva. Esta se ha convertido en la trayectoria predecible y espantosa de la respuesta de la comunidad internacional al genocidio israelí en curso.

Al eliminar a periodistas palestinos como Anas al-Sharif y Mohammed Qraiqeh, Israel ha hecho una siniestra declaración de que el genocidio no perdonará a nadie. Según el sitio web de seguimiento Shireen.ps, Israel ha asesinado a casi 270 periodistas desde octubre de 2023.

Es probable que mueran más periodistas mientras cubren el genocidio de su propio pueblo en Gaza, sobre todo porque Israel ha fabricado un discurso conveniente y fácil de difundir según el cual todos los periodistas de Gaza son simplemente «terroristas». Se trata de la misma lógica cruel que han esgrimido numerosos funcionarios israelíes en el pasado, incluido el presidente israelí Isaac Herzog, quien declaró que «toda una nación» en Gaza «es responsable» de no haberse rebelado contra Hamás, afirmando así que no hay personas inocentes en Gaza.

Este discurso israelí, que deshumaniza a poblaciones enteras basándose en una lógica perversa, es repetido con frecuencia por funcionarios que no temen rendir cuentas. Incluso los diplomáticos israelíes, cuya labor en teoría es mejorar la imagen de su país a nivel internacional, participan con frecuencia en este brutal ritual. En unas declaraciones realizadas en enero de 2024, la embajadora israelí en el Reino Unido, Tzipi Hotovely, argumentó cruelmente que «todas las escuelas, todas las mezquitas y una de cada dos casas tienen acceso a túneles», dando a entender que toda Gaza es un objetivo militar válido.

Esta crueldad en el lenguaje podría descartarse fácilmente como mera retórica, salvo que, según los informes de Euro-Med Human Rights Monitor, Israel ha destruido más del 70% de las infraestructuras de Gaza.

Aunque los políticos de todo el mundo suelen utilizar un lenguaje extremista, es raro que el extremismo del lenguaje refleje con tanta precisión el extremismo de la acción en sí. Esto convierte el discurso político israelí en un fenómeno especialmente peligroso.

No puede haber ninguna justificación militar para la aniquilación total de toda una región. Una vez más, los israelíes no rehuyen ofrecer un discurso político que explique esta destrucción sin precedentes. El exmiembro de la Knesset Moshe Feiglin afirmó de forma escalofriante el pasado mes de mayo que «cada niño, cada bebé de Gaza es un enemigo… no quedará ni un solo niño gazatí allí».

Pero, para que la destrucción sistemática de toda una nación tenga éxito, debe incluir el ataque deliberado a sus científicos, médicos, intelectuales, periodistas, artistas y poetas. Si bien los niños y las mujeres siguen siendo las categorías más numerosas de víctimas, muchas de las personas asesinadas en ataques deliberados parecen haber sido elegidas específicamente para desorientar a la sociedad palestina, privarla de su liderazgo social y hacer imposible el proceso de reconstrucción de Gaza.

Estas cifras ilustran claramente este punto: según un informe publicado por la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas, basado en la última evaluación de daños por satélite realizada en julio, el 97% de las instalaciones educativas de Gaza se han visto afectadas, y el 91% necesitan reparaciones importantes o una reconstrucción completa. Además, cientos de profesores y miles de estudiantes han sido asesinados.

Pero ¿por qué Israel está tan empeñado en matar a los responsables de la producción intelectual? La respuesta es doble: una es exclusiva de Gaza y la otra es exclusiva de la naturaleza de la ideología fundacional de Israel, el sionismo.

En primer lugar, en lo que respecta a Gaza: desde la Nakba de 1948 la sociedad palestina de Gaza ha invertido mucho en educación, porque la considera una herramienta crucial para la liberación y la autodeterminación. Las primeras imágenes muestran aulas en tiendas de campaña y espacios abiertos, lo que da testimonio de la tenaz búsqueda del conocimiento por parte de esta comunidad. Este enfoque en la educación transformó la Franja en un centro regional de producción intelectual y cultural, a pesar de la escasa financiación de las escuelas de la UNRWA. La campaña de destrucción de Israel es un intento deliberado de borrar este logro generacional, una práctica conocida como «escolasticidio», y Gaza es el ejemplo más deliberado de este horrible acto.

En segundo lugar, en lo que respecta al sionismo: durante muchos años, se nos hizo creer que el sionismo estaba ganando la guerra intelectual gracias a la astucia y el refinamiento de la propaganda israelí, o hasbara. El discurso predominante, especialmente en el mundo árabe, era que los palestinos y los árabes simplemente no podían competir con la hábil maquinaria de relaciones públicas israelí y proisraelí en los medios de comunicación occidentales. Esto creó una sensación de inferioridad intelectual, ocultando la verdadera razón del desequilibrio.

Israel pudo «ganar» en el discurso de los medios de comunicación dominantes debido a la marginación y demonización intencionadas de las voces palestinas y propalestinas. Estas últimas no tenían ninguna posibilidad de defenderse, simplemente porque no se les permitía hacerlo, y en cambio se les tildaba de «simpatizantes de los terroristas» y cosas por el estilo. Incluso el difunto y mundialmente reconocido académico palestino Edward Said fue tildado de «nazi» por la extremista Liga de Defensa Judía, ahora prohibida, que llegó incluso a incendiar la oficina universitaria del querido profesor.

Gaza, sin embargo, representaba un problema importante. Con la prohibición de los medios de comunicación extranjeros de operar en la Franja por orden de Israel, los intelectuales de Gaza estuvieron a la altura de las circunstancias y, en el transcurso de dos años, lograron revertir la mayor parte de los logros del sionismo durante el último siglo. Esto obligó a Israel a emprender una desesperada carrera contra el tiempo para eliminar lo más rápidamente posible a tantos periodistas, intelectuales, académicos e incluso influencers palestinos de las redes sociales como fuera posible, de ahí la guerra contra los pensadores palestinos.

Sin embargo, la lógica israelí está destinada al fracaso, ya que las ideas no están ligadas a individuos concretos, y la resiliencia y la resistencia son una cultura, no un título profesional. Gaza resurgirá una vez más, no solo como el lugar culturalmente próspero que siempre ha sido, sino como la piedra angular de un nuevo discurso de liberación que inspirará al mundo sobre el poder del intelecto para mantenerse firme, luchar por lo que es justo y vivir con un propósito en defensa de una causa superior.

Ramzy Baroud es periodista, escritor y director de The Palestine Chronicle. Es autor de seis libros. Su próximo libro, Before the Flood, será publicado por Seven Stories Press. Entre sus obras figuran Our Vision for Liberation, These Chains Will Be Broken: Palestinian Stories of Struggle and Defiance in Israeli Prisons (Clarity Press, Atlanta) y The Last Earth. El Dr. Baroud es investigador principal no residente en el Centro para el Islam y los Asuntos Mundiales (CIGA) de la Universidad Zaim de Estambul (IZU). Su página web es www.ramzybaroud.net

Texto en inglés: CounterPunch.org, traducido por Sinfo Fernández.

Fuente: https://vocesdelmundoes.com/2025/08/26/la-guerra-contra-la-verdad-por-que-israel-asesina-de-forma-sistematica-a-los-periodistas-palestinos/