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Presos de Pelican Bay terminan huelga de hambre

Fuentes: World Can't wait

El jueves 21 de julio, los presos de la Unidad de Vivienda de Seguridad (SHU) de la Prisión Estatal Pelican Bay (PBSP) estaban a punto de iniciar la cuarta semana de su huelga de hambre, con la demanda de un fin a las infrahumanas condiciones del aislamiento. Cientos de presos de otras prisiones se les […]

El jueves 21 de julio, los presos de la Unidad de Vivienda de Seguridad (SHU) de la Prisión Estatal Pelican Bay (PBSP) estaban a punto de iniciar la cuarta semana de su huelga de hambre, con la demanda de un fin a las infrahumanas condiciones del aislamiento. Cientos de presos de otras prisiones se les unieron en solidaridad, rechazando alimentos. Esa mañana, el Departamento de Correccionales y Rehabilitación de California (CDCR) emitió un comunicado de prensa que decía que la huelga se había terminado. Por la noche, Marilyn McMahon, del grupo California Prison Focus, informó que con Carol Strickman, una abogada que trabajaba con el equipo de mediación en representación de los huelguistas, habían hablado con cuatro líderes de la huelga que ya estaban comiendo de nuevo. McMahon dijo que los presos habían «expresado su agradecimiento profundamente sentido a todos sus simpatizantes de afuera» y «Recalcaron que por ese apoyo, lograron avances y su seguridad contra represalias. Sobre todo, recalcaron el mensaje: ¡Éste es solamente el comienzo!»

La heroica lucha de los presos desde las mazmorras más infernales del sistema carcelario estadounidense es un acontecimiento extremadamente importante y extraordinario. Estos presos han puesto un valeroso ejemplo y han inspirado a las personas por todo el mundo.

Solidaridad con la Huelga de Hambre en las Prisiones (PHSS), una coalición con sede en el Área de la Bahía de San Francisco dedicada a amplificar las voces de los huelguistas y a apoyarlos, enumeró algunos avances de la huelga:

«Aunque el CDCR deshumaniza vigorosamente a los presos, y se negó a negociar, diciendo (‘no negociamos con presos’), efectivamente tuvieron que ofrecer un acuerdo para hacer cambios; esta histórica huelga ha exigido que todos los que se opongan de alguna manera a la tortura reconozcan los presos como seres humanos, actúen según sus creencias de que nadie nunca debería ser torturado… amplíen e intensifiquen el escrutinio internacional de las condiciones y políticas de las prisiones de California, y en el resto de Estados Unidos, así como se solidaricen al intervenir en ‘la actitud de seguir como si no pasara nada’ del CDCR… inspiren (de nuevo) a los presos a trabajar colectivamente en la lucha por que se reconozca su humanidad… han evidenciado ante los familiares, ex presos, promotores, abogados, grupos religiosos y basados en la fe, profesionales de la medicina y miembros y organizaciones de la comunidades que podemos continuar y tenemos que continuar trabajando de manera colectiva y mejor en la lucha por cambiar las condiciones que vivimos y transformar la devastación y la desaparición que provocan las prisiones en nuestras comunidades… han revigorizado la resistencia colectiva y rigurosa encabezada por los presos en Estados Unidos» («It’s Not Over!» [¡No ha terminado!], publicado el 22 de julio de 2011 en http://prisonerhungerstrikesolidarity.wordpress.com/).

El peligro de represalias

El comunicado de prensa del CDCR refleja la actitud que han tenido los funcionarios de la prisión hacia la huelga desde el comienzo: que los presos de la SHU son «lo peor de lo peor» y merecen lo que reciban. Repite la mentira que la CDCR ha usado para invalidar las demandas de los presos: «Los líderes de las pandillas en la prisión ordenaron esta huelga, quienes son individuos con responsabilidad por terribles delitos en contra de los californianos…».

Dicho comunicado también da a entender que habrá represalias: que van a castigar a los presos por tener el valor y osadía de exigir un trato como seres humanos. Dice: «Ahora procuraremos estabilizar las operaciones para todos los internos y continuaremos nuestras labores para mejorar la seguridad y vigilancia de nuestro sistema carcelario a nivel del estado». Muchos presos han comentado que, a diario, los funcionarios y guardias de las prisiones toman represalias por toda clase de cosas que consideran «comportamiento sin disposición de cooperar». Por ejemplo, las «extracciones de celda» en que manadas de guardias en pleno equipo antimotín a la fuerza obligan a un preso a salir de su celda, lo atan de manos y pies y le dan una paliza, por algo tan leve como no devolver una bandeja de comida o gritarle a un guardia. Los familiares ya han informado que Pelican Bay se ha declarado bajo encierro y que ya no se permiten visitas. Todo eso pone de relieve la importancia de que las personas de afuera monitoreen la situación ahí y se cercioren de que no se tomen represalias por la huelga de hambre.

La huelga de hambre arrojó luz sobre los crímenes infrahumanos que cometen los funcionarios de la prisión. Además, lo que pasa no es del agrado del CDCR, y del sistema del cual estas prisiones forman parte, y no quieren que continúe y tienen que aplastar la solidaridad y organización que lograron plasmar los presos en torno a sus demandas. Éste es el contexto en que los funcionarios de la prisión están diciendo ahora que van a «estabilizar las operaciones» y «mejorar la seguridad y vigilancia de nuestro sistema carcelario a nivel del estado».

Ahora, piensen en lo siguiente: Muchos presos que acaben en el aislamiento de largo plazo estaban condenados de delitos no violentos, como posesión de estupefacientes y luego fueron a dar a la SHU meramente por ser «validado» como miembro de una pandilla, lo que podría resultar de lo dicho por un guardia y por el «rendimiento de información» de otro preso, o sea, validar a otro preso a fin de salir de la SHU. De hecho, una demanda principal de los presos ha sido un fin de la práctica de «rendir información».

Como los funcionarios de la prisión han declarado que las pandillas organizaron esta huelga de hambre, ahora podían «validar» a aquellos que participaron en la huelga a fin de darles más castigos. Sobre tal base, ahora podían validar a los huelguistas de hambre que no estaban en la SHU por haber participado en la huelga, y meterlos en la SHU.

Es necesario amplificar el apoyo

El comunicado de prensa del CDCR dice que los presos pararon la huelga después de «entender más los planes del CDCR, en elaboración desde enero, para revisar y cambiar algunas políticas respecto a la vivienda y manejo de las pandillas en la SHU. Estos cambios, a la fecha, incluyen proporcionar gorros para el frío, calendarios en las paredes y algunas oportunidades educativas para los internos de la SHU».

Los funcionarios de la prisión no están hablando de las condiciones infrahumanas generales del aislamiento de largo plazo en la SHU. El comunicado de prensa no menciona para nada revisar, ni hablar de cambiar las condiciones de mantener a los presos en celdas sin ventanas sin ningún contacto con otros seres humanos las 23 horas al día. No menciona el hecho de que los presos de la SHU están sometidos a condiciones que los expertos dicen causan fuertes desórdenes psicológicos.

Una declaración lanzada por el portal de Solidaridad con la Huelga de Hambre de los Presos dice: «Algo queda requeteclaro: no hubo resolución de las cinco demandas base. Todavía usan como tortura el aislamiento de largo plazo. Es necesario que los simpatizantes de todas partes amplifiquen las voces de los presos de manera aún más férrea que antes. La huelga de hambre no tuvo por objetivo ver que los presos siguieran muriendo de hambre sino al contrario, tuvo por objetivo apoyar a los presos para ganar sus demandas de cambiar las condiciones del encarcelamiento. Esta lucha no ha tocado fin».

Éste ES solamente el comienzo, la lucha tiene que continuar

«Todos reconocemos que fueron necesarios más de 20 años de tortura y discriminación con el aval del estado para que nosotros (los presos) nos uniéramos y desafiáramos a este sistema bajo una Bandera, la de la libertad y la justicia, y que si no nos mantenemos firmes y ganamos esta lucha, eso no sólo nos mantendrá encadenados sino, de mayor importancia, también dejará esclavizadas para siempre a las futuras generaciones bajo esta injusticia. Con ese propósito, nos mantenemos comprometidos a seguir hasta el duro final».

– de un huelguista de hambre de la Prisión Estatal Pelican Bay, en una carta al Fondo de Literatura Revolucionaria para Presas y Presos

La lucha sí continúa. La huelga de hambre centró los reflectores sobre la situación infrahumana y completamente intolerable. Ha desarrollado conciencia y apoyo en diferentes sectores del pueblo. En ciudades de todo el país, las personas organizaron ruedas de prensa y mítines en apoyo a la huelga de hambre. Escribieron muchas declaraciones de apoyo las organizaciones de las comunidades, grupos religiosos y trabajadores en derecho, familiares, actores, intelectuales prominentes y otros. Muchas personas asumieron una clara posición de que no se debe torturar a NINGÚN ser humano, sin importar lo que haya hecho, ni someterlo a esta clase de aislamiento de largo plazo.

El día previo al fin de la huelga en la PBSP, en Los Angeles Times informó: «Funcionarios de las instituciones correccionales de California admitieron que más de 500 reclusos siguen rechazando alimentos en otras tres prisiones estatales». Así que es importante descubrir lo que está pasando con otros presos que han estado participando en la huelga de hambre. Existe una fuerte necesidad de conocer la condición médica de todos los presos que participaron en la huelga.

Sobre todo, al quedar en claro que algunos huelguistas estaban padeciendo crisis médicas, muchas personas de afuera reconocieron la situación como una de vida o muerte y la urgencia de apoyar las demandas de los presos. Este reconocimiento ha sido sumamente importante y es necesario seguir avanzando de ahí y desarrollarlo aún más en un movimiento decidido popular para poner FIN a estas cámaras de tortura en las prisiones.

De hecho, decenas de miles de presos han estado mantenidos en la clase de bárbaras condiciones en contra de las que los presos de Pelican Bay se han rebelado con tanto valor. Estos presos estaban experimentando una lenta y horrible muerte. De hecho, a diario existe una situación de vida o muerte para los presos. Y librar una resuelta lucha para poner fin a eso obedece a los intereses de aquellos que se opongan a la injusticia y la opresión. Cualquiera que sea el resultado de una batalla específica en esta lucha para poner fin a la tortura en marcha en las prisiones de Estados Unidos, se mantiene el desafío de parte de los presos a las personas de afuera. No podemos quedarnos de brazos cruzados, nos corresponde continuar así como impulsar aún más esta lucha. Un elemento importante que determinará si los funcionarios de la prisión se ven obligados a conceder cualquier cosa a los presos será la magnitud del apoyo de afuera a los presos, lo que incluye la medida en que este apoyo crezca y propague conciencia acerca de esta huelga de manera más amplia en la sociedad, entre todos los sectores del pueblo.

Los huelguistas de hambre, al manifestar su humanidad, al exigir que sean tratados como seres humanos, han lanzado un desafío serio a las personas de afuera, a que manifiesten su propia humanidad mediante su continuación de la lucha contra los crímenes de lesa humanidad que están en marcha en las prisiones por todo Estados Unidos. El apoyo que se ha forjado en torno a esta huelga de hambre es un buen comienzo, pero es solamente el comienzo. Muchísimas más personas tienen que unirse a esta lucha.

Fuente: http://worldcantwait-la.com/241-prisoners-end-strike-es.html