Para ser reelecto, el presidente estadounidense Barack Obama tendrá como principal escollo sus propias promesas incumplidas a las minorías, cuyo apoyo fue fundamental para su triunfo en 2008.
El mandatario acaba de anunciar, a través del sitio web de vídeos Youtube, su intención de volver a postularse para los próximos comicios presidenciales de 2012.
Tras la divulgación de los resultados del Censo 2010, comentadores políticos de todos los campos señalaron que Obama se encuentra al borde de una frontera irregular.
«El 1 de abril de 2010, la población de Estados Unidos era de 308,7 millones de habitantes, 27,3 millones más (9,7 por ciento) que la última cuenta en 2000», dijo a la prensa Marc Perry, jefe de distribución poblacional de la Oficina de Censos.
Detrás de lo que la revista National Journal calificó de «Nuevo Estados Unidos» se constata una simultánea explosión poblacional de las minorías de origen asiático y latinoamericano, acompañada de una firme disminución de lo que el Censo define como «blancos no hispanos».
Esto parecería beneficiar a Obama, cuyo margen de 8,5 millones de votos a favor sobre su rival republicano John McCain en los comicios de 2008 fue obtenido gracias un aumento de 20 por ciento en los sufragios de las minorías.
Un análisis de la iniciativa sin fines de lucro Project Vote estimó que, en 2008, el número de votantes de las minorías creció alrededor de 5,8 millones respecto de 2004, mientras que 1,2 millones menos blancos acudieron a las urnas.
De las 27,3 millones de personas que se añadieron a la población estadounidense esta última década, más de la mitad son hispanas, y otra gran parte de origen asiático. Apenas 2,3 millones son consideradas «blancas».
Otro factor importante es el patrón migratorio dentro mismo del territorio estadounidense.
«La gran noticia para los políticos este año es la dispersión de los hispanos a partes del país donde antes no estaban presentes en grandes números», destacó el demógrafo William Frey, del Brookings Institute.
Añadió que la población afrodescendiente también evidenció un gradual pero consistente patrón de reubicación desde los años 90, mostrando un pronunciado «regreso al Sur».
Crecientes metrópolis sureñas como Atlanta, Dallas, Houston y Raleigh han presenciado el surgimiento de una clase media negra.
Frey subrayó en conferencia de prensa el martes que la expansión de las minorías era responsable del aumento poblacional en 33 estados, incluyendo a Florida, Texas y California.
Arizona y Georgia también han presenciado un aumento de las minorías, así como Utah, Minnesota, Idaho e incluso Dakota del Sur.
Este es el tipo de matemática que le gusta a hacer a David Axelord, probable estratega de campaña de Obama para 2012.
«Una de nuestras fortalezas durante la campaña de 2008 fue que había un amplio campo de batalla», dijo en entrevista al National Journal a comienzos de esta semana. «Lo que estos números sugieren es que esas mismas oportunidades estarán presentes en 2012», indicó.
Pero, además de estos números favorables, el gobernante Partido Demócrata debería añadir a los cálculos las promesas que no ha cumplido a sectores clave, como la clase trabajadora negra y las comunidades inmigrantes, que constituyen un gran porcentaje de la fuerza laboral.
En este momento político clave no faltan las luchas laborales y de inmigrantes ante drásticos recortes presupuestales y severas leyes contra el ingreso de indocumentados en todo el país.
La protesta de los trabajadores públicos en el norteño estado de Wisconsin contra una ley antisindical aprobada por el gobernador es la que acapara más la atención de los medios, pero no la única.
En el aniversario de la muerte del histórico líder por los derechos civiles Martin Luther King Jr., varios cientos de trabajadores, fundamentalmente afrodescendientes, paralizaron los puertos de Oakland y San Francisco el 4 de este mes en protesta por medidas antisindicales en todo el país.
Dos semana antes, más de 5.000 trabajadores habían marchado por Wall Street en Nueva York, demandando el fin de los recortes presupuestales y de las exenciones impositivas para los más ricos, que constituyen uno por ciento de la población.
El martes, el condado de Hidalgo, en Texas, dio los primeros pasos en un caso contra el gobierno federal por violar un protocolo al haberse negado a enviar formularios para un censo a 95 por ciento de los residentes de unidades de viviendas instaladas en la frontera con México.
Según New American Media, unas 300.000 personas que viven en la frontera fueron ignoradas por el censo, lo que implicaría una pérdida de 1.000 millones de dólares para las arcas del estado. Esto supuso una continuación de la vieja política que priva de servicios públicos a los que más lo necesitan.
Mientras, el congresista Luis Gutiérrez, del gobernante Partido Demócrata, alzó la bandera de alerta sobre el fracaso de Obama en el cumplimiento de sus promesas sobre reforma migratoria.
Según Gutiérrez, durante el primer año de gobierno de Obama fueron deportados 400.000 trabajadores inmigrantes y jóvenes indocumentados pero nacidos en Estados Unidos, más que en cualquier periodo de gobierno de cualquier presidente anterior. Se trata de una flagrante violación de las promesas que hizo en su campaña.
«A ambos partidos políticos sólo les interesa tomar medidas retrógradas y punitivas, como la deportación masiva de trabajadores inocentes y gastar el dinero de los contribuyentes en militarizar la frontera y enriquecer las compañías de prisiones privadas», dijo a IPS el director ejecutivo de la organización de trabajadores Brandworkers International, Daniel Gross.
«El sistema en este país está construido para mantener una subclase de trabajadores cuyo único delito es haber nacido en países destrozados por empresas multinacionales y sus agentes en el gobierno», añadió.