Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens
A fines de diciembre de 2006, el gobierno Bush invirtió su posición anterior y aceptó una expansión permanente del Ejército y del Cuerpo de Marines. En realidad, el tamaño de esos dos «servicios en tierra» ha aumentado continuamente desde 2001 cuando el Congreso aprobó un aumento temporal de 30.000 al Ejército y autorizó aumentos adicionales para la Armada y los Marines en 2005 y 2006. La proposición actual convertiría esos aumentos en permanentes y lograría para 2012 el objetivo de un Ejército en servicio activo de 542.400 y un Cuerpo de Marines de 190.000.
En sus declaraciones públicas, funcionarios del Pentágono dicen que no será difícil encontrar a los cuerpos para cumplir con estas metas. Bonificaciones aumentadas, campañas masivas de publicidad y llamados al patriotismo bastarán para atraer voluntarios, arguyeron.
Se espera que ayuden programas menos conocidos, como el Programa de Alistamiento GED Plus del Ejército en el que se permite que se alisten candidatos sin diplomas de secundaria mientras completan un certificado de equivalencia secundaria (es interesante que el Programa de Alistamiento GED Plus sólo valga en las áreas urbanas deprimidas). El reciente amaño por el Ejército de los requerimientos de ingreso para que se acepte un mayor porcentaje de reclutas con antecedentes criminales menores puede aumentar también las cifras de reclutamiento.
En vista de la perspectiva de una presencia prolongada de USA en Iraq, sin embargo, puede ser que no den resultados las predicciones optimistas del Pentágono sobre el aumento del tamaño de los servicios en tierra mediante ajustes menores en las prácticas existentes de reclutamiento. Anticipando días difíciles para los reclutadores, los gabinetes estratégicos conservadores comenzaron a reciclar propuestas sobre el reclutamiento de extranjeros en las fuerzas armadas de USA en cuanto Bush anunció su decisión.
En un reciente artículo en el Boston Globe, fuentes no identificadas del Ejército informaron que funcionarios del Pentágono y del Congreso investigan «la factibilidad de ir más allá de las fronteras de USA para reclutar soldados y Marines.» Michael O’Hanlon de la Brookings Institution, Thomas Donnelly del Instituto USamericano de la Empresa y Max Boot del Consejo de Relaciones Exteriores citaron precedentes históricos para el uso de tropas extranjeras. Desde por lo menos 2005, Boot ha estado recomendando el establecimiento de «estaciones de reclutamiento a lo largo de la frontera entre USA y México» como una manera de resolver los problemas de la mano de obra militar y de la inmigración ilegal.
Pero el hecho de que varias fuentes en el artículo del Globe, incluyendo a portavoces del Ejército y del grupo de defensa latino Consejo Nacional por La Raza (NCLR), expresaron su desacuerdo con las proposiciones de reclutar extranjeros significa que otras opciones más factibles podrían comenzar a aparecer.
Un guión probable es que el Pentágono se concentre en un sector específico de la población indocumentada – nacionales extranjeros crecidos y educados en USA. Según el Instituto Urbano, cada año se gradúan en las escuelas secundarias aproximadamente 60.000 inmigrantes indocumentados o hijos de inmigrantes (que han vivido en USA cinco años o más). Al vender a este grupo las ventajas de alistarse en las fuerzas armadas, se podrían aliviar los problemas asociados con el reclutamiento de extranjeros, como ser el mal conocimiento del idioma inglés y los bajos niveles educacionales.
Hasta ahora los reclutadores militares han limitado sus esfuerzos a la busca de ciudadanos y residentes permanentes (poseedores de la green card). Es un hecho poco conocido, sin embargo, que la Ley de Autorización de la Defensa Nacional para el Año Fiscal 2006 modificó los estatutos legales actuales para permitir que los secretarios del servicio militar renuncien a los requerimientos de ciudadanía y residencia «si el Secretario correspondiente determina que el alistamiento de esa persona es vital para el interés nacional» (U.S. Code Title 10, Chapter 31, §504: 2006).
¿Es la Ley DREAM [sueño en inglés] también el sueño del Pentágono?
Si el Pentágono fuera a decidir que va a ejercer su nueva prerrogativa y a comenzar a reclutar a jóvenes indocumentados a fin de hacer crecer el Ejército y los Marines, el mayor atractivo sería la residencia permanente y la eventual ciudadanía. Éste es en realidad uno de los aspectos conocidos de la Ley DREAM: legislación que otorgaría la residencia condicional a la mayoría de los graduados indocumentados de la escuela secundaria y la residencia permanente a cambio de completar exitosamente dos años de estudios o dos años de servicio militar.
En su testimonio ante el Comité de Servicios Armados del Senado del 10 de julio de 2006, el Subsecretario de Defensa David Chu dijo: «Según un estudio de abril de 2006 del Centro Legal Nacional de Inmigración se estima que entre 50.000 y 65.000 jóvenes extranjeros adultos indocumentados entraron a USA a temprana edad y se gradúan de la escuela secundaria cada año, mucho de los cuales son listos, enérgicos y están potencialmente interesados en el servicio militar… Las provisiones de S. 2613, tales como la Ley DREAM, darían a estos jóvenes la oportunidad de servir a USA en uniforme.»
Más recientemente, la teniente coronel Margaret Stock de la Reserva del Ejército de USA y miembro de la facultad en West Point declaró a un periodista que la Ley DREAM podría ayudar a los reclutadores a cumplir con sus objetivos al suministrar una «cohorte altamente cualificada de jóvenes» sin los detalles personales desconocidos que acompañarían a reclutas extranjeros. «Van a llegar escudriñados por la Seguridad Interior. Ya se habrán graduado de la escuela secundaria,» dijo. «Son candidatìXÂe primera.»
El cebo de la ciudadanía ya es un instrumento para reclutar a poseedores de la green card, especialmente por los procedimientos acelerados de naturalización establecidos para el personal militar en 2002. En San Diego, por ejemplo, los reclutadores han dicho a los residentes permanentes: «Podemos ayudarles a obtener la ciudadanía» cuando en realidad los militares no tienen influencia en el otorgamiento o el rechazo de la ciudadanía.
Aunque es difícil de establecer cifras exactas, a aproximadamente un 20% de los residentes legales en las fuerzas armadas que han solicitado la naturalización desde fines de 2001 se les ha negado la ciudadanía. Esto sugiere que el servicio militar no significa garantía alguna de que los residentes permanentes obtengan el solo beneficio por el que probablemente se alistaron y por el cual podrán ser llevados a arriesgar su vida.
Otras anécdotas relatan que reclutadores amenazan conque la condición de inmigración de reclutas y sus familias sería afectada si el recluta tratara de desdecirse de un acuerdo de alistamiento. Muchos reclutadores taimados han utilizado la ley que requiere que los jóvenes indocumentados se registren para el Servicio Selectivo como una manera de convencer a padres que no hablan inglés de que existe un servicio militar obligatorio en USA.
La expansión de la fuente para reclutamiento para que incluya a los indocumentados sería un sueño para el Comando de Reclutamiento y podría ser la única manera por la que el Pentágono pueda aumentar el tamaño del Ejército y del Cuerpo de Marines. Un estudio de 2006 del Instituto de Política de la Migración calculó que la aprobación de la Ley DREAM «haría que 360.000 graduados de secundaria no autorizados entre 18 y 24 años serían elegibles para un estado legal condicional [y] que unos 715.000 jóvenes inautorizados entre la edad de 5 y 17 serían elegibles en algún momento en el futuro.»
Irónicamente, grupos nativistas y restriccionistas así como activistas contra el militarismo se opondrán al reclutamiento de los indocumentados aunque por motivos completamente diferentes. Organizaciones como el Consejo Nacional por La Raza (NCLR) que se opone al reclutamiento de extranjeros probablemente apoyaría un vehículo para reclutar a graduados indocumentados de las escuelas secundarias de USA. En mayo de 2006, el NCLR elogió la aprobación de una Ley de Reforma Global de la Inmigración (Ley del Senado 2611) que incluía una provisión de la Ley DREAM.
Aunque la Ley DREAM puede facilitar el acceso a la universidad de un pequeño porcentaje de estos estudiantes indocumentados, en muchos casos otros factores militarán contra la opción universitaria. Considerando la dificultad que los jóvenes indocumentados tienen para costear los gastos de matrícula, la presión sobre ellos para una contribución financiera a sus familias más amplias, y la tendencia de muchos a adoptar formas faltas de sentido crítico de patriotismo basadas en la «gratitud», los reclutadores para las fuerzas armadas, no las universidades, serán los que más se beneficien.
Como me escribiera un estudiante indocumentado:
«Fui llevado a USA [de México] cuando tenía 12 años. Ahora tengo 21 y sólo voy a la universidad porque en el Estado de Illinois pago matrícula dentro del Estado a pesar de ser ilegal. Serviría en las fuerzas armadas si me dieran una oportunidad hacerlo, y MORIRÍA por USA si es necesario. ¿No debería poder ser legal?»
Las necesidades de personal de las fuerzas armadas, las limitadas oportunidades económicas y educacionales, y el deseo de aceptación social podrían llevar a inmigrantes y sus hijos a los frentes de futuras desaventuras imperiales como el lodazal en Iraq.
* Jorge Mariscal es veterano de Vietnam y director del Programa Chicano-Latino de Artes y Humanidades en la Universidad de California, San Diego. Es miembro del Proyecto YANO (San Diego). Visite su blog en: jorgemariscal.blogspot.com/ Para contactos escriba a: [email protected]