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IV Universidad de Verano de IA

Rebelión en La Granja

Fuentes: Viento Sur

Transcurridas ya una semanas desde la clausura de la IV Universidad de Verano de Izquierda Anticapitalista es un buen momento para realizar una breve reflexión sobre lo que ha supuesto la edición de este año y las posibilidades de consolidación y crecimiento que se abren para este evento. 1. Lo primero que hay que señalar […]

Transcurridas ya una semanas desde la clausura de la IV Universidad de Verano de Izquierda Anticapitalista es un buen momento para realizar una breve reflexión sobre lo que ha supuesto la edición de este año y las posibilidades de consolidación y crecimiento que se abren para este evento.

1. Lo primero que hay que señalar es que la Universidad de este año ha sido un éxito importante en todos los aspectos: político, organizativo y numérico. Más de 500 personas han asistido a la Universidad, con casi un 70% de incremento respecto al año pasado, la web de IA ha batido récords con casi 300.000 visitas únicas durante este mes, no ha habido problemas de convivencia durante los cinco días de estancia y, lo más importante, la Universidad se ha consolidado como un espacio de referencia para los debates abiertos dentro de la izquierda social y política. La falta de tradición de este tipo de escuelas en el Estado, a diferencia de Francia donde todos los partidos tienen la suya, y la continuidad alcanzada por ésta, han convertido la edición de este año en el acontecimiento político-cultural más relevante de la izquierda alternativa durante el verano. Sin duda, el programa ha ayudado mucho, ya que este año se optó por debates centrales muy plurales y por talleres que tocaban casi todas las temáticas de interés para un público amplio. La calidad de las ponencias ha sido también muy comentada, tanto en las formaciones como en los talleres.

2. El cambio de ubicación de la Universidad ha influido notablemente en el aumento de participantes. El traslado desde Banyoles a La Granja ha permitido que fuera más fácil la asistencia de gente de distintas partes del Estado por su ubicación geográfica y, también, que los ponentes lo tuvieran mejor para poder llegar. Las instalaciones y el entorno han sido aceptables y el lugar parece adecuado para que próximas ediciones se sigan celebrando allí. Aunque está claro que el cambio no le ha gustado a todo el mundo: unos días después de la Universidad, un diputado del PP por Segovia, Pedro Gómez de la Serna /1, escribía un vómito anticomunista en la prensa local segoviana contra la Universidad. Estamos comprobando este verano que muchos dirigentes o militantes del PP tienen cada vez menos cuidado en mostrar su verdadera cara ultraderechista. Pero la filípica de este sujeto también demuestra que la trascendencia que ha tenido en Segovia un evento de estas características les incomoda. Esperemos que siga haciéndolo en el futuro.

3. Pero lo más comentado, y lo que más trascendencia hacia afuera ha tenido, han sido los debates sobre cómo encontrar puntos de encuentro entre las izquierdas diversas para romper con la camisa de fuerza de la Troika. Estos Foros tuvieron mucho seguimiento, tanto en la propia Universidad como a través del streaming que se pudo seguir desde la web de IA. El balance de estos foros, a pesar del acierto de haberlos programado, es agridulce. Es ciertamente complicado juntar en una mesa a representantes de tan variadas corrientes políticas y sociales para debatir sobre cómo juntamos fuerzas contra el enemigo común. Haberlo conseguido, con la excepción de la CUP, que rechazó participar a última hora sin explicar el motivo, es ya un mérito notable. Pero el desarrollo en sí de estos debates no fue satisfactorio: las exposiciones tuvieron poco en cuenta el título de la charla y, en la mayoría de los casos, se limitaron a defender las posiciones de partida de cada cual. El debate abierto con el público fue muy poco productivo. La mayoría de las intervenciones se centraron en criticar a los representantes de IU por su participación en el Gobierno andaluz, con tonos en ocasiones poco adecuados a pesar de que la crítica sea correcta, lo que focalizó el debate en ellos y provocó las adhesiones de otra parte del público y de los ponentes. La organización de este tipo de charlas es compleja, porque si es difícil que las ponencias traten los mismos asuntos lograr que el público haga preguntas y no nuevas ponencias, generalmente cargadas de reproches, es imposible. Pero para el año que viene habrá que pensar en fórmulas más interactivas y mejor planificadas para que estas citas, que tienen un carácter central en la Universidad, no acaben con el mal sabor de boca que dejaron esta vez. Todo lo contrario que ha ocurrido con los talleres, que en todas las evaluaciones han sido valorados muy positivamente y han propiciado debates realmente interesantes.

4. Otro aspecto a destacar de la Universidad ha sido su programa cultural. Todas las noches /2 ha habido una obra de teatro, vídeo-fórum o recital de poesía. Este aspecto cultural es fundamental para que este evento sea algo más que un curso de formación intensivo. También aquí, la Universidad ha crecido, ya que contar con la presencia de actores consagrados como Alberto San Juan o prestigiosos documentalistas como Adolfo Dufour es un salto cualitativo. No hay que olvidar tampoco a compañías de teatro pujantes como Turlitava con su Marx en Lavapiés o a los debutantes de «Germinal» y su obra de Brecht. Pienso que en este apartado, aún se puede conseguir un programa más completo. Pero lo alcanzado en esta edición ha sido muy satisfactorio.

5. Y, por último, no podría finalizar este breve texto sin hacer un reconocimiento especial a las decenas de militantes de IA que han ayudado con el montaje para que todo estuviera en su sitio antes de empezar, a los centenares que han hecho turnos de todo tipo para que nada fallara durante el transcurso de la Universidad y a las y los simpatizantes y amigas que han llenado hasta los topes tantos talleres, formaciones y foros. El año que viene prometemos más. Y, en este caso, esperemos que mejor, porque aún es posible pulir muchas cosas. Este verano, la rebelión empezó en La Granja.

Raúl Camargo Fernández es militante de Izquierda Anticapitalista

Notas

/1 http://www.eladelantado.com/opinionAmplia/6442/colaboracion

/2 Este artículo de Antonio Crespo analiza las obras de teatro allí representadas. http://www.vientosur.info/spip.php?article8256