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Redundante y peligroso

Fuentes: Al Ahram Weekly

Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández

Cada vez que Israel no cumple con su «parte del trato», la Autoridad Palestina (AP) responde con el mismo y redundante lenguaje. El ciclo se ha convertido en algo tan absolutamente predecible que uno se pregunta por qué las autoridades de la AP se molestan en protestar siquiera contra las acciones israelíes. Deben ser muy conscientes de que sus gritos -sinceros o no- sólo van a caer en oídos sordos. Saben que sus quejas no van a contribuir a lograr un cambio paradigmático en la conducta de Israel ni en la posición estadounidense respecto ese país.

Echemos un vistazo al contexto del lenguaje de las quejas de la AP. En un discurso ofrecido a primeros de julio, el Presidente palestino Mahmoud Abbas se refirió a cualquier conversación directa con Israel tildándola de «inútil». Miles de periódicos y páginas informativas en Internet transmitieron ese «titular», subrayando la palabra «inútil» entre comas invertidas, como si eso constituyera algún tipo de revelación trascendental. Pero todos los que siguen los acontecimientos en Oriente Medio, y especialmente el conflicto israelo-palestino, saben ya que tales conversaciones serán «inútiles». Además, Israel no hace apenas un secreto de su falta de deseo de una solución justa y pacífica.

Sin embargo, Abbas se las ha arreglado para insertar su importancia como «actor» en el conflicto utilizando una palabra inteligentemente acuñada. Esta palabra ha tenido tanto impacto en árabe como en inglés.

Por supuesto que ninguno de los medios que Abbas adopta actualmente supone que hay un cambio en curso. Uno no necesita desenterrar muchos archivos antiguos para recordar que el presidente de la AP sentía lo mismo en las denominadas «conversaciones de proximidad» con Israel del pasado mes de mayo. Antes de que dieran comienzo, también manifestó su opinión de que las conversaciones serían inútiles. Además, insistió en que no reanudaría negociación alguna, directa o de otro tipo, mientras Israel no interrumpiera la construcción de asentamientos en la Jerusalén Oriental ocupada. Después de esta gran declaración, Abbas consintió en iniciar la charada de las conversaciones de proximidad mientras a las familias palestinas se las seguía arrancando de sus hogares y de su histórica ciudad. Cabe reseñar que sólo fue una barrera la que desapareció antes de embarcarse en las conversaciones de proximidad: Abbas y sus hombres dejaron de quejarse.

Casi dos meses después, cuando para todos es evidente que las conversaciones de proximidad fueron efectivamente «inútiles» -especialmente porque el Primer Ministro israelí Binyamin Netanyahu ha triunfado sobre el Presidente estadounidense Barack Obama en su más reciente visita a Washington-, Abbas se encontró con la desesperada necesidad de encontrar otra línea de defensa. Esa fue la razón de la nueva campaña atacando las previsiblemente «inútiles» conversaciones directas con Israel.

Abbas no es el único actor en este drama. Hay otros que están también haciendo su trabajo tan eficientemente y fieles a su estilo como siempre. Yasser Abed Rabbo, que en el pasado ha cambiado varias veces de chaqueta y que es ahora uno de los asesores de Abbas, afirmó que la AP «no va a entrar en nuevas negociaciones que podrían durar más de diez años». Esta promesa -que los dirigentes palestinos no van a dejarse engañar con conversaciones tan sólo para charlar y sin plazo de tiempo alguno- no es la primera de ese tipo que hace Abed Rabbo y, posiblemente, no va a ser la última. Es muy probable que el asesor de Abbas siga compartiendo las mismas cansinas actitudes una y otra vez, porque esa es la parte programada que cualquier funcionario palestino «moderado -es decir, en búsqueda de sí mismo- debe reiterar para seguir siendo relevante. ¿De qué otra forma podría dar la impresión de que la AP todavía ejerce el papel de baluarte contra la ocupación militar e ilegal usurpación territorial israelí?

Ahmed Qurei, ex ministro de asuntos exteriores y ex primer ministro de la AP, dictó recientemente una conferencia en la Universidad Hebrea titulada: «Las conversaciones de proximidad israelo-palestinas: Lecciones de pasadas negociaciones». La conferencia estaba organizada por el Instituto para la Promoción de la Paz Harry S Truman de la Universidad Hebrea. El lugar y la ocasión de esa conferencia no podían ser más significativos. Primero, gran parte de la Universidad Hebrea está construida sobre tierra palestina «étnicamente limpiada». Segundo, Qurei habló en una universidad israelí en una ciudad ocupada, en un momento en que los activistas y académicos de todo el mundo, incluyendo a varios de Israel, llevan a cabo un boicot académico y cultural de las universidades israelíes para protestar por el terrible papel que esas instituciones han jugado, y siguen jugando, para justificar la violencia israelí contra los palestinos.

Y peor aún, inmediatamente antes de su discurso, Qurei se había reunido con la ex ministra de asuntos exteriores, ex presidenta en funciones y dirigente del Partido Kadima Tzipi Livni. Livni había ordenado y supervisado la matanza y mutilación sin precedentes de miles de palestinos en Gaza entre diciembre de 2008 y enero de 2009. El nivel de inhumanidad que esa mujer exhibió durante esos días provocó la indignación de todo el mundo, incluidos muchas personas del mismo Israel. Pero toda aquella sangre se barrió bajo la alfombra mientras «Livni y Abu Ala (Qurei) intercambiaban ‘finuras'», según publicó The Jerusalem Post.

Traten sólo de imaginar la furia que todos los palestinos, y especialmente los asediados en la destrozada Gaza, pudieron sentir cuando Qurei y Livni se estrechaban la mano y sonreían ante las cámaras. En cuanto a las contribuciones políticas y académicas de Qurei, el Post informó que: «En la conferencia, Qurei dijo que Netanyahu no había congelado realmente la construcción de asentamientos en Cisjordania, y añadió que las acciones de Israel impedían las conversaciones directas». Considerando los numerosos compromisos que Qurei se permitió con su propia presencia en la conferencia y su apretón de manos con Livni, uno no logra entender bien el quid de esas afirmaciones.

Esas vacías declaraciones no incidirán en absoluto en el resultado de los acontecimientos, ni forzarán a Netanyahu ni a su derechista gobierno a pensárselo dos veces cuando se pongan a demoler hogares y arrancar árboles. Pero son más importantes que nunca para la AP porque hay voces dejándose oír en Washington, en Londres y en algunos lugares más, exigiendo que EEUU y sus socios reconozcan, aunque no se «comprometan», a Hamas. Esa perspectiva es una mala noticia para los dirigentes palestinos en Cisjordania, que entienden que su importancia en el «proceso de paz» depende del rechazo constante hacia Hamas.

Así pues, la AP en Ramallah continuará adherida a su metodología: no criticar a Israel con mucha dureza, no sea que vayan a perder favor; seguir los dictados de EEUU, a fin de mantener el estatus de «moderado» y muchos privilegios; y dar siempre la impresión a palestinos, árabes y musulmanes de que la AP es la única defensora de Jerusalén.

Uno se pregunta hasta cuándo el liderazgo palestino va a poder sostener toda esa actuación, que en realidad no es más que un ejercicio auténtico de futilidad.

Ramzy Baroud (www.ramzybaroud.net) es un columnista internacionalmente reconocido y editor de PalestineChronicle.com. Su libro más reciente es «My Father Was a Freedom Fighter: Gaza’s Untold Store» (Pluto Press, London).

Fuente:

http://weekly.ahram.org.eg/2010/1008/op5.htm