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Represas en el Mekong, un desastre en ciernes

Fuentes: IPS

Un barco navega por el río Mekong, cuya pesca combinada asciende a 17.000 millones de dólares. Crédito: Francisco Anzola/cc by 2.0 PHNOM PENH, 15 nov 2017 (IPS) – En Laos, la selva frondosa está viva, pero en el río Mekong, un muro gigante de concreto se eleva lentamente por encima de los árboles. La represa […]

Un barco navega por el río Mekong, cuya pesca combinada asciende a 17.000 millones de dólares. Crédito: Francisco Anzola/cc by 2.0

PHNOM PENH, 15 nov 2017 (IPS) – En Laos, la selva frondosa está viva, pero en el río Mekong, un muro gigante de concreto se eleva lentamente por encima de los árboles. La represa de Don Sahong es un fuerte símbolo, no solo del hambre de energía de Asia, sino también de lo que sus detractores temen que sea un desastre en ciernes.

Sin salida al mar, Laos se vuelve ‘la batería de Asia sudoriental’.

Ese país montañoso con sinuosos rápidos tiene una geografía ideal para la producción de energía hidráulica, y Don Sahong es solo una de las nueve represas que quiere construir río arriba, arguyendo que es la única forma de desarrollar un Estado pobre.

Pero hay serias desventajas.

La construcción de la represa de Don Sahong avanza con poca o ninguna consideración por el impacto que tiene en los ecosistemas y en las comunidades asentados en los márgenes del río.

El Mekong es el segundo río con mayor diversidad biológica del mundo, después del Amazonas, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

Además, permite la mayor pesca en agua dulce. La cuenca baja del Mekong ofrece una amplia variedad de hábitats de reproducción para más de 1.300 especies de peces. Pero si se represa, se interrumpirá la migración de estos hacia esos sitios.

La FAO calcula que alrededor de 85 por ciento de la población de la cuenca baja vive en áreas rurales.

Su sustento y la seguridad alimentaria está estrechamente vinculada al río y es vulnerable a los golpes relacionados con el agua, no solo para los pescadores, sino para miles de personas más que venden alimentos u ofrecen cientos de servicios relacionados, indicó la FAO.

Millones de personas en Laos, Camboya, Tailandia y Vietnam podrían perder los peces de los que dependen para alimentarse.

El director del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) Chhith Sam Ath, declaró a The Diplomat que la represa de Don Sahong es una «bomba de tiempo ecológica».

«Amenaza la seguridad alimentaria de 60 millones de personas en la cuenca del Mekong», remarcó.

«La represa tendrá un impacto desastroso en todo el ecosistema del río y hasta el delta, en Vietnam», añadió. Eso es particularmente devastador río abajo en Camboya porque más de 70 por ciento de la proteína consumida la obtienen del pescado.

La represa de 260 megavatios también puede poner en peligro a los delfines del río Irrawady, una importante fuente de ecoturismo en el lado camboyano del río Mekong.

De hecho, solo quedan 80 delfines. Algunos viven a unos kilómetros de Don Sahong, y represar el río Mekong no hará más que extinguir los delfines que quedan.

Una batería de 800 millones de dólares

Laos avanza igual con la represa, sin la aprobación de la Comisión del Río Mekong y a pesar de las protestas de las organizaciones no gubernamentales y de los países río abajo.

Las autoridades sostienen que no pueden impedir que el país persiga su derecho al desarrollo, y sostienen que atenderán algunas de las preocupaciones con turbinas que no dañan a los peces y escaleras para ellos. Pero los críticos no están convencidos de que las medidas sean suficientes.

Río abajo, Camboya empeora las cosas, y el primer ministro, Hun Sen, presionó un botón simbólico.

Por primera vez, las compuertas de la Baja Sesan 2 se cerraron y comenzó a formarse un lago artificial. Ahora Camboya tiene su propia batería de 800 millones de dólares, construida con fondos y conocimientos chinos.

En la ceremonia de apertura, Hun Sen elogió el milagro tecnológico y a los inversores chinos. Y recordó que la necesidad de electricidad crece rápidamente.

Camboya tiene la electricidad más cara de Asia sudoriental, lo que cambiará con esa represa de 400 megavatios en el río Sesan, cerca de su confluencia con el Mekong.

Aldeas hundidas

En Kbal Romeas, río arriba de Sesan, los pescadores esperaron en vano la migración anual de mayo y junio. Pero no más pescado.

Los pobladores se mudaron para escapar del aumento del nivel del agua y del crecimiento de la pobreza. El único recordatorio del otrora pueblo vivaz es el techo de una pagoda que parece flotar en el agua vacía.

«El río Sesan se bloqueó por la represa», explicó Maureen Harris, del no gubernamental Ríos Internacional, en un informe. «Eso plantea un problema para las 200 especies que migran del Mekong a su lugar de reproducción en el Sesan».

La Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos pronosticó que la población de peces de la cuenca baja del Mekong disminuirá 9,3 por ciento.

La Comisión del Río Mekong, un órgano intergubernamental encargado de coordinar la gestión del río, divulgó hace poco resultados provisorios, pero alarmantes, sobre su investigación. Las dos represas terminadas y las 11 previstas diezmarán la población de peces en la cuenca baja del Mekong.

Las represas también afectarán a alrededor de 20 millones de vietnamitas en el delta del Mekong, un área responsable de más de una cuarta parte del producto interno bruto del país.

ADemás, bloquean el flujo de sedimentos, ricos en nutrientes y necesarios para que el suelo sea apto para el cultivo.

En Vietnam, las orillas erosionadas y las casas cayéndose sobre el agua, se volvieron un espectáculo común.

El primer ministro camboyano desechó las preocupaciones ambientales y criticó a los «ambientalistas radicales».

«¿De qué otra forma podemos desarrollarnos?», planteó. «No hay desarrollo que no tenga un efecto en el ambiente», añadió.

La organización internacional Mother Nature mapeó las consecuencias ambientales de la represa de bajo Sesan 2, tras lo cual ahora, uno de sus fundadores, Alejandro Gonzalez-Davidson, está proscrito del país.

Los costos superan los beneficios

Las represas implican un elevado costo ambiental, ponen en peligro la seguridad alimentaria y corren el riesgo de aumentar la pobreza de millones de personas.

Además, el potencial del río está sobreestimado por los inversionistas, advirtió la comisión. Las represas solo cubrirán ocho por ciento de las necesidades energéticas proyectadas para la cuenca baja del Mekong.

Además, el organismo propuso una moratoria sobre la construcción de represas. Pero muy pocos gobiernos escuchan.

La comisión estimó que la pesca combinada en la cuenca del Mekong asciende a 17.000 millones de dólares. La energía de las 13 represas pueden producir 33.400 millones de dólares, según un estudio internacional de la Universidad Mae Fa Luang, en Chiang Rai. Pero un sistema ribereño despojado se estima en 66.200 millones de dólares, según el mismo estudio.

Los costos reales de las hidroeléctricas parecen superar sus beneficios. Sin embargo, los proyectos continúan avanzando.

El golpe de martillos neumáticos se volverá más común. La madre de todos los ríos tendrá que hacer frente a un ejército de hombres con casco de seguridad y que quieren impedirle fluir libremente.

Traducido por Verónica Firme

Fuente: http://www.ipsnoticias.net/2017/11/represas-en-el-mekong-un-desastre-en-ciernes/