Traducido para Rebelión por Germán Leyens
Donald Rumsfeld, hampón bélico, asesino masivo y torturador-en-jefe en nombre del pueblo de Estados Unidos de [Norte] América, visitó Nicaragua la semana pasada. La razón aparente fue su apoyo moral al presidente Enrique Bolaños después de la desastrosa bofetada recibida en las recientes elecciones municipales de Nicaragua. Como las marionetas de EE.UU., los presidentes Gutiérrez de Ecuador y Toledo de Perú, Bolaños, con menos de un 10% en las elecciones de la semana pasada, es rechazado claramente por más de un 90% de su pueblo.
Es importante señalar que el FSLN, el partido sandinista, dirigido por Daniel Ortega, obtuvo cerca de un 45% de los votos, con una participación muy parecida a la de las elecciones de EE.UU. en 2000. Es más o menos la misma participación que la que llevó a los partidarios del presidente Chávez de Venezuela a confirmarlo abrumadoramente en el poder en las elecciones locales en Venezuela a fines de octubre. Los sandinistas administran ahora más de 80 municipalidades en Nicaragua, incluyendo casi todas las ciudades principales. El Partido Liberal controla unas 55 municipalidades.
El partido que apoya a Bolaños, APRE, ganó sólo en 10 municipalidades, y una ciudad importante, Granada, tradicionalmente conservadora, está en disputa. Así que Nicaragua ha dado otro golpe a los intentos de Estados Unidos de forzar a los latinoamericanos dentro de una camisa de fuerza neoliberal de «libre comercio» aún más estrecha, con aún mayor desigualdad en la distribución de la riqueza de sus países. Pero alentar a Bolaños no fue el principal motivo de la visita de Rumsfeld.
El control de los recursos latinoamericanos es vital para las economías de Norteamérica, Europa y Australia. Por eso Paul Martin de Canadá y el presidente Chirac de Francia apoyaron el golpe de EE.UU. en Haití. Por eso Gran Bretaña y Australia son los principales apoyos de la ocupación de EE.UU. en Irak.
Por eso gigantes de la energía como Repsol de España (cuyo mayor accionista es una sociedad estadounidense), Total de Francia, BP y British Gas de Gran Bretaña trabajan junto con el FMI, el Banco Mundial y el gobierno de EE.UU. para fortalecer la mano dura del presidente Mesa para que resista la abrumadora exigencia popular en Bolivia por un mayor control estatal de los recursos de gas del país. Ahora mismo, Rusia, China y otros países asiáticos negocian acuerdos energéticos con países como Brasil y Venezuela. Es el motivo principal de la visita de Donald Rumsfeld a Nicaragua.
Estados Unidos es el único país con el poderío militar para defender las necesidades de recursos energéticos europeas, canadienses y australianas. Hay tres llaves del futuro previsible para mantener abierto el libre acceso de esos países a la energía barata. Una es la llave que abre las reservas energéticas en Asia Central y del Sudoeste. Otra es la llave que abre África Occidental, de ahí la reciente intervención francesa en Costa de Marfil. La tercera llave es la que abre Latinoamérica.
Para sustentar su tambaleante control actual del globo, Estados Unidos tiene que dominar Latinoamérica y sus recursos de energía. Nadie invertirá en un Estados Unidos que no puede controlar su propio patio trasero. De la misma manera, la percepción de los inversores de que Estados Unidos es incapaz de asegurar sus necesidades energéticas provocaría una rápida, catastrófica, caída del dólar. Por eso el gobierno de EE.UU. tiene un presupuesto tan inmenso para los gastos militares. Ha logrado aterrorizar a países ricos en energía para que se dobleguen ante sus exigencias.
Si los pueblos de pequeños países como Nicaragua no se someten al control estadounidense, los inversionistas internacionales comenzarán dentro de poco a preguntar lo que implica ese hecho para la confianza en el dólar, ya debilitado, como divisa de reserva estratégica. Después de haber ganado las elecciones municipales de modo tan evidente y de haber demostrado la capacidad de sus partidarios de cumplir las promesas hechas localmente, es muy probable que el FSLN gane las elecciones presidenciales en 2006. Si el FSLN gana esas elecciones presidenciales, EE.UU. se verá ante otro país, además de Venezuela y Cuba, gobernado por gente con la determinación, la inventiva y el talento necesarios para defender los intereses de su pueblo.
El pasado mes, el pueblo de Estados Unidos eligió un gobierno que no permitirá una semejante autonomía soberana opuesta a las necesidades del imperio de Estados Unidos en otras naciones. Así que cuando Donald Rumsfeld fue a Nicaragua, lo que menos le importaba era la ilegitimidad de facto del gobierno de Enrique Bolaños. En lo que pensaba Donald Rumsfeld cuando fue a Nicaragua fue en la heroica resistencia iraquí en Faluya.
El motivo por el que Donald Rumsfeld fue a Nicaragua fue para presionar para que se destruyan las principales defensas antiaéreas de las fuerzas armadas nicaragüenses, los 1.367 misiles tierra-aire SAM-7. Uno de los acuerdos a los que Bolaños llegó con Rumsfeld durante la visita del veterano criminal de guerra a Managua fue la destrucción de esos misiles. Rumsfeld está preparando el terreno para una intervención militar sin problemas en Nicaragua en caso que el FSLN gane la elección presidencial en 2006.
¿Qué representan desde el punto de vista del Pentágono 1.367 SAM-7? Con una efectividad de un 50% significan más de 500 aviones derribados. Con una efectividad de un 30%, más de 300 aviones derribados. ¿Podría tener éxito una intervención de EE.UU. en Nicaragua con el apoyo de las fuerzas armadas de El Salvador y Honduras sin un control total del espacio aéreo? No. ¿Podría una efectividad de un 30% de 1.367 SAM-7 impedir el dominio del espacio aéreo? Sí. Así que hay que destruir los SAM-7 antes de cualquier ataque armado de EE.UU. contra Nicaragua; de ahí la visita de Donald Rumsfeld al políticamente debilitado Bolaños.
Faluya ha demostrado una vieja verdad: sólo los pueblos en armas pueden defender sus derechos básicos contra la agresión de depredadores coloniales como Estados Unidos. A nadie le debe quedar alguna duda de que todo lo que el gobierno de EE.UU. planifica para Latinoamérica o cualquier otro sitio de las Américas, incluido el propio Estados Unidos, no tiene absolutamente nada que ver con la democracia. El régimen Bush y sus cómplices extranjeros hacen todo lo posible por presionar y sobornar a políticos en toda Latinoamérica para que mantengan su docilidad ante los intereses corporativos de EE.UU., Europa, Canadá y Australia.
Ya que no sirven como diplomáticos, los criminales de guerra en la Casa Blanca hacen evidentemente preparativos para una masiva intervención armada a fin de intimidar a poblaciones enteras para que voten contra sus propios intereses por puro terror. Al hacerlo, EE.UU. sólo confirma su continua ruptura (por lo menos desde la sentencia de 1986 del Tribunal Internacional condenando a EE.UU. por terrorismo contra Nicaragua) con el consenso internacional humanitario y de derechos humanos desde los juicios de Nuremberg de 1945. Por el momento, tal vez hasta que Estados Unidos termine por caer en la decadencia definitiva, las Convenciones de Ginebra y las otras convenciones internacionales de derechos humanos y humanitarias, se han convertido en trozos de papel irrelevantes.
Naciones Unidas ya no son más que otro terreno para el despliegue de sobornos y otros alicientes para que se traicionen sus objetivos y su Carta. El presidente da Silva de Brasil ha enviado tropas a Haití para consolidar el golpe instigado por Estados Unidos. ¿Por qué? Lo más probable es que sea para demostrar que Brasil también puede ser un cómplice dispuesto del imperio delincuente de EE.UU., en cuanto el emperador vigente silba ejecuta su trabajo sucio y que siempre tendrá el oído alerta para los deseos del FMI y de los inversionistas internacionales.
Puede ser que a Brasil lo recompensen con un sitio en el Consejo de Seguridad de la ONU – la mafia de protección más refinada. Esta realidad también explica por qué Brasil tantea con tanto cuidado en defensa de los intereses de su compañía petrolera estatal en Bolivia. Da Silva tiene que mantener sus engañosas credenciales populares sin asustar a los inversionistas extranjeros y al gran capital.
Es poco probable que los pueblos de Latinoamérica sean tan insensatos como para no darse cuenta de todo lo que sucede. Tampoco van a ignorar la experiencia de Irak, de Faluya. Podrían considerar como prudencia elemental si se preparan de modo adecuado para la resistencia armada contra las agresiones venideras planificadas por el gobierno de Estados Unidos y sus aliados locales en la región.
Antes de que pasara recientemente a otras tareas, el general James Hill del Comando Sur de EE.UU. realizó una docena de visitas a Ecuador en el último año de su misión. Su propósito fue presionar al sirviente local de EE.UU., el presidente Gutiérrez, para que aumentara la presión militar a lo largo de la frontera de Ecuador con Colombia contra la resistencia armada de las FARC de Colombia. La visita de Rumsfeld a Nicaragua aumenta la apuesta inicial en Centroamérica y los Andes, confirmando que Estados Unidos tiene planes de contingencia bien adelantados para aún más intervenciones militares agresivas en Latinoamérica.
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Toni Solo es un activista basado en Centroamérica. Su sitio en la red es: