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Entrevista a Ilan Pappe que explica la necesidad de crear un único Estado democrático y cambiar la actual política sionista que lleva a cabo Israel

«Si no hay cambios habrá una tercera intifada»

Fuentes: Diagonal

El profesor de Historia Ilan Pappe, destacado académico y activista israelí contra el sionismo, visitó el Estado español para participar en un acto de conmemoración del día de la Nakba (15 de mayo), fecha en la que se procedió a la partición de Palestina hace 65 años. Este historiador es conocido por su labor de […]

El profesor de Historia Ilan Pappe, destacado académico y activista israelí contra el sionismo, visitó el Estado español para participar en un acto de conmemoración del día de la Nakba (15 de mayo), fecha en la que se procedió a la partición de Palestina hace 65 años. Este historiador es conocido por su labor de divulgación de la historia de Palestina e Israel, sobre todo en referencia a los acontecimientos ocurridos en 1948, cuando se produce la limpieza étnica de Palestina y comienza el éxodo para su población autóctona.

-¿Por qué dice que en Palestina se produce una Nakba todos los días?

-La visión sionista de Israel no ha cambiado. Para que exista un Estado judío viable se necesita el mayor territorio posible de Palestina con el mínimo de palestinos en él. Con la limpieza étnica de 1948 esto casi se consiguió, ocuparon el 80% de Palestina con sólo 150.000 palestinos. Después de 1948 continuaron con la expulsión de palestinos además de someterles a un régimen militar. En 1967 ocuparon con otro millón y medio de israelíes e implementaron, como siguen implementando hoy, la limpieza étnica a través de diferentes medios. Sólo en Jerusalén, desde 1967 hasta hoy se estima que medio millón de palestinos han sido expulsados. En el mismo Israel, considerando que el norte no estaba suficientemente judeizado, se ha metido a población palestina en enclaves aislados, así como en el sur de Israel, donde se va a expulsar dentro de poco a 30.000 palestinos del Naqab.

Toda persona palestina puede convertirse en víctima de limpieza étnica si vive en una zona que los israelíes quieren judeizar, si no hoy, mañana. La limpieza étnica es una visión, no sólo una política que se llevó a cabo en 1948.

-¿Cuál es el objetivo final de la limpieza étnica?

-El problema del sionismo es que querían una democracia, pero únicamente judía. El sionismo es la democracia judía. Como los judíos no son mayoría, tienes que deshacerte de los árabes. Esto no significa siempre expulsarlos a Jordania o ponerlos en una gran cárcel en Gaza. Gaza es una buena solución para Israel, por eso Ariel Sharon sacó a los colonos de allí; él era un buen sionista. Se planteó: ¿Para qué necesitamos a los colonos en Gaza? Es mejor meter allí a los palestinos y cerrarlos en un gueto. Así no tendremos que contarlos en la demografía de Palestina.

En Cisjordania quieren hacer lo mismo, la diferencia es que allí quieren llamarlo Estado para que el mundo les respalde. Pero no es una solución de paz, es limpieza étnica. No hay otra manera de describirlo.

-¿En qué ha quedado la solución de los dos Estados?

-La solución de los dos Estados es la solución errónea. Hemos desperdiciado demasiado tiempo tratando de lograrlo. Quizás fuera una buena idea en 1967, pero hace tiempo que eso pasó. Lo que tenemos ya es un único Estado pero bajo un régimen nefasto. Necesitamos cambiarlo, una tarea difícil, casi imposible, pero no hay otra que valga la pena.

-Usted ha venido a hablar del «simulacro de la paz en Palestina». ¿Qué credibilidad tiene hoy este simulacro?

-El problema es que las élites políticas occidentales, los medios de comunicación convencionales así como la mayor parte de la academia aún compran este «simulacro de paz». No porque no sepan que no va a ninguna parte, incluido Obama, saben que ni habrá dos Estados ni habrá paz. Pero de alguna manera esperan mantener el statu quo mientras hablan de cambio. No estás haciendo nada, pero hablas mucho. Y sabes que nada pasará. Como dijo Noam Chomsky: «Mientras las cosas se muevan todo irá bien». Mucha gente está haciendo buenas carreras de este no-proceso de paz, incluyendo dentro de este país. Hay muchos intereses, pero jugar con la paz tiene un precio.

Hubo un tiempo en el que la gente albergó esperanza, vino la primera Intifada, la segunda, y si las cosas no cambian, vendrá la tercera. Hay un informe de la CIA de hace dos años que ya recomendaba al Gobierno americano que pensara seriamente en la solución de un Estado como la única solución viable para Israel y Palestina. También John Kerry dijo hace dos semanas que la ventana de los dos Estados se estaba cerrando rápidamente.

-Israel ha enfrentado duras críticas por los nuevos asentamientos, ¿cree que servirán de algo?

-Esas críticas son importantes. En los últimos trece o catorce años, la élite política israelí no ha usado los medios más sofisticados para implementar el sionismo, como hicieron los gobiernos anteriores. Así que creo que aunque los palestinos no hicieran nada, la élite política actual actúa de tal manera que intimida incluso a los mejores amigos de Israel. En mi opinión estas acciones llevarán a que los gobiernos estén cada vez más incómodos al apoyar a Israel, llevará a muchos judíos progresistas a no querer ser identificados con Israel. Es parte del proceso de erosión de los fundamentos morales del Estado, pero: ¿Y después qué? Tenemos que entender que hay que cambiar toda la naturaleza del Estado si queremos cambiar la realidad sobre el terreno.

Lo que queremos es un sólo Estado democrático, independientemente de la nacionalidad, religión o la etnicidad. Igualdad. Significaría el retorno de los refugiados palestinos; de lo contrario, el conflicto continuaría. Difícil pero posible. Depende sólo de los israelíes, los palestinos están dispuestos. Los únicos que no quieren compartir la tierra son los judíos, y no cambiarán de opinión a menos que estén presionados desde el exterior.

-¿Cree que va a influir la nueva situación en algunos países árabes?

-Aún es pronto para saberlo, aunque una cosa está clara, es un movimiento que exige que los regímenes reflejen lo que la gente quiere, y los gobiernos árabes no han reflejado nunca el grado de compromiso de la gente hacia la cuestión palestina. Pase lo que pase, el mundo árabe estará más del lado de los palestinos, lo que hará aún más difícil a Israel sostener sus políticas. Los israelíes están preocupados también con lo que pasa en Siria, ya que Al Assad no permitía ningún ataque a Israel desde la frontera siria. Israel está interviniendo porque cree que aún está a tiempo de crear una situación más favorable a sus intereses.

-¿Cómo interpreta el doble discurso de Occidente, que habla de derechos humanos y permite a Israel impunidad frente a sus crímenes?

-Occidente todavía no ha superado su propio problema con los judíos, por eso los palestinos están pagando un precio tan alto. ¿Por qué los americanos se negaron a acoger a los judíos durante el Holocausto? ¿Por qué se negaron a acoger a los judíos que sobrevivieron? Ellos querían ir a América, no a Palestina, pero los americanos les cerraron las puertas por razones antisemitas, no por razones prosionistas. ¿Por qué los europeos estaban tan felices de deshacerse de los judíos incluso tras el Holocausto? El sionismo es en muchos sentidos una continuación del nazismo. No estoy diciendo que sea lo mismo. El nazismo quería deshacerse de los judíos de Europa, el sionismo no quería a los judíos en Europa. ¿Por qué los europeos no dijeron: «Estamos en una realidad postnazi, debéis volver y garantizamos que esto no volverá a pasar»? Esta situación no fue abordada correctamente. Por tanto, es más fácil dejar que los israelíes hagan lo que quieran con los palestinos a que Europa se enfrente a su propio problema. Quizá en una o dos generaciones haya europeos que entiendan mejor que apoyar el sionismo es apoyar el racismo, y que el ser antisemita significa no querer ver a los judíos en España.

-¿Cómo explica la tendencia de la sociedad israelí hacia la derecha?

-La democracia judía es una idea imposible. El sionista se tiene que preguntar: ¿Qué prefiero, un Estado étnico judío o una democracia? Si eres sionista, decidirás que prefieres un Estado judío. Ahí está el giro hacia la derecha. Ha pasado muchas veces en la historia. Cuando estaba claro que Israel no iba a dejar Cisjordania después de 1967, todos los sionistas, también de izquierdas, consideraban Cisjordania como el antiguo corazón de Israel. En el momento en que decidieron que habían llegado hasta el Israel real, tuvieron que decidirse y la gran mayoría consideró que la democracia no era tan importante como la supervivencia del Estado judío.

-Y dentro de Israel, ¿están creciendo las críticas entre la sociedad civil?

-Las críticas están creciendo pero todavía son pocas. Estamos en una posición mucho mejor de lo que estábamos cuando yo era joven, debido a internet, a que los jóvenes viajan fuera de Israel. Las nuevas generaciones están empezando a entender que hay muchas cosas que están mal. No quiero exagerar los números, pero desde luego hay más crítica que hace diez años, lo que pasa es que es una fracción muy pequeña de la sociedad israelí. Por otro lado, los israelíes están perdiendo la guerra de la propaganda fuera del país, y esa realidad está conectada con la de dentro.

-¿Cuáles son las consecuencias de ser un israelí contra la ocupación?

-Ser un activista contra la ocupación en Israel aún es legítimo, en cambio, ser un activista contra el sionismo no lo es. Cuando te opones al sionismo estás fuera de juego. En mi caso significó perder mi trabajo en la Universidad, en otros casos supone que tu familia deja de hablarte, también tus vecinos. Es como una excomunión en muchos sentidos. Como un boicot a tu persona. Por eso, aunque haya otra gente que se opone, no son muchos quienes lo dicen públicamente.

Fuente original: http://www.diagonalperiodico.net/global/si-no-hay-cambios-habra-tercera-intifada.html