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Sobre la huelga general del 29-S

Fuentes: Rebelión

Han sido necesarios dos años y medio de decisiones económicas cada vez más agresivamente neoliberales del gobierno de José Luís Rodríguez Zapatero (ayudas a la banca, subida del IVA, abaratamiento del despido…) para que los dos grandes sindicatos españoles se hayan decidido a convocar, para el próximo día 29 de septiembre, una jornada de huelga […]

Han sido necesarios dos años y medio de decisiones económicas cada vez más agresivamente neoliberales del gobierno de José Luís Rodríguez Zapatero (ayudas a la banca, subida del IVA, abaratamiento del despido…) para que los dos grandes sindicatos españoles se hayan decidido a convocar, para el próximo día 29 de septiembre, una jornada de huelga general. Una movilización largamente reclamada desde el sindicalismo alternativo, los partidos a la izquierda del PSOE y los movimientos sociales, pero que los dirigentes de UGT y CCOO han retrasado tenazmente durante meses, hasta que la presión de sus bases no les ha dejado más salida que convocarla o afrontar graves crisis internas en sus propias organizaciones, además de un cada vez más profundo y generalizado descrédito social.

Es evidentemente falso que, como vociferan con su habitual retórica demente y grotesca la derecha española y sus satélites mediáticos, las políticas económicas de los gobiernos de Rodríguez Zapatero hayan provocado esta crisis. Dicho esto, sí es por desgracia cierto que (1) los sucesivos gabinetes socialistas desde 2004 no hicieron absolutamente nada para prevenir una crisis perfectamente previsible (y de hecho prevista desde hace años por muchos y prestigiosos economistas ajenos al dogma neoliberal), que (2) durante meses negaron tercamente su implosión y sus devastadores efectos sobre la economía española (sin más motivo que el más burdo electoralismo) y que (3), una vez reconocidas su existencia y su magnitud, han reaccionado traicionando su ideario y su programa electoral socialdemócratas, apegándose como una sombra al recetario neoliberal más burdo y nefasto (adelgazamiento del Estado de Bienestar, desregulación del mercado laboral, mitigación de la progresividad fiscal…) y mostrando una humillante bandera blanca ante la acción concertada de la banca, los fondos especulativos, las agencias de calificación, la prensa financiera y el resto de buitres carroñeros del gran capitalismo globalizado (que son quienes, en la práctica, llevan meses dictando la política económica de este país con la autoridad propia de un potencia militar ocupante).

La única excusa que, entre avergonzados y vergonzantes, repiten los dirigentes socialistas, con Rodríguez Zapatero a la cabeza, es que «no hay otra alternativa», (que tan tristemente recuerda a aquel «There’s no alternative» que hiciera popular la ultraconservadora y ultraneoliberal británica Margaret Thatcher). Pero esa excusa es falsa. En España, como en Grecia y Portugal (los tres países europeos más duramente golpeados por la crisis y la especulación), los gobiernos socialdemócratas podrían haber buscado y forjado un gran pacto con las fuerzas políticas a su izquierda, los sindicatos y los movimientos sociales, en defensa de los derechos adquiridos de sus clases trabajadoras, de su justicia fiscal, de su Estado del Bienestar y de su soberanía económica. No lo han hecho, prefiriendo gobernar de la mano de los mercados financieros y la clase corporativa, y de espaldas a sus ciudadanos y votantes.

Por todos estos motivos, la huelga general del 29 de septiembre está más que justificada. Su éxito es una necesidad imperiosa para confrontar la especulación y la rapiña neoliberal que destrozan el empleo, el bienestar y la solidaridad, y para reivindicar el valor de nuestro voto, de la soberanía popular y la dignidad e integridad de sus instituciones, frente al despotismo arrogante de los mercados. Será una jornada de ejercicio militante de la ciudadanía y de exuberante celebración de la democracia, en la que, además del paro laboral, tendrán lugar asambleas ciudadanas, huelgas de consumo, acciones de desobediencia civil, piquetes, manifestaciones y otras muchas formas de movilización colectiva. Con ellas recuperará por fin su voz esta sociedad que tanto tiempo ha permanecido ya silenciosamente sometida a la dictadura sombría de los números.

«Somos personas, no mercancías», reivindicaban hace ya más de una década los manifestantes contra la Organización Mundial del Comercio en Seattle. Es hora de poner otra vez de actualidad este mensaje, estampándolo, mediante una enérgica y dolorosa bofetada, en las opulentas y bastardas mejillas del Dios Mercado. Ya basta de CEOE y de precariedad laboral. Ya basta de IBEX-35 y de paraísos fiscales. Ya basta de Standard’s & Poors y de especulación financiera. Ya basta de Banco Central Europeo y de indefensión de la democracia ante los mercados. Ya basta de Financial Times y de monopolio neoliberal de la información. Ya hemos tenido demasiado de todo eso. Es tiempo de arrancar la mala hierba y sembrar otra cosa. La cita es el 29 de septiembre. Conciudadanos, conciudadanas: nos vemos en las calles, nos vemos en la huelga.

http://jfmoriche.blogspot.com

[Este texto se publicará en el nº 6 (agosto de 2010) de Ambroz Información. Edición digital en www.radiohervas.es]

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.