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El proyecto Marina de Valdecañas o cómo hacer legal lo ilegal, burlándose de la justicia

Territorios y personas, indefensos y vulnerables ante la especulación

Fuentes: Rebelión

Hace pocos días salía la segunda sentencia del Tribunal Superior de Justicia en relación al proyecto de urbanización «Marina Isla Valdecañas», un proyecto que contempla la construcción de más de 550 viviendas, equipamientos hoteleros, un campo de golf de 18 hoyos y puerto deportivo en un terreno protegido. La sentencia estima la demanda presentada por […]


Hace pocos días salía la segunda sentencia del Tribunal Superior de Justicia en relación al proyecto de urbanización «Marina Isla Valdecañas», un proyecto que contempla la construcción de más de 550 viviendas, equipamientos hoteleros, un campo de golf de 18 hoyos y puerto deportivo en un terreno protegido. La sentencia estima la demanda presentada por Ecologistas en Acción y ordena la restitución de espacio protegido a su estado anterior.

La promotora urbanística «Marina Isla de Valdecañas» contó con el apoyo y connivencia del Gobierno de Extremadura, que declaró el proyecto como de Interés Regional, una de las vías que las administraciones utilizan para poder saltar por encima de las trabas legales que protegen a los espacios naturales y por extensión a las personas que, como seres vivos que somos.

Sin embargo, ya sabemos que muy probablemente se vaya a señalar una fianza que Ecologistas en Acción tendrá que depositar para conseguir que se paralicen las obras.

Desde el momento en que se hizo pública la sentencia y la posibilidad de que se establezca una fianza, han sido muchas las personas y colectivos que se han solidarizado con nosotros, que me animan a seguir, que me piden un número de cuenta en la ingresar algo de dinero para ver si somos capaces de reunir el dinero de la fianza para conseguir que se pare la obra.

Otros, de una forma muy cariñosa, me dicen que me tendrían que poner una calle. ¿Dónde? ¿En El Gordo, que es el pueblo donde vivo y del que me he tenido que marchar por las amenazas y agresiones que he sufrido a raíz de la denuncia? No creo que el Ayuntamiento esté por la labor…

Ante esta situación me surgen varias reflexiones:

  • ¿Cómo es posible que nos dejemos engañar una y otra vez , que nos dejemos robar una y otra vez? Tengo 63 años y llevo oyendo toda la vida que todo lo que hacen estos «políticos» es para el pueblo, aunque sin el pueblo, y que lo único que les preocupa es el pueblo, que tengan puestos de trabajo, pensiones, seguridad social, jubilaciones. No dejan de repetir que todo lo que hacen es por nuestro bien, para nuestro bienestar. Mientras, se lo llevan; mientras, nos roban; mientras, nos engañan. De cara a la galería los diferentes partidos en el gobierno se insultan y representan el teatro de la pluralidad y la diferencia, pero si se tienen que unir para sacar adelante los proyectos especulativos no hay problema, se unen, se lo llevan y nos vuelven a cantar la canción del progreso y del crecimiento. Nos la seguirán cantando mientras les funcione, y les funciona porque juegan con nuestras necesidades de trabajo, vivienda, subsidios, pensiones etc.

  • He vivido con la mayor emoción que unas 30.000 personas en la Puerta de Sol mostráramos la indignación que sentíamos, pero tengo la sensación de que nos han vuelto a engañar ¿Por qué? ¿Por qué nos dejamos engañar? ¿Por qué nos está gobernando ahora o anteriormente gente que esta imputada en cien mil causas?. Sabemos y decimos en la calle, en los bares y en las tiendas que esta crisis no se hubiese desencadenado si no hubiese habido unos inmorales procesos de especulación y robo, que no se habrían producido si no hubieran tenido apoyo de políticos. Es evidente en el caso de los pelotazos urbanísticos sólo posibles gracias a que las administraciones posibilitaron las recalificaciones de los suelos. Ahora, para salir de la crisis nos están machacando, nos arrebatan un estado de «bienestar» que, aunque insuficiente, algunas personas habíamos ganado con sudor y lagrimas, dejándonos la piel a tiras. En nombre de su crisis, se cargan los derechos de las personas trabajadoras que se consiguieron en lucha en las que hay compañer@s que han perdido su libertad y, algunas, incluso la vida. Por no hablar de los derechos de quienes ni siquiera tienen un trabajo remunerado y se hallan sumidos en la precariedad y el riesgo vital más extremo.

  • Es obvio que a toda esa clase, falsamente política, porque política es la ética de lo común, les importa poco tengamos o no trabajo, no les importa nuestra tierra, nuestros pueblos, nuestros ríos, nuestra forma de vida y sobre todo no les importa nada el medio ambiente. En su ignorancia no saben que como seres vivos que comemos y respiramos, somos radicalmente dependientes de los suelos fértiles, del trabajo del ciclo del agua, de una atmósfera limpia… En su ignorancia, se creen que la gente se alimenta y vive de las acciones, de los valores hipotecarios y de las cotizaciones de bolsa.

¿Qué? ¿Qué todo esto ya lo sabéis? Que no digo nada nuevo. Entonces si ya lo sabemos todos y todas ¿Por qué escuchamos la misma canción de estos cantamañanas, les votamos y les dejamos hacer lo mismo otros cuatro años?

Proyectos como el de la Isla de Valdecañas en Extremadura, el del Algarrobico en Almería, o tantos otros, han cubierto de cemento una buena parte del estado español, sobre todo en la costa, con la excusa de los puestos de trabajo y del supuesto bienestar. Pero lo que crearon fue una burbuja inmobiliaria que cuando ha estallado ha dejado a una buena parte de la población endeudada hasta las orejas. El paro que tenemos hoy es fruto de un modelo de especulación urbanística construido sobre la deuda que se sabía que en algún momento estallaría, pero mientras, algunos, sí que se forraron y no afrontan este crisis desde la precariedad o el paro.

¿Qué credibilidad pueden tener promotores que ya sabemos que nos venden humo? ¿Es que no vamos a espabilar nunca?

La Isla de Valdecañas es el precedente de lo que nos puede esperar en Extremadura si no somos capaces de detener estos asaltos. Se ha abierto la veda y ya pueden edificar en terrenos protegidos.

Mientras, la gente más pobre no pueden hacerse una casita de pocos metros cuadrados en una parcela de pocos metros cuadrados para poder vivir, porque para eso han hecho una ley que dice que no se puede construir en menos de 15.000 m2. Poca gente humilde tienen fincas así de grandes y pocos pobres pueden pagarse arquitecto y aparejador, proyectos y licencias. Les ponen todo tipo de trabas para autoconstruirse la casa, tal y como se hacía hace unos años.

Ahora se ven obligados a ir al banco a ver si les conceden una hipoteca con el aval de su pequeña parcela, su ganado o lo poco que tengan. Y si les pueden avalar sus familiares mejor, así a la hora de embargar se lleva mas tajada. La banca siempre gana.

Vamos, a los pobres que nos zurzan, que para eso somos pobres. Y a los promotores ricos que nos vienen vendiendo humo y nos engañan con la promesa de unos pocos puestos de trabajo, a ésos, se les concede un Proyecto de Interés Regional (PIR) que supone ni mas ni menos que un montón de millones de euros de las arcas públicas, euros que salen de nuestro bolsillos, que cada vez están mas agujereados.

La Isla de Valdecañas era un espacio protegido por algo, era el hábitat de las aves en su migración. Yo he visto ciervos, zorros y bandadas de aves, un espectáculo cada vez menos frecuente. ¿No hay otro sitio para urbanizar, con lo grande que es Extremadura? ¿Por qué hay que construir allí?

La razón es que los promotores buscan los sitios mas bonitos y emblemáticos para construir sus urbanizaciones y que la gente rica que compra lo que construyen vivan bien y con todo lujo, que nos les falte de nada ¿Campos de golf, aunque cada vez haya menos agua? Los que hagan falta. ¿Puerto deportivo, piscinas climatizadas? Por supuesto. Se trata de construir un gueto para ricos a los que podemos envidiar desde la carretera.

La excusa son los puestos de trabajo que se crean. La realidad es que se han generado escasísimos empleos en los pueblos colindantes, que siguen en el mismo estado que antes de hacer la macro-urbanización.

La empresa costructora subcontrata profesionales que pongan ferralla, alicaten o enyesen a destajo. En El Gordo y en Berrocalejo, pueblos colindantes, no hay especialistas de esas profesiones, con lo que, como mucho, se habrá contratado a alguna persona como guarda. Nos han engañado una vez más y se han quedado con un dinero del PIR, que es de todos los extremeños, a los que nadie a preguntado si querían gastarlo en ese proyecto.

En el caso del proyecto Marina de Valdecañas, para empezar las obras y sabiendo que estaban denunciados ante el Tribunal Superior de Justicia y la Unión Europea, no se dudó en desecar el Rio Tajo y matar a todos los animales que murieron ahogados en el pantano, tal y como se testimonia en el dossier que hemos elaborado.

Sin pena ni gloria, siguieron con sus obras aplicando una política de hechos consumados hasta que sale la primera sentencia de Tribunal Superior de Justicia en la que se deja clarísimo que la Isla de Valdecañas debe restituirse a su estado original.

Para saltarse la sentencia, PP y PSOE aparentes enemigos irreconciliables, se ponen de acuerdo y modifican la ley del suelo extremeño ¡con carácter retroactivo!

Que yo sepa las leyes se legislan, aprueban y entran en vigor a partir de la fecha de aprobación. Pues en este caso no es así, y se aplica con una retroactividad de cinco años, fecha en la que pusimos las denuncias, cuando aún la obra no había comenzado. De esta forma se hace legal lo ilegal, siempre con la excusa del progreso y en nombre de los puestos de trabajo.

¿Pero de verdad se piensan que no nos damos cuenta? El mismo Consejo de Ministros en julio de 2011 declaraba anticonstitucional una buena parte de la legislación relativa a Ley del Suelo Extremeña. Eso sí, cuidándose mucho de no tocar la Isla de Valdecañas, para que la Junta de Extremadura, los ayuntamientos y los promotores puedan seguir disfrutando de ese PIR de un montón de millones de euros que salen de los bolsillos de los extremeños, supuestamente para crear puestos de trabajo.

Esto ya es un insulto para cualquier persona medianamente inteligente. Se van a lucrar quitándonos un espacio protegido, pero es por nuestro bien, ya nos vale.

Y ahora la justicia nos vuelve a dar la razón, pero para que la justicia se aplique tendremos que pagar una fianza, no sea que vayan a perder dinero los que durante cinco años han estado construyendo sabiendo que esto podía pasar y que hay unos compradores perjudicados por su conducta irresponsable e inmoral.

Ecologistas en Acción denunció hace 5 años, antes de que estas obras empezaran. Lo razonable hubiese sido no comenzar hasta que los Tribunales sentenciaran. Pero se empezó y ahora que las sentencias nos dan la razón para paralizar lo que queda por hacer, la fianza la debemos depositar Ecologistas en Acción.

En esta historia volveremos a obtener una victoria moral, pero la destrucción ya está hecha y saldrán beneficiados económicamente los promotores, los ayuntamientos, la Junta de Extremadura y, perdón se me olvidaba, la Diputación.

Y el pueblo sigue soñando que no le va a faltar el trabajo gracias a la Isla de Valdecañas. Y es que a veces no tengo más remedio que pensar que cada pueblo tiene lo que se merece.

Qué indigna esta justicia injusta que exige fianzas a quien no tiene dinero y a quien lucha desinteresadamente por conservar lo poco que nos queda. Nos deja indefensos ante politiquillos sin ética ni vergüenza, ante ladrilleros que no dudan en cementar la vida para obtener beneficios

Solo para terminar quiero pedir la solidaridad de todas aquellas personas que tengan quieran que el bienestar para todos y todas sustituya al lucro de unos pocos. Si que sabe que mienten y persiguen sus propios intereses no les permitamos que se salgan con la suya. No han hecho mas que empezar en Extremadura.

Paca Blanco. Coordinadora de Ecologistas en Acción Extremadura

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.