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Acerca de Luis Alberto Spinetta

Todas las hojas son del viento

Fuentes: Cotidianidades humanas

Flaco siempre encontraba la palabra exacta de una u otra forma, en el aire, en el humo o en la parte interna de los párpados de un niño que no corre con tu suerte. Componía historias que Subiela podría haber llevado a la pantalla en sus tiempos de buen cine, aunque las imágenes que sus […]

Flaco siempre encontraba la palabra exacta de una u otra forma, en el aire, en el humo o en la parte interna de los párpados de un niño que no corre con tu suerte. Componía historias que Subiela podría haber llevado a la pantalla en sus tiempos de buen cine, aunque las imágenes que sus palabras evocaban no podrían haber sido transcriptas al mundo de los sentidos de una forma mejor que a través de lo que cada mente pudiera interpretar. Flaco soñaba con un universo que nunca llegó a ver. Salían del centro de las palmas de sus manos notas que se teñían de versos con tantos colores como pueden existir. También conoció la anacronía y lo acromático. Observó numerosas espaldas buscando alas que jamás aparecieron, pero le gustaba dibujarlas con carbonilla vieja en las paredes de su imaginación. Tenía más vidas que otros mitos escritos con un bastón en la arena humedecida de una marea que se fue, pero no pudo. No pudo con su genio y partió hacia quién sabe dónde, tal vez a tomarse unos mates con Negra o a rencarnarse en el poema que todavía no se escribió. O hacia la nada. O hacia la permanencia.

Flaco estará presente cada vez que alguien resbale sus notas en un instrumento ajeno, cuando una persona en cualquier lugar del mundo busque una definición de poeta que no aparezca en los diccionarios ni esté avalada por la real academia. En los tarareos de quienes no rezamos. Pero no lo sabrá. Flaco sigue ahí, ahora en las computadoras de generaciones tan distantes entre sí, en archivos que se bajan de internet y discos de vinilo archivados, desgastados, con tierra y con más historia que la que ningún escritor consagrado pudo contar. Flaco está acá. Y, al mismo tiempo, impulsivo como es, se va…

Fuente: http://cotidianidadeshumanas.blogspot.com/